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Los dibujos que resquebrajan el muro de la censura digital en China

El caricaturista chino conocido con el pseudónimo de Hexie Farm ha sido uno de los primeros en atreverse a retratar en sus dibujos la corrupción del gobierno, la censura y la represión en su país, de donde ha tenido que salir debido a la persecución que sufre. Sus caricaturas muestran la contradicción entre el lenguaje oficial y la realidad que encubren palabras como “armonía”, “grandioso” o “glorioso” que emplea el régimen. Estas palabras están en el corazón del movimiento de resistencia latente en China, donde ha surgido un glosario de términos, el Grass-Mud Horse Lexicon, que se usan para las discusiones políticas en Internet y que se burlan de la censura y del lenguaje políticamente correcto.

Hexie es además el impulsor del proyecto Dark Glasses Portrait, uno de los tres premiados en la categoría de comunidades digitales del festival Ars Electronica 2012 que se entrega Linz, Austria, donde lo entrevistamos.





The Dark Glasses Portrait

Dark Glasses Portrait nació como respuesta al acoso que sufre Chen Guancheng, un abogado y activista ciego dedicado a la defensa de los derechos humanos en zonas rurales del país. Chen se hizo internacionalmente conocido por sus campañas contra el abuso en la implementación de la política de un solo hijo. Fue arrestado y condenado, tras un juicio en el que se impidió a sus abogados acceder a la sala, a cuatro años y tres meses de prisión “por dañar la propiedad y alterar el tráfico”. Al cumplirse su sentencia en 2010 continuó en arresto domiciliario, bajo intensa vigilancia policial, y él y su mujer recibieron palizas después de que un grupo de derechos humanos denunciase su situación. Ante el acoso a Chen, Hexie Farm decidió poner en marcha un proyecto para visibilizar su situación y provocar la reacción de la sociedad china. Se fotografió con gafas oscuras como las del abogado, en solidaridad con él, y difundió la imagen a través de Internet. Otros ciudadanos se sumaron a la iniciativa y con las fotos se fue creando un enorme mural que imprimían y distribuían por las ciudades.

“Las gafas tienen un doble sentido. Por un lado son un homenaje a Chen, y por otro un símbolo de la necesidad de ocultar nuestra identidad en un país en donde se nos censura”, cuenta Hexie a Eldiario. “Nuestra intención con el mural era llamar la atención de la gente en nuestro país. Nos lavan tanto el cerebro, desde tan pequeños, que cuesta salir de esa dinámica de conformismo.”

Chongqing como detonante

Romper la inercia del país con mayor número de habitantes del mundo no es una tarea fácil, pero algo parece estar cambiando en China. Uno de los detonantes ha sido el escándalo que supuso descubirir que Wang Lijun, jefe de Policía de la ciudad de Chongqing, había solicitado asilo político a la embajada estadounidense tras implicar a Bo Xi Li, el mayor cargo del Partido en la ciudad, en el asesinato del empresario británico Neil Heywood. Chongqing es conocida por haberse convertido en capital de la corrupción y el crimen organizado en el país y el escándalo Wang destapó los abusos de poder de Bo Xi Li, a quien publicaciones chinas en el exterior calificaron como “el mayor gangster del país”.

Este suceso ha hecho tambalearse los planes de futuro del Partido de delegar el poder en Bo y ha tenido un impacto impredecible en la sociedad china. Fue el primer caso contado y documentado por los propios ciudadanos, que se concentraban a diario ante la embajada estadounidense para grabar y comentar lo que sucedía.

Hexie se emociona al contarlo. “De repente vemos a ciudadanos chinos implicados en asuntos políticos, algo que hasta ahora era un tabú. Comienza a romperse el muro que el Partido ha levantado en torno a los chinos”

El Muro

Mantener ese muro requiere de la vigilancia de todos los movimientos de los ciudadanos, por lo que el régimen invierte cada vez más esfuerzo en el control de Internet y de las comunicaciones en general. China es el país con mayor número de periodistas y ciberdisidentes detenidos, según Amnistía Internacional, y está entre los primeros de la lista de “Enemigos de Internet” que elabora anualmente Reporteros sin Fronteras.

La censura ha superado todos los límites en el intento de prevenir que se extiendan al país las movilizaciones en Oriente Medio y Norte de África y el resto del mundo. Se eliminan sistemáticamente las referencias a la Primavera Árabe y Occupy Wall Street de la Red china.

El espíritu del 4 de junio

“Aun así cada vez les resulta más difícil controlarlo”, asegura Hexie. “La gente habla. Todos sabemos lo que ha pasado en Túnez, en Egipto, lo que está pasando ahora en Siria, y es inevitable que nos veamos reflejados. El gobierno se esfuerza en su discurso pro-Asad, pero cada vez más gente desconfía de la narrativa oficial. La revolución siria interesa mucho a los chinos, es la que más seguimos y en la que nos vemos más reflejados.” Al preguntarle si ve posible un levantamiento similar en China, responde:

"Creo que los chinos tenemos tantos motivos para desear un cambio como los sirios. También creo que si hubiese un levantamiento la reacción de nuestro Gobierno no tendría nada que envidiar a la de Asad. Basta con recordar el 4 de junio de 1989, Tiananmen, donde manifestantes pacíficos fueron asesinados por tanques del ejército.”

Hexie Farm

Ha habido más cambios en China en este año de los que hemos vivido en los últimos 20 años. Comienza a surgir una conciencia ciudadana que llevaba demasiado tiempo dormida