El ministro de Asuntos Exteriores luxemburgués, Jean Asselborn, ha exigido la exclusión de Hungría de la Unión Europea como única alternativa para salvaguardar la cohesión y el mantenimiento de los valores comunitarios, y ha puesto como ejemplo la actitud “hostil” que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, mantiene hacia los refugiados.
En una entrevista que publica este martes el diario “Die Welt”, Asselborn ha asegurado que todo país “que como Hungría construye vallas contra los refugiados de guerra o vulnera la liberta de prensa y la independencia de la justicia, debería ser excluido temporalmente o, en caso necesario, para siempre de la UE”.
Asselborn ha recalcado la falta de memoria de un país “en el que en 1956 centenares de miles de personas huyeron de los sóviets hacia Europa”, y ha culpado a la política del gobierno de Orbán de ser la causa de que la UE sea vista en el mundo “como una unión que se permite defender los valores hacia afuera, pero que luego ya no es capaz de manteneros hacia adentro”.
Rreferéndum contra los refugiados
El próximo dos de octubre Hungría celebrará un referendo para “parar a la UE” en su “imposición” de las cuotas para acoger a refugiados que, a día de hoy, ningún país comunitario ha llegado a cumplir.
Ante la pregunta: “¿Quiere que la Unión Europea disponga, sin el consentimiento del Parlamento (de Hungría), sobre el asentamiento de ciudadanos no húngaros en Hungría?”, el Ejecutivo pide a los ciudadanos que voten “no”, mientras vincula la llegada de migrantes y refugiados con la delincuencia y el terrorismo.
Además, algunos de los carteles oficiales de la camapaña sobre la consulta muestran mensajes como: “Desde el inicio de la crisis migratoria en Europa murieron más de 300 personas en ataques terroristas” o “El atentado de París fue cometido por inmigrantes”.
Doble valla con cuchillas 'made in Spain'
“La valla que construye Hungría para mantener alejados a los refugiados es cada vez más larga, más alta y más peligrosa”, opina el ministro de exteriores de Luxemburgo. Hace referencia a la segunda alambrada fronteriza “más robusta” que Orbán ha anunciado que construirán, y que se sumará a la ya existente. Las cuchillas de esta última están fabricadas por la empresa española European Security Fencing, ubicada en Málaga.
Cuando se contruyó la primera valla, Hungría la comparó con las existentes en Ceuta y Melilla para hacer referencia a su “eficacia” en la frenada del paso a migrantes, pese a que las ONG los reporteros gráficos que trabajan en las ciudades autónomas han dejado constancia en varias ocasiones de los cortes que producen las concertinas. La última muerte documentada por causa directa de las cuchillas fue en 2009, cuando una persona murió desangrada en la valla de Ceuta por un corte.