Un “espacio propio” en una sociedad que se los niega. Una oportunidad para “rescatar” las raíces africanas de sus padres y abuelos, que se “dispersaron” una vez llegaron a Europa. Una ocasión para “hacer comunidad” y “crear redes” de apoyo frente a la discriminación y la “falta de reconocimiento” que viven las personas afrodescendientes, africanas y negras residentes en España.
Con estos objetivos arranca la segunda edición del Festival Afroconciencia, que se celebra este fin de semana en el Matadero de Madrid con un programa plagado de actividades culturales, talleres y debates organizados por la comunidad española afrodescendiente.
“Es una oportunidad para poder abordar las temáticas que nos interesan porque se han hecho cosas antes, pero no a este nivel. No hay ningún otro espacio para los afrodescencientes que haya nacido desde nosotros mismos. Nos embarcamos en esto sin saber adónde iba y ha acabado en algo precioso”, sostiene Deborah Ekoka, una de las organizadoras del festival, en una conversación con eldiario.es.
“Muchas y muchos hemos crecido y nacido en España y en ningún momento hemos tenido la oportunidad de reflexionar qué significa ser afrodescendiente aquí. Se nos ha ido negando por el discurso de 'todos somos iguales' y cuando salimos a la calle no se nos trata igual. Son experiencias que no son individuales, sino colectivas, y este es un espacio donde poder debatirlas”, apostilla su compañero en el comisariado del festival, Yeison F. García López.
Después de una exitosa primera edición que congregó a 11.000 personas el año pasado, Afroconciencia apuesta este año por crecer y consolidarse como un espacio de referencia para la comunidad africana y afrodescendiente en un centro cultural como el Matadero, gestionado por el Ayuntamiento de Madrid. Así, la organización también pretende reclamar la inclusión de la comunidad afro en las instituciones públicas y privadas.
“Esto significa decir que lo público también es nuestro en medio del desarraigo en una sociedad que nos dice que no somos de aquí”, apunta García. “Que haya una institución que se preocupe por estos colectivos es lo más interesante”, opina Ekoka.
“Siempre se nos representa desde otras miradas”
Con el lema 'Lo afro está en el centro', el festival no solo quiere ser un espacio “propio” para el encuentro de la comunidad afrodescendiente y africana que vive en diferentes puntos del país, la iniciativa también surgió para dar visibilidad a las nuevas generaciones descendientes de africanos que nacieron y crecieron en España.
“Se trata de educar la mirada de la sociedad que nos ha visto crecer. Por esto esta es una actividad abierta para todos los públicos. Siempre se nos representa desde otras voces y otras miradas. Somos objetos de estudio, no somos protagonistas, ni sujetos políticos”, señala García.
“El mestizaje en sitios como Madrid es evidente pero en otras ciudades pequeñas parece que se niega su existencia. Por ejemplo, el hecho de que se nos llame inmigrantes de segunda generación cuando muchos ni siquiera han estado nunca en África nos impide identificarnos como afroespañoles”, comenta Ekoka.
Por esta razón, el concepto de 'comunidad' será el tema principal en el que se centrará esta segunda edición. Volver a las raíces, dice la investigadora y activista, para “saber quiénes somos y adónde nos dirigimos” y crear redes rescatando la “familiaridad y cercanía propia del pensamiento africano, donde la familia es lo más importante”. Contra la “falta de reconocimiento” y el desarraigo que muchas veces sienten, la iniciativa propone, precisamente, trabajar desde la afectividad y el empoderamiento de los asistentes.
“Yo no he vivido con mi familia africana. Crecemos muchas veces en entornos en que no nos sentimos identificados: abres los libros del colegio y todos son blancos. Los debates se alargaban un montón el año pasado porque la gente tenía la necesidad de compartir sus experiencias y es más fácil con quienes se han sentido como tú, porque empatizan. Es como un espejo. La unión empodera”, sostiene Ekoka.
“La riqueza cultural es nuestra fuerza principal”
Talleres, cuentacuentos, conciertos, espectáculos de danza y poesía componen desde este sábado la amplia programación de Afroconciencia. “Más allá de luchar contra el racismo tenemos que mirar la riqueza que nos une como comunidad. Esos puentes históricos que se nos han sido negados e invisibilizados, y intentar unir África con sus diásporas”, indica García. No hay solo una cultura afro homogénea sino varias culturas afro, y es esta diversidad la que tratan de mostrar en el festival.
“La riqueza cultural es el punto principal de fuerza, el que nos debe dar más orgullo. Debemos repensarnos desde ahí, no solo contra el racismo, sino conocernos y reconocernos como comunidad. Y ahí el papel de la cultura es primordial”, asevera el activista.
También habrá debates sobre afrofeminismo y charlas de activistas antirracistas locales e internacionales, se repartirá un periódico y se pondrá en marcha un mercadillo, Afroemprende, para dar a conocer iniciativas que suponen una “alternativa viable a las situaciones de vulnerabilidad” a las que se enfrentan las personas racializadas.
“Se trata de visibilizar proyectos para romper con esa imagen de los medios de comunicación de continua deshumanización de la comunidad que nos quita poder de creación. Somos violentados por el racismo, perseguidos por las calles... pero nunca se nos da espacio para conocer las iniciativas que nacen de la comunidad”, esgrime García.
Pero no es solo cosa de un día. La muestra forma parte de un proyecto más amplio, el Espacio Afroconciencia, un grupo de “pensamiento y acción colectiva” que nació tras el pasado festival y lleva meses organizando actividades artísticas y sociales en Matadero. 'Lo afro está en el centro' también da nombre a un ciclo de cine que comenzará a finales de octubre en el Centro Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid.
“Para mí, el festival es fuerza. Esa fuerza constante que se crea a partir de una identidad que me hace asentar los pies en el suelo, que me dice que no soy un ente abstracto sino con raíces muy profundas y que se esparcen en todo el mundo”, concluye Yeison. La misma fuerza con la que lo 'afro' trata de recuperar, un año más, el protagonismo arrebatado. Y ha vuelto para quedarse.