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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Frenar el flujo migratorio y acelerar las expulsiones: lo que dice el programa de gobierno en Italia

“Stop a la invasión” y “primero los italianos” han sido algunos de los lemas que ha utilizado recientemente la nueva Liga, que traspasó su rechazo del sur de Italia al norte de África. Cerca de 600.000 desembarcos en territorio italiano sin que la Unión Europea mostrara un atisbo de cooperación desde 2013 dejaron un terreno fértil para un mensaje simplista de inspiración xenófoba. El Movimiento 5 Estrellas (M5E), experto en captar dónde está el malestar, se sumó al carro y durante los últimos años ha condenado la supuesta política de puertas abiertas de los sucesivos gobiernos socialdemócratas.

“El fracaso del actual sistema de gestión de los flujos migratorios pone en riesgo el mismo sistema de Schengen”, se lee en el programa que han redactado conjuntamente la Liga y el M5E y con el que aspiran a gobernar Italia. Su receta para reconducir la situación pasa por frenar las salidas en los países de origen, modificar el Tratado de Dublín, acelerar las repatriaciones, o aumentar la vigilancia para prevenir el terrorismo. Medidas que, en su mayoría, o ya se han intentado o tienen difícil cumplimiento.

1. Reducir las salidas. “Se debe insistir en la reducción de la presión de los flujos sobre las fronteras externas y el consecuente tráfico de seres humanos”, reza el programa de gobierno. Sin embargo, desde el pasado verano el número de desembarcos se ha reducido cerca del 75%. En lo que va de 2018 han llegado a Italia unas 10.600 personas, por las 45.700 que lo hicieron el mismo periodo del año anterior, según datos del Ministerio del Interior.

Italia firmó un pacto con Libia para dotarla de recursos técnicos y económicos, al tiempo que ha tratado de ceder la gestión de los salvamentos en el mar, como ha quedado demostrado en operaciones de rescate recientes. Las organizaciones humanitarias han condenado en tromba esta política al considerar que se trata de “externalizar las fronteras”, dejando a los migrantes en manos de un país como Libia, en el que no se garantizan los derechos humanos. Fuentes internas de la Liga aseguran que este plan del anterior Ministerio del Interior “va en la buena línea”. La intención parece continuar desarrollándolo.

2. “Superar el Tratado de Dublín”. Liga y M5E han amagado con desobedecer distintos tratados europeos, aunque en el programa de gobierno no hablan de salirse por la tangente, sino de “superar la regulación de Dublín”. Este acuerdo determina que los solicitantes de asilo deben permanecer en el país en el que han pisado suelo europeo por primera vez, por lo que su aplicación ha impedido que la UE compartiera el esfuerzo de acogida que han tenido que hacer en estos años Italia o Grecia.

“El respeto del principio de la igual repartición de la responsabilidad”, asegura el texto, “debe ser garantizado a través de la recolocación obligatoria y automática de los solicitantes de asilo entre los Estados miembros de la UE”. El tratado de Dublín lo firmó en 2013 el Gobierno de Silvio Berlusconi y desde entonces los distintos ejecutivos socialdemócratas han planteado su reforma en cada cumbre europea, sin conseguirlo. El debate continúa en el marco comunitario, aunque no parece que el euroescepticismo de los nuevos socios italianos ayude a desbloquear la situación. El pacto entre M5E y Liga también recoge que la tramitación de las solicitudes de asilo debe producirse “en los países de origen o tránsito, con el apoyo de agencias europeas”.

3. Menos acogida y más repatriación. El programa de Liga y 5 Estrellas plantea aumentar los centros de estancia temporal para migrantes, de modo que exista uno por región. No obstante, su intención es transferir los fondos de la acogida a la deportación. La permanencia máxima en estas instalaciones sería de 18 meses, según el texto, aunque estos plazos chocan con la tramitación de las solicitudes. “A días de hoy serían unos 500.000 los migrantes irregulares presentes en nuestro territorio, por tanto una seria y eficaz política de repatriaciones resulta inmediata y prioritaria”, recoge el documento.

Entre los países del norte de África, actualmente Italia sólo tiene firmados acuerdos bilaterales de extradición con Marruecos, Argelia, Egipto y Túnez. Y en algunos casos, como por ejemplo ocurre con Túnez, ni siquiera estos países los respetan siempre. Con el resto de nacionalidades, la repatriación es legalmente imposible. El líder de la Liga, Matteo Salvini, sugirió durante la campaña que habría que ofrecer incentivos a estos gobiernos para favorecer los acuerdos, pero en el programa no queda claro cómo se producirán esas expulsiones. El texto también establece que ante “cualquier delito de un solicitante de asilo, debería comportar el alejamiento inmediato del territorio nacional”.

4. Criminalidad y terrorismo. La identificación entre inmigración e inseguridad ha sido otra de las armas electorales. De modo que el programa de gobierno abunda en ese temor de “eventuales infiltraciones terroristas”. Los datos desmienten que la ruta entre Libia e Italia sea la vía empleada para introducir criminales en Europa, pero es en este punto en el que la Liga y el M5E imponen su posición más dura, agitando el miedo ciudadano.

Al agitar ese hipotético peligro, ambos mencionan las “relaciones con otras confesiones religiosas”, con las que plantean un nuevo marco legal. El acuerdo establece una “normativa ad hoc para las actividades de culto”, “el seguimiento de la financiación para las mezquitas” y “el cierre inmediato de las asociaciones islámicas irregulares”. Esto último ya se produce mediante órdenes judiciales, cuando estas instituciones no están registradas. Un borrador anterior establecía que los imanes debían predicar en italiano, aunque esto se ha eliminado del programa final.

5. Desmantelamiento de campamentos gitanos. En una de sus postales preferidas, en muchas ocasiones se ha visto a Matteo Salvini delante de un buldócer para demostrar que arrasaría con estos asentamientos. Se trata de una de sus batallas históricas, antes de comprobar que tiene mucho más calado dirigir el discurso contra el africano que no contra una población que no llega al 1% del conjunto de los italianos. De hecho esta medida no se inscribe en el capítulo migratorio, sino en el dedicado a la seguridad.

“La propagación de campos nómadas en los últimos años, el aumento exponencial de los delitos cometidos por sus habitantes y las pésimas condiciones higiénico-sanitarias los han convertido en un grave problema social”, indica el texto. Por eso, se propone cerrar todos estos poblados irregulares. En algunas ciudades como Roma, gestionada por el Movimiento 5 Estrellas, esta medida ya ha sido ampliamente desarrollada, con la tozuda realidad de que poco después del desalojo de un campo se levantan otros en localizaciones distintas.

El capítulo dedicado a la inmigración es uno de los más extensos del programa de gobierno firmado por el Movimiento 5 Estrellas y la Liga. De su análisis se desprende que tiene clara inspiración leguista, pero tampoco causa rechazo entre el M5E, que se ha alineado en infinidad de ocasiones con estas tesis. Una muestra de ello es que el 94% de las bases inscritas a la plataforma digital Rousseau, en la que se deciden las políticas del partido, han apoyado el acuerdo.