España pide a Marruecos que no deje embarcar a los senegaleses sin visado para impedir que pidan asilo en Barajas
Ante el aumento de llegadas de solicitantes de asilo a España a través del aeropuerto de Barajas, el Gobierno español se ha propuesto cortar esta vía segura para pedir protección internacional en el caso de determinadas nacionalidades, a través de la imposición de visado de tránsito. Primero, hace unas semanas el Ministerio de Exteriores aprobó esta exigencia para las personas con pasaporte keniata. Ahora, la Embajada de España en Marruecos ha solicitado a Marruecos que no deje subir a los aviones con escala en España a los senegaleses que carezcan de visado, a la espera de que el Ejecutivo español apruebe la obligación de visado de tránsito para esta nacionalidad, programada para el próximo 19 de febrero.
Lo ha hecho a través de una “nota verbal” enviada por la Embajada de España en Marruecos al Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí, adelantada por la Cadena Ser. El escrito solicita al país vecino “tomar las medidas necesarias para impedir temporalmente el embarque en vuelos comerciales con destino a terceros países que no formen parte del espacio Schengen con escala aeroportuaria en España” si carecen de “visados Schengen estampados en al menos los dos años anteriores al viaje”.
Aunque el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska habla de un uso “fraudulento” de las escalas en Barajas de solicitantes de asilo al viajar a su destino final sino utilizar la escala en España para solicitar protección internacional, en la práctica esta imposición de visado impide uno de las pocas vías legales de acceso al asilo, empujándoles a optar por vías más arriesgadas e irregulares.
La migración irregular desde Senegal a España se ha incrementado en los últimos años, especialmente desde 2023 y a través de la ruta canaria. La inestabilidad despertada en el país africano tras la orden de arresto del principal líder de la oposición, respondida en las calles por miles de jóvenes senegaleses se ha traducido en un repunte del número de cayucos llegados a Canarias desde el país de África Occidental, especialmente desde el pasado verano. La mayoría de ellos solicitan protección internacional a su llegada a España.
El 20 de enero, ante el aumento de la llegadas de solicitantes de asilo con pasaporte keniata, el Gobierno aprobó la exigencia del visado de tránsito a las personas procedentes de Kenia, lo que supone de facto la imposibilidad de hacer escala en Madrid para quienes cuenten con este pasaporte. Cada vez que se produce un pico de solicitudes de asilo de una determinada nacionalidad, que suele coincidir con importantes crisis en sus países de origen, es habitual que las autoridades españolas acaben aprobando este tipo de visados para impedirel acceso legal a España a sus demandantes de asilo. Ocurrió en 2011 con los sirios que trataban de utilizar esta vía para salvar su vida. En 2020, también se cerró el paso a los yemeníes que huían de la guerra en su país, que ha desatado una de las peores crisis humanitarias de la última década.
“Cada vez que hay una nacionalidad que destaca en número de peticiones de asilo por Barajas, se imponen estos visados de tránsito, que se convierten en un obstáculo más para las personas que tienen protección internacional”, lamentó recientemente a elDiario.es la abogada de CEAR Elena Muñoz. “Los somalíes que están llegando por esta vía, aunque sea con pasaporte de Kenia, son personas que están huyendo de la compleja política que vive el país. Si se impone este visado a personas con clara necesidad de protección, se cierra una de las pocas vías seguras que tienen para pedir asilo, lo que las empuja a las mortales rutas del Mediterráneo o el Atlántico”, concluye Muñoz.
Hasta la exigencia de visado para quienes cuenten con pasaporte keniata, cuya aprobación se prevé para este 20 de enero, Interior ha empezado a permitir la salida del aeropuerto a los somalíes que han manifestado formalmente su intención de solicitar asilo, sin necesidad de esperar a la tramitación de su solicitud ni la respuesta sobre su admisión a trámite, según fuentes conocedoras del funcionamiento de las salas de asilo de Barajas. Esta medida, poco habitual, se ha tomado como parte de la estrategia de descongestión de las salas de asilo del aeródromo. Afecta solo a las personas que aseguran huir de Somalia, debido al altísimo porcentaje de concesión de asilo de sus nacionales, ante la terrible crisis humanitaria que sufre el país.
Mientras, la situación de las salas de asilo de Barajas no mejora. El Defensor del Pueblo tachó las condiciones en estas instalaciones de “inaceptables de hacinamiento e insalubridad”. “Desde la última comunicación la situación ha empeorado de forma ostensible”, ha dicho Ángel Gabilondo tras su visita a estos espacios el pasado 19 de enero. La institución ha alertado de que las autoridades podrían estar sometiendo a estas personas “a un trato degradante menoscabando su integridad moral”.
Durante su inspección realizada el pasado 19 de enero, el Defensor observó que las mujeres y algunos menores habían sido trasladadas en una sala de la terminal 2 que “carece de las condiciones necesarias para cumplir su función”, por lo que algunas se veían forzadas a dormir en colchonetas en el suelo. El equipo de Gabilondo ha detectado que no existen camas suficientes para ellas, por lo que varias personas dormían en colchonetas. Tampoco se pueden duchar, porque la única ducha se encuentra fuera de servicio desde hace dos semanas, y carecen de kits de higiene básicos y de material de higiene femenino. La institución también vuelve a la carga con una antigua denuncia que Interior no llega a corregir: la falta de teléfonos habilitados, lo que impide a los demandantes de protección pasar días o semanas “sin poder mantener contacto alguno con el exterior”.
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