El 16 de abril, a las 18:58 horas, la tierra temblaba en Ecuador. Con una magnitud de 7,8 el seísmo fue el más destructivo desde los terremotos de 1987.
El terremoto provocó 660 víctimas mortales y más de 27.000 heridos. Un mes después, 29.000 personas viven en albergues y refugios temporales.
Equipos de MSF trabajan en las zonas más afectadas de Manabí y Esmeraldas realizando consultas médicas, entrega de kits sanitarios para la atención de heridos, donaciones de artículos de primera necesidad y llevando a cabo sesiones de salud psicosocial y de prevención y promoción de la salud mental.
Pedernales, en la provincia de Manabí, fue el epicentro del terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter. Allí fallecieron más de 170 personas. Días después del terremoto la población sigue utilizando mascarillas para protegerse del polvo provocado por la limpieza de los escombros y para evitar el hedor a cuerpos en descomposición que todavía persiste en algunas zonas de la ciudad. Fotografía: Albert Masias/MSF
Pedernales, en la provincia de Manabí, fue el epicentro del terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter. Allí fallecieron más de 170 personas. Días después del terremoto la población sigue utilizando mascarillas para protegerse del polvo provocado por la limpieza de los escombros y para evitar el hedor a cuerpos en descomposición que todavía persiste en algunas zonas de la ciudad. Fotografía: Albert Masias/MSF
Viviendas afectadas en el Barrio 15 de Septiembre en Manta, provincia de Manabí, Ecuador. En la ciudad más de 200 personas murieron tras el terremoto. Fotografía: Albert Masias/MSF
Viviendas afectadas en el Barrio 15 de Septiembre en Manta, provincia de Manabí, Ecuador. En la ciudad más de 200 personas murieron tras el terremoto. Fotografía: Albert Masias/MSF
Zona afectada por el terremoto en la población de Calceta, provincia de Manabí, Ecuador. Fotografía: Albert Masias/MSF
Zona afectada por el terremoto en la población de Calceta, provincia de Manabí, Ecuador. Fotografía: Albert Masias/MSF
Refugio para personas afectadas por el terremoto en el Colegio de Manta, en Manta, provincia de Manabí. Allí viven más de 290 personas. Fotografía: Albert Masias/MSF
Refugio para personas afectadas por el terremoto en el Colegio de Manta, en Manta, provincia de Manabí. Allí viven más de 290 personas. Fotografía: Albert Masias/MSF
Tareas de demolición de un hotel en el paseo marítimo de Pedernales. En este edificio murieron alrededor de 70 personas cuando el terremoto los sorprendió durante la celebración de una boda y el edificio colapsó. Fotografía: Albert Masias/MSF
Tareas de demolición de un hotel en el paseo marítimo de Pedernales. En este edificio murieron alrededor de 70 personas cuando el terremoto los sorprendió durante la celebración de una boda y el edificio colapsó. Fotografía: Albert Masias/MSF
Un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) ayuda a construir un refugio en Alto de Portete a personas afectadas que huyeron de la Isla de Portete ante el temor de un posible Tsunami. Hoy, 29.000 personas continúan viviendo en refugios en Ecuador a la espera de una solución a más largo plazo. Fotografía: Albert Masias/MSF
Un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) ayuda a construir un refugio en Alto de Portete a personas afectadas que huyeron de la Isla de Portete ante el temor de un posible Tsunami. Hoy, 29.000 personas continúan viviendo en refugios en Ecuador a la espera de una solución a más largo plazo. Fotografía: Albert Masias/MSF
Equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) preparan la distribución de kits de higiene y utensilios de cocina para las 52 familias que se encuentran en el refugio de Alto de Portete en Muisne, provincia de Esmeraldas. Fotografía: Albert Masias/MSF
Equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) preparan la distribución de kits de higiene y utensilios de cocina para las 52 familias que se encuentran en el refugio de Alto de Portete en Muisne, provincia de Esmeraldas. Fotografía: Albert Masias/MSF
Cristina Buxeres, logista de Médicos Sin Fronteras (MSF), organiza junto a miembros de las 52 familias beneficiarias, la distribución de kits de higiene y utensilios de cocina en el refugio de Alto de Portete, provincia de Esmeraldas. Fotografía: Albert Masias/MSF
Cristina Buxeres, logista de Médicos Sin Fronteras (MSF), organiza junto a miembros de las 52 familias beneficiarias, la distribución de kits de higiene y utensilios de cocina en el refugio de Alto de Portete, provincia de Esmeraldas. Fotografía: Albert Masias/MSF
Beneficiarias de la distribución realizada por Médicos Sin Fronteras (MSF) caminan de vuelta hacia sus refugios; al fondo, se encuentra un resort de lujo de la zona turística de Muisne. Muchas de las familias afectadas en esta zona vivían principalmente de la pesca y del turismo antes del terremoto. Fotografía: Albert Masias/MSF
Beneficiarias de la distribución realizada por Médicos Sin Fronteras (MSF) caminan de vuelta hacia sus refugios; al fondo, se encuentra un resort de lujo de la zona turística de Muisne. Muchas de las familias afectadas en esta zona vivían principalmente de la pesca y del turismo antes del terremoto. Fotografía: Albert Masias/MSF
Madelen Hernández y María Salazar, promotoras comunitarias de Médicos Sin Fronteras (MSF), brindan atención médica básica a los vecinos de uno de los barrios más afectados de Pedernales. Fotografía: Albert Masias/MSF
Madelen Hernández y María Salazar, promotoras comunitarias de Médicos Sin Fronteras (MSF), brindan atención médica básica a los vecinos de uno de los barrios más afectados de Pedernales. Fotografía: Albert Masias/MSF
Altar improvisado en las calles de Portoviejo, provincia ecuatoriana de Manabí, para rendir homenaje a las víctimas del terremoto que fallecieron cuando los edificios donde se encontraban colapsaron. Fotografía: Albert Masias/MSF