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La historia del club de fútbol de supervivientes del ébola

“La gente nos tocaba”. Es la frase que más repite Ericson Turay para describir el éxito del primer gran partido de fútbol que disputó su equipo, el Kenema Ebola Survivors FC. El joven fundó el grupo después de ganar su propia batalla contra el virus en Sierra Leona y de perder mucho en el camino: murieron 38 de sus familiares. Solo él y su madre salieron con vida tras caer enfermos. “No sabía qué hacer para ayudar. La gente no nos quería tocar, no quería estar cerca de nosotros, de los supervivientes del ébola”. Decidió coger una pelota y echarla a rodar con las personas que habían superado la enfermedad. Hoy los llama “familia”.

Ericson, de 24 años, es uno de los 8.704 casos confirmados de ébola en Sierra Leona. Él logró salir con vida después de contraer el virus, en el brote más mortífero y complicado de los que la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene constancia. Sierra Leona ha sido el país que registró más casos entre los estados más tocados por el virus, Guinea y Liberia. En tierras sierraleonesas murieron 3.955 personas, del total de 11.314 fallecimientos de esta epidemia hasta la fecha que da ahora sus últimos coletazos. 38 de ellos eran familiares de Ericson.

Sierra Leona fue declarada libre de ébola el pasado sábado, 7 de noviembre, después de superar la barrera de 42 días desde que dio negativo el segundo test de diagnóstico del último paciente infectado en el país. La alegría y el alivio de dejar atrás el virus –aunque la OMS aún mantiene un periodo de unos tres meses de vigilancia menos estricta– no debe dar lugar al olvido, recuerdan desde Médicos Sin Fronteras y Médicos del Mundo. También Ericson Turay: “Todavía es muy duro para los supervivientes”, dice a eldiario.es en una conversación telefónica.

“Me gusta jugar al fútbol”

Ericson conoció a la epidemióloga francesa Nadia Waquier cuando el joven estaba en el hospital de Kenema en el que ella trabajaba, en mayo de 2014. “Lo conocí por azar”, cuenta Nadia a este medio. Desde entonces, han mantenido la amistad e iniciaron juntos el proyecto de Kenema Ebola Survivors FC, liderado por el chico. “Yo intenté recaudar apoyos, las primeras donaciones, me encargo de la cuenta de Facebook, un amigo hizo la página web...”.

Pero, ¿por qué un equipo de fútbol? “Un día Ericson me dijo que no sabía cómo ayudar. Le pregunté qué le gustaba hacer y me dijo, como tantos adolescentes, que 'jugar al fútbol”. Así concluyeron que un equipo de supervivientes de ébola sería un buen modo de entretener y crear vínculos entre los supervivientes y el resto de la comunidad que no se vio afectada por el virus. “El fútbol le interesa a todas las generaciones en todo el mundo”, resume Nadia.

Su proyecto, que comenzó en diciembre de 2014, ha ido sumando apoyos gracias a la repercusión en medios de comunicación. Sobre todo, el documental sobre el equipo de fútbol de los periodistas Ben C. Solomon y Tommy Trenchard en The New York Times . “Ahora somos unas 150 personas en el equipo” –dice Ericson– “pero no todos juegan, algunos solo apoyan”.

En total, hay dos equipos, uno de hombres (que lidera el joven fundador) y otro de mujeres, que guía Edith Massah Koroma. “Somos una familia”, repite en varias ocasiones Edith. Ella perdió a tres familiares debido al ébola: “Mi padre, a un hermano y una hermana”. Ella, al igual que Ericson, aunque este sengundo en mayor medida, ha tenido que hacerse cargo de “muchos niños que han quedado huérfanos por el virus”. Sobrevivir ha sido una nueva prueba para ellos: “No es fácil, nada fácil”, dice la chica, de 23 años.

Un estudio de Médicos del Mundo en el distrito de Koinadugu, en Sierra Leona, ha incidido en las repercusiones del virus sobre los supervivientes del ébola. Sus resultados indican que el 90% de los supervivientes perdieron a familiares durante el brote. De media, cada uno ha perdido a cinco de ellos. Y un 74% de los hogares afectados por la enfermedad salieron del brote sin el cabeza de familia.

“Los mayores retos están en la vida de los jugadores”, reconoce Nadia Waquier. Por ello, los fondos recaudados por Kenema Ebola Survivors FC están siendo destinados para “financiar las necesidades de los miembros para relanzar negocios o para las tasas de educación”. En muchos casos, los jóvenes dejaron de estudiar porque tenían que cuidar a los niños que quedaron a su cargo tras la muerte de sus padres y no podían pagar las tasas de sus estudios y al mismo tiempo mantener a los pequeños. Y ahí entra el club.

Luchar contra el estigma

Además, uno de los primeros objetivos del proyecto fue “acabar con el estigma”, explica Ericson. El chico recuerda que, al principio, nadie quería tocarlos: habían sido infectados con el virus que se llevaba por delante cientos de vidas y no querían acercarse a ellos. Por ello, Ericson recuerda con clara felicidad en su voz cómo fue el primer “gran partido”, contra los trabajadores del hospital de Kenema que los habían salvado la vida. Los supervivientes contra 'The Ebola Fighters', los luchadores sanitarios entre los que se encontraban, sobre todo, enfermeras. Las mujeres del Kenema Ebola Survivors FC se impusieron en su encuentro con las sanitarias, pero los supervivientes masculinos quedaron por detrás en el marcador.

“Ese día, la gente nos tocaba, nos tocaba”, enfatiza Ericson. Después de ese gran evento, han jugado contra equipos locales y el fundador habla de su nueva meta, aunque sabe que es difícil de cumplir: “Nos gustaría mucho jugar contra los supervivientes del ébola de otros países, pero de momento no hay dinero ni medios de transporte para ello”. Antes de desperdirse, vuelve a mencionar su nuevo reto. Se han cumplido otros que parecían imposibles, así que quién sabe.

Aún es necesaria cierta prevención en Sierra Leona, recuerdan desde Médicos Sin Fronteras, aunque se debe informar a la población con cuidado “para no estigmatizar a los supervivientes, como ocurre en algunas zonas”. El semen y la leche materna pueden contagiar el virus, “aunque con una efectividad mucho menor que con la sangre”, dice Olimpia de la Rosa, responsable médica de la Unidad de Emergencias de MSF. “Hay que informar a la población para mantener relaciones sexuales con barrera, una medida que no es siempre fácil que cale”.

E, indica De la Rosa, poco a poco la atención debe enfocarse en las necesidades de la población, de los supervivientes y del resto, que se encuentran con un sistema sanitario desbaratado por la epidemia. Según los datos de la OMS, 221 trabajadores sanitarios murieron y el informe de Médicos del Mundo indica que servicios rutinarios se han visto mermados: la tasa de vacunación infantil se ha reducido un 60% tras la epidemia.

“El sistema de salud de Sierra Leona era muy precario ya antes del ébola y se ha visto muy afectado. El personal sanitario era claramente insuficiente y ahora hay menos. Era uno de los puntos débiles del sistema y hay que afrontarlo con medidas a largo plazo. La clave es que no se den los elementos para que una epidemia como esta se repita, porque se convierten en lugares de amplificación”, explica la responsable de MSF. ¿Qué se necesita? “Una inversión millonaria y a largo plazo para dejar el sistema de salud mejor de lo que estaba”.

Y mucho apoyo social. Ericson y Edith ahora son más optimistas y echan la culpa al equipo de fútbol. “La gente está contenta con el equipo, somos como una familia y hemos demostrado que los supervivientes podemos hacer cualquier actividad. Podemos jugar, correr... Podemos como cualquier otro”, zanja Ericson.