Cerca de 40 internos del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Madrid han remitido una carta al Juez de Control en la que aseguran vivir en un “infierno” en el que faltan “múltiples y graves agresiones” como “tratos racistas, empujones, insultos y amenazas” tras la última fuga.
Un total de 46 internos del CIE de Aluche se escaparon el pasado sábado por la noche de las instalaciones tras forzar la puerta de entrada. La Policía detuvo a 29. Los centros de internamiento son espacios donde se encierran, durante un máximo de 60 días, a personas extranjeras por estar en situación irregular, lo que supone una falta administrativa, no un delito.
“¿Qué pasa con nuestro respeto, nuestros derechos y nuestra dignidad?”, han expuesto los internos en la misiva que han hecho llegar también a SOS Racismo. Además, aseguran que tienen a sus familias “sufriendo afuera” y que “hay personas a las que deportan y no tienen nada de familia ni nada de dinero en su país o incluso llevan toda su vida en España y los quieren deportar”. “Esto, señor juez, es un infierno”, concluyen.
SOS Racismo ha asegurado que “dos de las personas que relatan haber sufrido agresiones han recibido una denuncia por parte de la Policía”.
“Muchas de estas personas habían sido trasladadas al CIE desde la frontera, inmediatamente después de su entrada en territorio y tras superar una travesía peligrosa y potencialmente traumática”, ha expuesto SOS Racismo en un comunicado.
Así, la organización sin ánimo de lucro ha señalado que los internos han estado sometidos a una situación de “privación de libertad en un espacio hostil”, el CIE, en el que “las situaciones de estrés y ansiedad se suceden a las vulneraciones de derechos”.
Según ha relatado un joven interno a SOS Racismo, cuando terminó la cena y se dirigía a su celda, habría sido interceptado por dos agentes de la Policía Nacional que le habrían empujado y propinado una “brutal patada” en el pecho.
“El joven ha estado vomitando sangre posteriormente lo que ha implicado que tuviese que acudir al servicio médico”, apunta SOS Racismo.
Al parecer, siempre según el relato de SOS Racismo, dos de las personas que intentaron escapar fueron esposadas en las inmediaciones del CIE “y golpeadas durante varios minutos”. “Una de ellas habría llegado a perder el conocimiento”, han apuntado.
“Ambiente de represión”
SOS Racismo sostiene que el último intento de fuga habría derivado en un “ambiente de represión” en el centro. Así, el domingo, mientras se formaba la fila del comedor, un policía habría “hostigado” a los internos para que formasen la fila.
Fue entonces cuando presuntamente habría cerrado la puerta en la que estaba apoyado un interno aplastando su mano. “Las demás personas presentes gritaron para que abriesen la puerta al ver que se le había pillado y sangraba”, han alertado.
Con el apoyo de la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura y de la Asociación Libre de Abogados, SOS Racismo ha iniciado los trámites para denunciar estos hechos.