El Ministerio del Interior deportará este jueves a un grupo de inmigrantes de países subsaharianos en un nuevo vuelo macro con destino a Nigeria, según han informado a Europa Press en fuentes consulares. El avión podría hacer escala en Malí para deportar a ciudadanos de esta nacionalidad llegados a España en las últimas semanas vía Melilla. Las personas que van a ser repatriadas se encuentran en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Madrid y volarán en menos de 24 horas a Lagos. Se desconoce si el vuelo ha sido fletado por España en solitario o si se trata de una colaboración con la agencia europea de fronteras, FRONTEX, pues la Dirección General de Policía no informa al respecto.
En total, serán doce los ciudadanos de Nigeria que irán a bordo de ese avión, entre ellas dos mujeres que se dicen congoleñas, junto a un keniata y dos jóvenes de Malí, tal y como han ido confirmando la Embajada de Nigeria y las distintas organizaciones y letrados que trabajan con los internos en el CIE, consultados por Europa Press.
Estas entidades sospechan asimismo que el vuelo hará escala en Bamako para deportar ciudadanos malienses llegados a España vía Melilla en los últimos meses, dado que ya el pasado 22 de mayo se produjo un vuelo macro rumbo Malí y Nigeria. Aquella repatriación, prevista inicialmente para el 25 de mayo, fue así adelantada tres días, conforme denuncian las organizaciones por el cierre de los CIE. No obstante, la Embajada de Malí en España no tiene constancia de que ciudadanos de esta nacionalidad vayan a ser deportados este jueves, sin embargo, si se trata de personas con pasaporte en vigor, los servicios consulares no necesitan autorizarlo. Con todo, al menos dos jóvenes de Malí recluidos en el CIE ya han sido notificados de su deportación en el vuelo de este jueves, según las fuentes consultadas.
Hasta el pasado 7 de marzo, cuando se realizó el primer vuelo macro con escala en Bamako, España no deportaba inmigrantes a Malí por considerar que se trataba de un país en conflicto.
En la actualidad, se realiza un cribado entre los ciudadanos del sur, para los que no se presume peligro, y del norte, área de dominio islamista, que sí lo están. En caso de duda, la Embajada de Malí no suele conceder el salvoconducto necesario para la repatriación.
Este es el mismo criterio que se aplica para admitir o no a trámite las solicitudes de asilo de ciudadanos de Malí en España. Cuando consiguen demostrar que proceden de la zona del país controlada por los islamistas, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados informa favorablemente las peticiones.
Con todo, los malienses no siempre llegan a solicitar asilo porque, según ha denunciado la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), se producen déficits: no se facilita información a los migrantes sobre la existencia de esta posibilidad ni los pasos a seguir para acogerse. No sería el caso de este nuevo vuelo de repatriación, según fuentes de la ONG.
Para la ejecución de las deportaciones, el Gobierno convocó un concurso que se saldó con la formalización en marzo de 2013, de un contrato con Air Europa y Swiftair por importe de 11,8 millones de euros, que ha motivado una movilización de “boikot” contra ambas aerolíneas en España por parte de la Campaña Estatal por el Cierre de los CIE.
153 vuelos en 2012
En la actualidad, Interior no proporciona datos sobre los vuelos que fleta al cabo del año en solitario o en colaboración con Frontex, aunque el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (Defensor del Pueblo) publicó en su informe de 2013 las cifras del periodo anterior.
Según esa recopilación estadística, en 2012 se fletaron 153 vuelos de repatriación de inmigrantes a través de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras y otros 13 en colaboración con Frontex, de los que cinco estaban organizados directamente por Interior, con los que se expulsó de España a 3.251 extranjeros.
De los 153 fletados por el Gobierno en solitario, la mayoría fueron repatriaciones a Marruecos vía Ceuta (95 vuelos con 2.028 inmigrantes a bordo) o vía Melilla (42 vuelos y 212 expulsiones). Todos los vuelos salieron del Aeropuerto Internacional de Madrid-Barajas, aunque haciendo escala en lugares diversos, como Barcelona o Málaga, antes de cruzar el Mediterráneo.
El resto, un total de 16, fueron de carácter internacional, a destinos como Nigeria, Camerún, Congo, Senegal, Gambia, Ecuador y Colombia, y sacaron del país a 759 extranjeros. Estos vuelos también procedían de Madrid y algunos hicieron escalas en Barcelona o en Málaga. En todo el año se identificaron 9 incidencias en los vuelos, la mayoría por resistencia del repatriado.