- Médicos Sin Fronteras (MSF) evalúa las necesidades y los daños en las instalaciones médicas de las comunidades afectadas en cinco departamentos del país: Grand'Anse, Sur, Nippes, Artibonite y Noroeste
Tras el paso del huracán Matthew por Haití el pasado 4 de octubre, el balance de víctimas oscila entre las 546, según las autoridades locales, y las más de 1.000, según las organizaciones internacionales
La falta de agua potable está llevando a la gente a beber de ríos y fuentes no tratadas y están surgiendo los primeros casos de cólera
Médicos Sin Fronteras (MSF) evalúa las necesidades y los daños en las instalaciones médicas de las comunidades afectadas en cinco departamentos del país: Grand'Anse, Sur, Nippes, Artibonite y Noroeste
En la ciudad de Jeremie, en el departamento de Grand'Anse, el hospital de referencia ha sufrido daños importantes y cuenta con poca agua y electricidad. Además, se han detectado ya casos de cólera y un número importante de supervivientes con heridas infectadas. En esta ciudad los equipos de MSF han llevado a cabo 450 consultas médicas. Una niña observa desde la puerta de la que fue su casa en la localidad de Roche-à-Bateau. Fotografía: Andrew McConnell/Panos Pictures.
En la ciudad de Jeremie, en el departamento de Grand'Anse, el hospital de referencia ha sufrido daños importantes y cuenta con poca agua y electricidad. Además, se han detectado ya casos de cólera y un número importante de supervivientes con heridas infectadas. En esta ciudad los equipos de MSF han llevado a cabo 450 consultas médicas. Una niña observa desde la puerta de la que fue su casa en la localidad de Roche-à-Bateau. Fotografía: Andrew McConnell/Panos Pictures.
MSF ha enviado personal en helicóptero y por carretera al departamento Sur, donde han comprobado que el huracán ha arrasado viviendas y comunidades a lo largo de toda la costa entre Tiburón y Port-à-Piment. Roche-à-Bateau, una ciudad costera en el suroeste de Haití donde viven unas 16.000 personas, ha sufrido una destrucción generalizada tras el paso del huracán. Fotografía: Andrew McConnell/Panos Pictures
MSF ha enviado personal en helicóptero y por carretera al departamento Sur, donde han comprobado que el huracán ha arrasado viviendas y comunidades a lo largo de toda la costa entre Tiburón y Port-à-Piment. Roche-à-Bateau, una ciudad costera en el suroeste de Haití donde viven unas 16.000 personas, ha sufrido una destrucción generalizada tras el paso del huracán. Fotografía: Andrew McConnell/Panos Pictures
Muchas personas están llegando a los hospitales y clínicas después de haber realizado largas caminatas por áreas completamente inundadas. MSF está atendiendo a numerosos pacientes por heridas y lesiones en pies y piernas. En Roche-à-Bateau, el puente del río se ha derrumbado tras el huracán y población no tiene otra opción que cruzarlo a pie. Fotografía: Andrew McConnell/Panos Pictures.
Muchas personas están llegando a los hospitales y clínicas después de haber realizado largas caminatas por áreas completamente inundadas. MSF está atendiendo a numerosos pacientes por heridas y lesiones en pies y piernas. En Roche-à-Bateau, el puente del río se ha derrumbado tras el huracán y población no tiene otra opción que cruzarlo a pie. Fotografía: Andrew McConnell/Panos Pictures.
Un camión de ayuda reparte agua tras el hundimiento de un puente en Roche-a-Bateau. El brote de cólera desatado tras el terremoto de 2010, causante de la muerte desde entonces de más de 9.000 personas, es una de las grandes amenazas tras el paso del huracán. Solo en el primer año, MSF trató a 170.000 pacientes. Ahora, la población está bebiendo agua directamente de los ríos y de fuentes no tratadas debido a la falta de agua potable lo que aumenta el riesgo de transmisión de esta y otras enfermedades. MSF ya ha atendido 87 casos de cólera en la ciudad de Port-à-Piment, a la que también ha suministrado materiales médicos. Fotografía: Andrew McConnell/Panos Pictures.
Un camión de ayuda reparte agua tras el hundimiento de un puente en Roche-a-Bateau. El brote de cólera desatado tras el terremoto de 2010, causante de la muerte desde entonces de más de 9.000 personas, es una de las grandes amenazas tras el paso del huracán. Solo en el primer año, MSF trató a 170.000 pacientes. Ahora, la población está bebiendo agua directamente de los ríos y de fuentes no tratadas debido a la falta de agua potable lo que aumenta el riesgo de transmisión de esta y otras enfermedades. MSF ya ha atendido 87 casos de cólera en la ciudad de Port-à-Piment, a la que también ha suministrado materiales médicos. Fotografía: Andrew McConnell/Panos Pictures.
El paso del huracán también ha afectado a centros médicos, pozos y redes de distribución de agua. MSF está centrando sus actividades en la atención a los posibles brotes de cólera que puedan surgir. La distribución de agua limpia en las zonas afectadas del suroeste es esencial para evitar la propagación de la enfermedad. Un hombre demasiado enfermo para caminar recibe agua en un refugio improvisado en el lugar donde estaba su casa en Roche-à-Bateau. Fotografía: Andrew McConnell/Panos Pictures.
El paso del huracán también ha afectado a centros médicos, pozos y redes de distribución de agua. MSF está centrando sus actividades en la atención a los posibles brotes de cólera que puedan surgir. La distribución de agua limpia en las zonas afectadas del suroeste es esencial para evitar la propagación de la enfermedad. Un hombre demasiado enfermo para caminar recibe agua en un refugio improvisado en el lugar donde estaba su casa en Roche-à-Bateau. Fotografía: Andrew McConnell/Panos Pictures.
Los equipos de MSF tratan de llegar a las áreas más afectadas del sureste. El acceso sigue siendo difícil debido a los daños ocasionados por el huracán en puentes y carreteras. En la capital del país, MSF va a reactivar el centro de tratamiento de cólera ‘Fígaro’ de Puerto Príncipe y continúa apoyando al Centro Diquini para pacientes de cólera. Una familia se baña en un río cerca de Port Salut, en el suroeste de la isla. Fotografía: Andrew McConnell/Panos Pictures.