Nilüfer Demir es una fotógrafa reportera de 29 años y lleva 12 cubriendo noticias en la costa Egea de Turquía, en la ciudad turística de Bodrum, para la agencia turca Dogan. La madrugada del 2 de septiembre tomó la foto que ha dado la vuelta al mundo, la de Aylan, un niño muerto en la orilla.
Demir estaba de guardia cubriendo la llegada de inmigrantes a Kos, la isla griega frente a la costa turca. Estaba haciendo un reportaje de la llegada de un grupo de paquistaníes a Grecia y de repente ella y sus colegas se dieron cuenta de que había cuerpos flotando en la orilla. “Cuando vi a Aylan, de tres años me quedé petrificada”, cuenta a la agencia turca para la que trabaja, el único medio que la ha entrevistado. Desde la agencia cuentan que no pueden dar su contacto y que está “muy ocupada” después de que su foto se haya convertido en un icono de la crisis de refugiados en Europa. Están recibiendo peticiones de todo el mundo.
Según ella misma relata en la entrevista, hizo la foto a las seis de la mañana del 2 de septiembre en la costa del distrito de Akyarlar Bodrum, adonde llegaron los cuerpos después de que dos botes inflables se hundieran. “Vi a Aylan Kurdi, que yacía boca abajo sin vida en la arena, con su camiseta roja y su pantalón azul oscuro. La única cosa que podía hacer era hacer oír su protesta. En ese momento, yo creía que sería capaz de lograrlo presionando el obturador de mi cámara y tomé su foto”, dice Demir.
La fotógrafa relata que se dio cuenta de que otro niño, hermano de Aylan, yacía también en la arena. Ni ellos ni el resto de cuerpo tenían chalecos salvavidas ni cualquier cosa que les permitiera mantenerse a flote.
Demir lleva años cubriendo migraciones y llegadas de inmigrantes y refugiados “Espero que a partir de hoy esto cambie”, concluye.