- Este martes, eldiario.es organizó en Madrid un debate para la presentación de su última revista La España de los migrantes que retrata 50 historias de sueños, desilusiones y esperanzas
María Marte, de República Dominicana, empezó lavando platos y acabó logrando como chef dos estrellas en la guía Michelin. Krystel Meier es una arquitecta venezolana que trabaja de mensajera a bordo de su bicicleta en Barcelona. Lyon vino de Bangladesh y con 22 años se mete todos los días en el disfraz de Marshall, uno de los protagonistas de La patrulla canina, en la madrileña Puerta del Sol.
Son algunas de las 50 historias de sueños, desilusiones y esperanzas retratadas en la última revista de eldiario.es, La España de los migrantes. ¿Por qué? “Estamos muy acostumbrados a oír a hablar de la inmigración, no precisamente en muy buenos términos, y por eso hay que aplicar otra mirada en el debate. Y eso es lo que queríamos hacer”, afirmaba este martes Moha Gerehou, periodista de eldiario.es y presidente de Federación SOS Racismo, ante una sala llena en el Palacio de la Prensa de Madrid para asistir a la presentación del nuevo número.
La encargada de inaugurar el debate que dejó todo tipo de reflexiones sobre racismo e inmigración fue Aida Quinatoa, fundadora de la PAH, uno de los movimientos sociales más importantes por la vivienda en los últimos tiempos en España. La invitada repasó cómo se involucró en el activismo y las dificultades que también se encontró en el camino. “No me quedó otra que lanzarme a la calle y pedir la solidaridad de las vecinas”, relató.
Asimismo, Quinatoa insistió en la necesidad de que las personas migrantes que residen en España se organicen para defender sus derechos. “El racismo siempre ha estado. A mí me han dicho por qué una inmigrante viene a enseñarme. Nosotros trabajamos, construimos este país. Si no nos organizamos nos seguirán ninguneando como hacen los tres partidos que no queremos nombrar”, señaló la activista. “Sabemos lo que es resistir, sabemos lo que es la dignidad. Eso es lo que nos mantiene con vida y vamos a seguir haciéndolo”, apuntaló.
A su lado estaba el director de cine galardonado con un Goya Santiago Zannou, que aportó su visión sobre la presencia de personas racializadas en los medios de comunicación, sus efectos y la importancia de visibilizar su realidad en el cine para derribar estereotipos racistas. “Lo que hizo el premio fue dar visibilidad a una manera de entender el cine que no estaba y sigue sin estar”, sostuvo Zannou. “En los anuncios está lo aspiracional. Nunca verás una mujer negra anunciando crema, como si no se les secara la piel. Después, está lo que nos agrede. Nos tocan el pelo, nos cosifican constantemente. A mí llevan 30 años llamándome Colacao”, afirmó.
Ambos contestaron a declaraciones antiinmigración de dirigentes políticos como Pablo Casado, presidente del PP, y analizaron el avance del discurso xenófobo enarbolado por formaciones de extrema derecha. “¿Por qué un líder nos insulta? No se visibiliza nuestra realidad: están haciendo política con nuestro dolor y con nuestra dignidad, cuando nosotros aportamos al país. Mienten descaradamente y nos echan la culpa de la crisis”, opinó la activista.
“En mi barrio, he visto a un montón de familias negras currando. Es injusto ese discurso, se toman unos datos manipulados. Lo que dice Casado forma parte de una estrategia de confrontación. Ahora vas en el metro o en el hospital y vuelven esas miradas como si fueras culpable”, contestó el cineasta afrodescendiente, que apuntó que el debate sobre el antirracismo o sobre los derechos de los migrantes “es molesto” para los partidos políticos.
El toque de humor lo puso Chenta Tsai, más conocido como Putochinomaricón, con un monólogo plagado de mensajes contra el racismo y la homofobia. “De pequeño odiaba ser chino, no por el hecho de serlo, sino por cómo nos representaba por la mirada hegemónica blanca: como objeto de burla, demonizados”, sostuvo. “El primer chico con el que salí no se fijó en mí por atracción, sino porque era asiático. Esto muestra que nuestros cuerpos son desechables y pueden ser sustituidos”, agregó este influencer y artista multidisciplinar.
El monólogo dio paso a la entrevista de Gabriela Sánchez, coordinadora de Desalambre, la sección de derechos humanos de eldiario.es, a Serigne Mbaye, exmantero y ahora socio de un restaurante vegetariano. En 2006, se subió a una patera para llegar a España, dejando atrás su país de origen, Senegal. “Muchas veces se habla de los inmigrantes, pero no de por qué migran. Se enseña la pobreza, pero no se habla de lo que realmente nos motiva a salir. Yo me dedicaba a la pesca y notaba cómo disminuían los recursos. Los buques extranjeros arrastran todo”, explicó. “Occidente genera lo que pasa. El petróleo, el oro... son ellos los que los explotan y los exportan. Si el pueblo está cansado, busca salir de otra manera”.
Mbaye se dedica también al activismo y participa en el Sindicato de Manteros y Lateros de Madrid, desde donde lucha por los derechos del colectivo. “La mayoría de los senegaleses nos dedicamos a vender en la manta. No atracamos, no hacemos nada malo. Lo hacemos para sobrevivir y aguantar el tiempo que nos pone la ley de Extranjería para poder regularizar nuestra situación”, defendió el invitado, que también tuvo palabras de recuerdo para su compañero Mame Mbaye, fallecido hace un año en el barrio madrileño de Lavapiés, agitando el debate sobre las condiciones que enfrentan quienes viven sin papeles en España. “Sigue la violencia, siguen las persecuciones. Nada ha cambiado desde su muerte”, aseguró el activista.
Como broche de oro, Serigne Mbaye y sus compañeros del espectáculo 'La poesía es mi manta' cerraron el acto con algunas de sus letras y rimas cargadas de denuncia. “Me voy, mi viaje no es una huida, es mi revolución”, coreó, micrófono en mano, Mbaye. “Quitar estas barreras, estas fronteras, esa es nuestra revolución”.