El número de solicitantes de asilo acogidos en hoteles denunciados como insalubres y peligrosos para los menores se ha disparado en los últimos dos años en Reino Unido. Lo que debía ser una solución temporal ante la llegada de miles de personas que cruzan el canal, la mayoría procedentes de Albania, se ha convertido en el principal destino de los migrantes en los últimos meses.
En marzo de 2020, había 2.577 personas en estos centros de acogida provisionales –la mayoría hoteles en el sur de Inglaterra–; en septiembre de 2022, ya eran 37.142, según datos del Ministerio del Interior recogidos por The Guardian. La mayoría de los solicitantes de asilo, más de 53.000, están en casas y otro tipo de alojamientos, pero este número no ha crecido tanto desde 2020, según los datos del Ministerio.
The Guardian reveló en enero la desaparición de menores no acompañados que estaban a cargo de la administración pública en estos hoteles y que en algunos casos pueden haber caído en manos de redes de tráfico de personas y prostitución, según un denunciante que habló con el diario británico.
Esta persona, que trabajaba para una empresa privada contratada para la gestión de un hotel en Brighton, aseguró que decenas de menores son presa de bandas locales. “Literalmente cogen a niños delante del edificio. Los niños desaparecen y ya no se encuentran. Los traficantes los cogen de la calle”, dijo este denunciante.
En el Parlamento, el secretario de Estado de Interior, Simon Murray, reconoció que unos 200 niños que estaban en esos hoteles han desaparecido y no han sido localizados. Casi el 90% llegaron a Reino Unido desde Albania y la gran mayoría son chicos, pero entre los menores sin localizar también hay al menos una niña y 13 niños que tienen menos de 16 años.
“El Ministerio del Interior no tiene poder para retener en estos hoteles a niños no acompañados que piden asilo y sabemos que algunos han desaparecido. Muchos de ellos están localizados”, dijo Murray, que aseguró que sería “un error generalizar” sobre los motivos de su desaparición. También dijo que el Gobierno británico quiere dejar de utilizar estos hoteles “en cuanto sea posible”.
Sus explicaciones no convencieron ni a la oposición ni a las organizaciones especializadas en derechos humanos.
“Sabemos por nuestro trabajo que los niños que han experimentado un horror y una inestabilidad inimaginables al venir a nuestro país en busca de seguridad están muy traumatizados y son vulnerables”, dijo Enver Solomon, consejero delegado del Consejo de Refugiados, una de las más de 100 organizaciones que han firmado una carta pidiéndole cuentas al Gobierno británico y el final de los hoteles como solución temporal. “Este es un escándalo de protección infantil que los ayuntamientos, la policía y el Gobierno deben abordar con urgencia para garantizar que cada niño esté a salvo”.
Ratas y setas en el baño
Varias organizaciones de derechos migrantes han denunciado las condiciones de estos hoteles, que sufren plagas de ratas, goteras y humedades que hasta hacen crecer setas en los baños, y tienen habitaciones sin ventanas o con ventanas que no se pueden abrir. En Croydon, una ciudad a las afueras de Londres donde hay tres hoteles de acogida, la policía ha recibido denuncias de acoso sexual y otros abusos.
“Los peticionarios de asilo me dicen que han tenido pensamientos suicidas como resultado de vivir en estas condiciones”, decía en noviembre Adam Yasir, cofundador de Croydon Refugee and New Communities Forum, una de las organizaciones que ha denunciado la falta de personal y preparación para gestionar estas comunidades improvisadas. El grupo se queja de que el personal es escaso y no está preparado para tratar con menores no acompañados. El Gobierno asegura que no mezcla adultos con niños en los hoteles, pero varias denuncias indican que sí lo hace.
El Gobierno estima que en 2022 casi 13.000 personas de origen albanés cruzaron el canal de la Mancha, un tercio de ellos en pequeños barcos y lanchas. La albanesa es ahora la principal nacionalidad identificada por Reino Unido entre los peticionarios de asilo, seguida por la afgana.
En 2020, 50 albaneses llegaron al Reino Unido en pequeñas embarcaciones. En 2021, fueron 800, y en 2022, solo hasta octubre, 12.000. Muchos de los peticionarios se acogen a un mecanismo de protección previsto por la ley británica alegando que están en peligro de ser presas de grupos criminales y ser sometidos a condiciones de esclavitud.
“El crecimiento ha sido exponencial y creemos que se debe al hecho de las bandas criminales albanesas se han establecido en el norte de Francia y han empezado a llevar a números enormes de migrantes”, explicaba en una audiencia en la Cámara de los Comunes en octubre Dan O’Mahoney, el comandante encargado del control de la migración en el canal. “Sin duda, hay personas que necesitan nuestra ayuda, pero también hay un número grande que están haciendo trampas de manera deliberada para aprovecharse del sistema”.
La mayoría de quienes llegan en embarcaciones pequeñas son hombres adultos, según O’Mahoney, aunque los solicitantes de asilo que consiguen la protección por peligro de tráfico de personas son sobre todo mujeres y niños.