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Human Rights Watch denuncia “abusos y hostigamiento” a solicitantes de asilo LGTBI en Ceuta

Human Rights Watch (HRW) ha denunciado el “hostigamiento y abusos” a los que están expuestos los solicitantes de asilo LGTB en Ceuta, por lo que ha exigido a las autoridades españolas su traslado urgente a la península. De esta forma, la organización internacional pide al Gobierno el cese de “la política de facto que bloquea a la mayoría” de demandantes de protección en la ciudad autónoma.

La investigadora de HRW Judith Sunderland viajó a finales de marzo a la ciudad autónoma para analizar el estado de los derechos humanos en la ciudad fronteriza española. “Los solicitantes de asilo LGTBI que huyeron de contextos de intimidación y hostigamiento homofóbico en su país de origen enfrentan abusos similares en Ceuta, tanto en el centro de inmigración como en las calles”, ha afirmado la directora asociada para Europa y Asia Central de la organización.

“España debería trasladar a estas personas a centros de acogida en la península, donde pueden obtener los servicios y la asistencia que por derecho les corresponden”, ha apuntado.

Según personal del Centro de Estancia Temporal de Ceuta, actualmente hay entre 70 y 80 solicitantes de asilo en el centro de Ceuta, de los cuales al menos 10 han pedido asilo alegando discriminación por su orientación sexual o identidad de género.

Según recuerda la ONG en un comunicado, durante su visita al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes -el 28 y 29 de marzo-, había 943 residentes y “muchos de los cuales vivían en grandes tiendas instaladas en lo que anteriormente había sido una cancha de baloncesto dentro del predio, mientras otros dormían en salas que deberían usarse para clases o actividades grupales”.

La ONG denuncia la difícil situación que atraviesan los solicitantes de asilo LGTBI al chocarse con “ataques y hostigamiento” en el lugar donde esperan dejar a un lado los obstáculos a vivir su orientación sexual y orientación de género en libertad. Un miembro del personal contó a Human Rights Watch que otros residentes suelen “burlarse, hostigar y atacar” a las personas LGBT que solicitan asilo. “Muchos no aceptan compartir una habitación con un homosexual. O los hostigan aquí o pelean fuera del centro”, recoge en su comunicado la ONG.

La ONG recoge el caso de Ahmed (nombre ficticio), procedente de Marruecos. Según explica, huyó de su país porque “sufría amenazas de su familia y de la policía”. No obstante, asegura que está recibiendo el mismo trato por parte de otras personas que se alojan en el CETI. “Ellos me dicen que si me ven afuera [del centro] me van a pegar”, relató Ahmed a HRW. “Me atacan, y yo escapo. Una vez, en noviembre o diciembre, uno me pegó”. Tanto Marruecos como Argelia criminalizan la actividad sexual con consentimiento entre personas del mismo sexo, y prevén para esto una pena de hasta tres años de prisión y multas.

Por ello, la ONG exige al Gobierno de España el traslado urgente a la Península de las personas que solicitan asilo en Ceuta, quienes actualmente se ven bloqueados en la península ibérica generalmente hasta la resolución de su solicitud, un proceso que puede extenderse hasta dos años. Según Hunman Rights, esta política “está diseñada para disuadir las demandas de los solicitantes de asilo”.

Tal y como recuerda HRW, los migrantes que no piden asilo son trasladados con mayor fluidez a la Península, con una orden de expulsión bajo el brazo. “Allí son asignados a centros de detención mientras se encuentra pendiente su deportación o a refugios gestionados por organizaciones no gubernamentales. Sin embargo, a los solicitantes de asilo en general no se les permite trasladarse”, añade.

“La evidencia sugiere que las autoridades ofrecen una dura alternativa a las personas que necesitan protección, al exigirles que manifiesten su necesidad y permanezcan meses o años en una situación indefinida en Ceuta, o que corran el riesgo y pidan asilo recién después de haber sido trasladadas al territorio continental, cuando ya tienen una orden de expulsión en mano”, critica Sunderland.

Francisco (nombre ficticio) es una de las personas cuyo traslado se retrasa. El ciudadano marroquí de 30 años vive en el CETI hace 14 meses, apunta HRW. Su familia lo echó cuando tenía 12 años debido a su sexualidad. Había sido violado por dos hombres en un basural cuando todavía era adolescente, y golpeado y detenido por la policía, relata la organización.

“Llegó a un punto límite cuando un primo, con quien Francisco había vivido después de que aquel regresara tras vivir algunos años en el extranjero, se puso en su contra tras enterarse de que era gay”, explican la ONG.

“Me vine a Ceuta. No me quedaba más remedio que pedir asilo. Pero aquí está muy mal. Estoy desesperado. Ceuta me parece igual como en Marruecos”, ha confesado Francisco a HRW. “Una vez estaba en la playa, un tío un poco mayor me ofreció un purrito. Dije que no. Él quería abusar de mí, pero no quería, y me tiró una piedra y me pegó un puño. Fui a la policía. Al inicio no quisieron tomar la denuncia. No hicieron nada, lo veo siempre ahí…”, lamenta el solicitante de asilo.

Desde HRW, recuerdan que el CETI no es un lugar adecuado para demandantes de protección internacional por motivos de orientación sexual o identidad de género. “Las mejores prácticas para la acogida de personas identificadas como solicitantes de asilo LGBT s incluyen alojamiento en habitaciones individuales, traslados a centros más pequeños, capacitación específica para el personal y facilitación del acceso a organizaciones LGBT y redes de apoyo”, enfatizan desde HRW.