Farah (nombre ficticio) llegó a España, junto a cuatro niños pequeños, en el vuelo que aterrizó el domingo con 177 personas en la base aérea de Torrejón. Tras ser identificada por la Policía Nacional y confirmar que quería pedir asilo en España, la familia pasó a descansar a la zona del campamento donde los refugiados afganos recién evacuados esperan el traslado a su destino final. Cerca de 24 horas después de su llegada a Madrid, la familia ya estaba en un centro especializado para mujeres y niños solicitantes de protección internacional, cuenta la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.
Permanecer el menor tiempo posible en el campamento de refugiados improvisado en Torrejón es la “prioridad” del Ministerio de Inclusión en el dispositivo especial de acogida activado para recibir a los refugiados afganos que quieran pedir asilo en España, la mayoría colaboradores de la Embajada española en el país. La Secretaría de Estado de Migraciones, en coordinación con las organizaciones que forman parte del operativo, ha acelerado este lunes los traslados de solicitantes de asilo a los lugares de acogida. El objetivo es identificar de manera rápida las necesidades de los recién llegados para asignarles plaza y, así, dejar espacio a aquellos que están por venir.
“Todos los colaboradores españoles y sus familias evacuados hasta ahora ya están o estarán mañana en centros de acogida”, anunció este lunes el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. Este lunes, se ha duplicado el número de solicitantes de asilo que han abandonado el campamento de Torrejón. Según sus cifras, 230 refugiados afganos ya han sido trasladados a centros del sistema estatal de acogida y este martes lo serán 59 personas más. Por la mañana de ese mismo día, solo 91 afganos se encontraban en sus nuevos hogares, según las mismas fuentes.
“Nuestro objetivo era que no pasaran más de 72 horas en el dispositivo temporal de la base de Torrejón y estamos consiguiendo reducir los plazos a 48 horas”, ha dicho Escrivá. Estas personas han sido enviadas a pisos o centros de acogida ubicados en Comunidad Valenciana, Murcia, Madrid, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Navarra, Euskadi y Catalunya.
CEAR, una de las ONG que forman parte del dispositivo desplegado en Torrejón, confirma que la “prioridad total” que transmite el Ministerio “es sacar a las personas en 24 o 48 horas”. “Cuanto antes mejor, porque se esperan nuevos vuelos, que van a transportar a cada vez más gente. Se busca que no se llene la capacidad del campamento”, explica desde Torrejón Áliva Díez, coordinadora estatal de acogida de CEAR.
Una de las personas que desde el Gobierno ha coordinado contra reloj el encaje de las piezas de ese puzzle formado por plazas disponibles, solicitantes de asilo y necesidades es Mayte Pacheco, directora general de Atención Humanitaria. “Lo estamos haciendo en 24 o 48 horas, un plazo totalmente inusitado”, explica Pacheco a elDiario.es, en un tono acelerado, desde Torrejón.
La encargada del dispositivo de acogida de quienes aterrizan en España con la intención de pedir protección no descarta que sea necesaria la creación de más plazas en el campamento de emergencia, que actualmente cuenta con una capacidad para 800 personas.
“Vamos a intentar ampliar todo lo que haga falta para salvar vidas, para sacar de allí a todos los que podamos sacar. Y cuanto antes traslademos a quienes se quedan en España, más fácil será”, detalla la directora general. Desde el pasado jueves, España ha recibido a 815 afganos. De ellos, según las últimas cifras de Interior, 354 han manifestado ya su intención de solicitar protección internacional en España. Se espera que la cifra aumente en las próximas horas pues aún no ha sido registrada la voluntad de los últimos ciudadanos evacuados en la tarde de este lunes a Madrid.
Adaptar los espacios de acogida para los nuevos perfiles
Una vez que los afganos que quieren permanecer en España son entrevistados por los equipos del Ministerio de Inclusión, la Secretaría de Estado de Migraciones, en coordinación con las ONG implicadas en el dispositivo, selecciona los lugares de acogida más adecuados para cada caso.
“El Ministerio nos pide ubicar a las familias en pisos de acogida, o bien que estén vacíos o que puedan compartir con otras familias afganas. Los hombres solos o las parejas sin hijos son trasladados generalmente a centros de acogida”, dice Díez. La situación ha obligado a CEAR a adaptar sus plazas a la llegada de refugiados afganos, mientras la organización continúa atendiendo a los migrantes y solicitantes de asilo que siguen llegando a las costas españolas.
“Con la llegada de afganos, el perfil de acogidos cambia de forma radical. Estamos trabajando contra reloj, adaptando las ocupaciones de nuestros espacios de acogida, para dejar sitio en los pisos para las grandes familias afganas. Por ejemplo, si teníamos un piso donde vivían dos hombres solos, los movemos a otro espacio dentro de la misma localidad, para dejarlo libre”, explica. Otra de las instrucciones de Inclusión es mantener a las familias unidas .
Según la Secretaría de Estado de Migraciones, el sistema de acogida estatal tiene un colchón suficiente para responder a la atención de refugiados afganos. Antes de la crisis, aseguran, contaban con alrededor de 3.000 plazas libres.
Las tres zonas del campamento de Torrejón
El campamento levantado en Torrejón está dividido en tres espacios principales. El primero, adonde son acompañados los evacuados nada más aterrizar, es una nave donde los recién llegados pasan por dos controles, uno sanitario y otro policial. Una vez son sometidos a las pruebas diagnósticas de la COVID-19 y a un chequeo médico básico, pasan a una zona gestionada por el Ministerio del Interior, donde son identificados y, en caso de manifestar interés en solicitar asilo en España, los agentes realizan la documentación necesaria para dejar constancia de ello, explican desde la Secretaría de Estado de Migraciones.
El segundo espacio es el denominado “zona de vida”, donde se encuentran una suerte de 'iglús' refrigerados donde son alojadas las mujeres y los niños, varias carpas -en este caso sin aire acondicionado- para los hombres, así como el área de comedor, una zona de juegos para los pequeños y una área de rezo. “Cuando uno de los niños refugiados vio el área recreativa, dijo: ”¡Hay juguetes! yo me he dejado los míos en casa“, cuenta un portavoz de la Cruz Roja.
Por último, en un tercer sector, los afganos que hayan viajado con el contingente español son entrevistados por personal de Inclusión para identificar sus vulnerabilidades y, en base a las necesidades especiales que presenten, ser trasladados a unos centros de acogida u a otros.
Grandes familias de afganos
Pacheco destaca el gran número de familias llegadas en los últimos días a Madrid. “Están llegando familias con muchos niños, abuelos, tíos, primos... unidades familiares muy grandes, niñitos de muchas edades. También ha llegado alguna persona sola, pero no es habitual”, explica la directora general de Atención Humanitaria.
Entre esas familias numerosas de afganos recién llegados a España, se encuentran perfiles como el de una empleada de la limpieza que ha trabajado durante 15 años para la Embajada de España o la familia del personal de seguridad de las dependencias consulares. “En estos casos, más humildes, nos encontramos con situaciones familiares cuya principal preocupación son los niños. Piden ser trasladados a lugares donde se puedan quedar a medio plazo. Buscan estabilidad por sus niños y preguntan a menudo por su escolarización”, cuenta Díez.
Por otro lado, cuenta la portavoz de CEAR, también llegan otros casos de refugiados con un mayor nivel socioeconómico, que cuentan con mayores expectativas en España, como la capitana del equipo paralímpico afgano de baloncesto, Nilofar Bayat. La jugadora se encuentra ya en un centro de acogida de la organización en Bilbao, donde ya ha sido fichada por un equipo del deporte al que la afgana juega en silla de ruedas desde que un cohete cayó sobre su casa en el país que acaba de abandonar tras el regreso de los talibanes.