Europa prometió este domingo crear 100.000 nuevas plazas para la recepción de demandantes de asilo en Grecia y a lo largo de la ruta de los Balcanes occidentales, a fin de gestionar y controlar mejor el flujo de los refugiados en los países de entrada y de tránsito.
“Aumentaremos hasta 30.000 las plazas en Grecia hasta finales de año y crearemos 20.000 más en ese país con ayuda de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)”, anunció el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en rueda de prensa posterior a la minicumbre de los países más afectados por el flujo de los refugiados en la llamada ruta de los Balcanes.
ACNUR apoyará además la creación de 50.000 plazas adicionales a lo largo de la ruta de los Balcanes occidentales, indicó.
Los diez líderes de la Unión Europea (UE) y tres de fuera del bloque comunitario (Albania, Serbia y Macedonia) reunidos este domingo acordaron además enviar en una semana 400 policías a la frontera de Eslovenia con Croacia para contener la llegada de refugiados a este país, que ha superado las 60.000 personas en los últimos diez días.
Este refuerzo no se hará a través de los equipos de intervención rápida en las fronteras (RABIT), que dependen de la Agencia Europea de Fronteras Exteriores (Frontex), como había propuesto la Comisión Europea (CE) porque Liubliana no lo considera necesario y la activación de este mecanismo tiene que solicitarla el país, indicaron a Efe fuentes comunitarias.
Refugiados sin refugio
Juncker explicó que la reunión de este fin de semana permitió responder a tres grandes retos: dar refugio y asegurar que los refugiados son tratados “de manera humana”, gestionar los flujos migratorios juntos y reforzar los controles en las fronteras. En las últimas semanas, los cierres de fronteras, los bloqueos de refugiados y su traslado a los países vecinos para no asumir su atención han sido la norma.
Juncker dijo que los participantes en el encuentro se han comprometido a dar refugio temporal, comida y equipos sanitarios a los demandantes, así como a activar el mecanismo europeo de protección civil cuando las capacidades nacionales se queden cortas. Esas son las palabras, ahora se esperan los hechos.
Esta semana miles de refugiados se han visto obligados a aguantar el frío y la lluvia y a dormir a la intemperie en la frontera de Serbia con Croacia, ante la falta de instalaciones de las autoridades.
Médicos Sin Fronteras ha advertido de que, si no se ponen medios que garanticen la asistencia de los refugiados y migrantes, estas personas soportarán “condiciones potencialmente mortales” en poco tiempo.
Objetivo: ralentizar las llegadas de refugiados
En materia de gestión de flujos migratorios, el presidente comunitario recalcó que “la única manera de restaurar el orden en la situación es ralentizar los flujos incontrolados de personas”.
“La política de dejar pasar personas a los países vecinos tiene que terminar. La gente tiene que ser registrada. Si no hay registro, no hay derechos”, subrayó.
Todos los líderes se comprometieron también a compartir información acerca de los flujos y a “abstenerse de tomar decisiones unilaterales”, y para facilitarlo nombrarán para mañana “personas de contacto de alto nivel gubernamental para intercambiar información y lograr el control gradual y el movimiento ordenado de personas a lo largo de la ruta de los Balcanes occidentales”.
“En cuanto al control de fronteras, para salvaguardar Schengen, también necesitamos reforzar la gestión de fronteras entre Grecia y Macedonia, Albania y Serbia en cooperación con Frontex”, dijo Juncker.
El presidente de la CE reconoció que el reto ahora es aplicar todos estos compromisos alcanzados, y señaló que “al final de cada semana se hará una evaluación concreta de los progresos logrados” entre su gabinete y las personas de contacto nombradas en cada país.
“No habrá soluciones milagrosas, cerrar las fronteras no es una solución a largo plazo, la solución es reaccionar de forma europea, de forma solidaria y responsable, combinando el conjunto de medidas políticas, legislativas, financieras y operacionales”, dijo.
El jefe del Ejecutivo comunitario incidió por último en que “Europa no se construye unos contra otros sino los unos con los otros”.