El Boletín Oficial del Estado publicó este lunes el nombramiento de Coronel del Ejército de Tierra Ricardo Espíritu Navarro como nuevo director general del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta. El militar, especialista en artillería y con amplia experiencia internacional en Bosnia, Kosovo o Kabul, no cuenta con ninguna experiencia previa en movimientos migratorios, según describe El Faro de Ceuta.
Es el segundo militar que el Gobierno pone al cargo del CETI, sustituyendo al anterior director general, el coronel de la Guardia Civil Carlos Guitard Banet. Esa militarización de la dirección de estos centros ya se había experimentado cuando en 2012, Carlos Montero Díaz, también coronel de Ejército, pasó a dirigir el de Melilla, pese a estar en aquel momento en excedencia voluntaria.
La Delegación del Gobierno transformó entonces el cargo en puesto de libre designación entre funcionarios del grupo A-1, a quienes se les exige como requisito tener una carrera universitaria para poder acceder al puesto.
Espíritu Navarro asume la directiva del centro entre las críticas por las condiciones de vida de los inmigrantes. La comunidad argelina se queja de que nunca les dan pase para salir a la península como sí que hacen con los subsaharianos, por lo que se ven obligados, en muchos casos, a buscar vías alternativas de paso que ponen en riesgo su vida.
Escondidos en un camión frigorífico
En uno de esos intentos, en la madrugada del martes varios argelinos y marroquíes –entre los que había también dos menores de edad– han tratado de cruzar a la Península escondidos en un camión frigorífico. La Policía portuaria de Ceuta los ha localizado y ha identificado a varios de ellos como residentes en el CETI.
Según ha informado a EFE un portavoz de la Guardia Civil, la intervención se produjo anoche en el puerto ceutí cuando los agentes portuarios escucharon unos gritos que provenían del interior de uno de los camiones estacionados en el muelle de Poniente. Los agentes acudieron rápidamente a la zona y descubrieron que en el interior de la batea de uno de los camiones frigoríficos se escondían varios inmigrantes, algunos de ellos con síntomas de hipotermia.
En febrero, la constante entrada de inmigrantes y refugiados por vía marítima u ocultos en doble fondo de vehículos ha motivado que el CETI estuviera muy por encima de su capacidad. A principios de año residían en él 650 personas, pese a que su capacidad no superaba las 500 plazas, llegándose incluso a habilitar aulas formativas como dormitorios.