Este lunes 23 de marzo se cumple un año desde que la comunidad internacional reconociera la existencia de un brote de ébola en África
El virus se ha cobrado la vida de cerca de 10.200 personas y ha infectado a 24.701 desde finales de marzo del pasado año
La fotogalería recoge los rostros de aquellos que han superado el ébola, así como las historias de superación y de dolor que hay a sus espaldas
La familia de Joshua es una de las miles que han conseguido sobrevivir al ébola, aunque por el camino han perdido a 14 miembros. Cuando su padre sucumbió a la enfermedad, tanto Josué como su madre comenzaron a experimentar los síntomas . Por suerte, su madre y otros dos hermanos fueron trasladados por separado a los centros de tratamiento de ébola. Todo el mundo, debido al crítico cuadro que presentaba, temió seriamente por la vida de Joshua, que al final, consiguió vencer a la enfermedad. FOTOS: Helen Mayelle/Save the Children
La familia de Joshua es una de las miles que han conseguido sobrevivir al ébola, aunque por el camino han perdido a 14 miembros. Cuando su padre sucumbió a la enfermedad, tanto Josué como su madre comenzaron a experimentar los síntomas . Por suerte, su madre y otros dos hermanos fueron trasladados por separado a los centros de tratamiento de ébola. Todo el mundo, debido al crítico cuadro que presentaba, temió seriamente por la vida de Joshua, que al final, consiguió vencer a la enfermedad. FOTOS: Helen Mayelle/Save the Children
Moisés, de cuatro años, espera para ser dado de alta del centro de detención en cuarentena de Gbhanger tras haber completado el tratamiento. Él está allí con su hermana de 8, y su abuela. Todos han tenido que permanecer en el centro durante 21 días después de que su madre diera positivo por ébola. Cada uno de ellos recibió un kit de supervivencia con alimentación, ropa y juguetes/ FOTO: Gemma Gillie/Save the Children
Moisés, de cuatro años, espera para ser dado de alta del centro de detención en cuarentena de Gbhanger tras haber completado el tratamiento. Él está allí con su hermana de 8, y su abuela. Todos han tenido que permanecer en el centro durante 21 días después de que su madre diera positivo por ébola. Cada uno de ellos recibió un kit de supervivencia con alimentación, ropa y juguetes/ FOTO: Gemma Gillie/Save the Children
Patrick es un trabajador sanitario en Freetown. Hasta ahora se ha encargado de 24 casos en cuarentena. En un día normal, Patrick se despierta a las seis de la mañana y luego se reúne con otros 15 compañeros para empezar a trabajar. Antes, dedican cinco minutos a sus oraciones. Normalmente, su trabajo está encaminado a ofrecer orientación a las familias con riesgo de sufrir ébola, visitándolas dos veces al día hasta que la cuarentena llegue a su fin. FOTO: Helen Mayelle/Save the Children
Patrick es un trabajador sanitario en Freetown. Hasta ahora se ha encargado de 24 casos en cuarentena. En un día normal, Patrick se despierta a las seis de la mañana y luego se reúne con otros 15 compañeros para empezar a trabajar. Antes, dedican cinco minutos a sus oraciones. Normalmente, su trabajo está encaminado a ofrecer orientación a las familias con riesgo de sufrir ébola, visitándolas dos veces al día hasta que la cuarentena llegue a su fin. FOTO: Helen Mayelle/Save the Children
James (nombre ficticio) tiene seis años y es un sobreviviente del virus del ébola, enfermedad que en diciembre terminó con la vida de su madre. Ahora vive con su tía en Kakata City (Liberia) gracias al trabajo de mediación de Save The Children que rastreo entre los familiares del niño para ver quienes se podían hacer cargo de su custodia. "Ha sido difícil para mí ya que no tengo suficiente dinero para proporcionar todo lo que mis sobrinos merecen", dice la tía de James, quien aún reconoce tener mucho miedo al ébola. / FOTO: David Hartman/Save the Children
James (nombre ficticio) tiene seis años y es un sobreviviente del virus del ébola, enfermedad que en diciembre terminó con la vida de su madre. Ahora vive con su tía en Kakata City (Liberia) gracias al trabajo de mediación de Save The Children que rastreo entre los familiares del niño para ver quienes se podían hacer cargo de su custodia. "Ha sido difícil para mí ya que no tengo suficiente dinero para proporcionar todo lo que mis sobrinos merecen", dice la tía de James, quien aún reconoce tener mucho miedo al ébola. / FOTO: David Hartman/Save the Children
Varios menores hacen cola en en una aldea en el distrito de Pujehun de Sierra Leona para recibir de manos de Save The Children un equipo cargado de alimentos y otros artículos. Muchos de los receptores han quedado huérfanos por culpa del ébola / FOTO: Idriss Kpange/Save the Children
Varios menores hacen cola en en una aldea en el distrito de Pujehun de Sierra Leona para recibir de manos de Save The Children un equipo cargado de alimentos y otros artículos. Muchos de los receptores han quedado huérfanos por culpa del ébola / FOTO: Idriss Kpange/Save the Children
Con tan solo 18 años, Daniel ya ha perdido a 27 miembros de su familia a causa del ébola. Él consiguio sobrevivir gracias a los cuidados recibidos en la clínica de Save The Children, donde ahora trabaja. "Es triste pensar que si hubiéramos tenido más apoyo a nuestro sistema de salud, esto nunca habría sucedido", dice en una entrevista con la organización humanitaria. FOTO: Rebecca Stewart / Save The Children
Con tan solo 18 años, Daniel ya ha perdido a 27 miembros de su familia a causa del ébola. Él consiguio sobrevivir gracias a los cuidados recibidos en la clínica de Save The Children, donde ahora trabaja. "Es triste pensar que si hubiéramos tenido más apoyo a nuestro sistema de salud, esto nunca habría sucedido", dice en una entrevista con la organización humanitaria. FOTO: Rebecca Stewart / Save The Children
Ivan Quentin es un experto en agua y saneamiento de Médicos Sin Fronteras. En la fotografía se encuentra realizando labores de desinfección con su equipo en Sierra Leona / FOTO: Fabio Basone/MSF
Ivan Quentin es un experto en agua y saneamiento de Médicos Sin Fronteras. En la fotografía se encuentra realizando labores de desinfección con su equipo en Sierra Leona / FOTO: Fabio Basone/MSF
Visita a las casas donde los pacientes sospechosos de padecer ébola pasan la cuarentena. Se encargan de desinfectarla para reducir el riesgo de contaminación / FOTO: Fabio Basone/MSF
Visita a las casas donde los pacientes sospechosos de padecer ébola pasan la cuarentena. Se encargan de desinfectarla para reducir el riesgo de contaminación / FOTO: Fabio Basone/MSF
Paisaje en Bahía de Susan, un barrio marginal de Freetown, capital de Sierra Leona, golpeada por el virus del ébola. / FOTO: Fabio Basone/MSF
Paisaje en Bahía de Susan, un barrio marginal de Freetown, capital de Sierra Leona, golpeada por el virus del ébola. / FOTO: Fabio Basone/MSF
Una sobreviviente al ébola atiende a Jojo, una niña de tan solo un año en el centro de Bong, en Liberia. En esos momentos, su madre estaba recibiendo tratamiento para el ébola en la unidad operada por Save The Children. FOTO: Gemma Gillie/Save the Children
Una sobreviviente al ébola atiende a Jojo, una niña de tan solo un año en el centro de Bong, en Liberia. En esos momentos, su madre estaba recibiendo tratamiento para el ébola en la unidad operada por Save The Children. FOTO: Gemma Gillie/Save the Children
Mamadee baila en un centro de Médicos Sin Fronteras de Liberia durante el tratamiento de su enfermedad: el ébola/Fotografía: Martin Zinggl/MSF