Italia desbloquea el pacto migratorio de la UE. Los 27 han logrado cerrar este miércoles su posición respecto al último reglamento que tenían pendiente: el de gestión de crisis. Es la pieza más delicada de las cinco que componen el paquete y la necesidad de hacer equilibrios entre las distintas posiciones se evidenció la semana pasada en Bruselas con el abandono de Italia, que se descolgó del texto que había apoyado en julio por los cambios que la presidencia española había incluido para atraer a Alemania. El Gobierno de Giorgia Meloni se plantó por la inclusión de un párrafo que especificaba que las “operaciones de ayuda humanitaria no deben considerarse instrumentalización de migrantes cuando no hay objetivo de desestabilizar a la Unión o a un estado miembro”. El resto de socios han cedido a sus exigencias y han sacado esa parte del articulado.
Fuentes diplomáticas atribuyeron el bloqueo de la semana pasada a los problemas internos del Gobierno de Giorgia Meloni, donde compiten las dos almas de la extrema derecha xenófoba. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se mostró confiado entonces en que hubiera un acuerdo en los días siguientes y, especialmente, antes de la reunión que los líderes de la UE mantendrán este jueves en la Comunidad Política Europea y este viernes en el Consejo Europeo informal que se celebran en Granada. Aún así, el asunto migratorio será uno de los temas que debatirán a instancias de Meloni, que lo reclamó específicamente.
Los embajadores ante la UE han cerrado el acuerdo en una reunión celebrada este miércoles después de que el bloqueo permaneciera el lunes. Aunque había mayoría suficiente para fijar la posición, nadie se planteó ir hacia adelante sin Italia, que es uno de los principales actores involucrados en la gestión migratoria y más tensionados por el incremento de las llegadas. El Gobierno de Giorgia Meloni se negó a ratificar el texto en el Consejo de Asuntos de Interior la semana pasada por los cambios que la presidencia española introdujo para atraer a Alemania, que quería más garantías para las las familias de refugiados con niños, aunque en ese punto no hubo avances, y también hacia las ONG.
Menos garantías para las ONG
Italia se negaba a incluir una salvaguarda para las ONG que navegan en el Mediterráneo para salvar vidas y que se había incluido en el borrador. “Las operaciones de ayuda humanitaria acordes a los estándares europeos no deben considerarse instrumentalización de migrantes cuando no hay objetivo de desestabilizar a la Unión o a un estado miembro”, se añadió en el artículo 1. Ahora esa premisa desaparece del articulado y se limita a la exposición de motivos, es decir, que deja de ser legalmente vinculante.
Fuentes diplomáticas apuntaban en los últimos días a que el 'no' del Gobierno de Meloni se debía a los problemas dentro de la coalición y a que no podía darle una victoria a Berlín tan rápido en plena tensión precisamente por el asunto migratorio. El Ejecutivo italiano, que tiene a las ONG en la diana, reprochó a Alemania la ayuda financiera a organizaciones que navegan en el Mediterráneo para llevar a cabo operaciones de rescate de personas migrantes a la deriva y, por su parte, Alemania ha anunciado que dejará de aceptar refugiados procedentes de ese país dentro de sus procedimientos voluntarios de acogida como protesta por el incumplimiento del Reglamento de Dublín, que obliga a los países de llegada a llevar a cabo las labores de registro de los refugiados.
Alemania también quería mayores garantías en ese reglamento, que en general establecerá las normas de asilo en momentos excepcionales de crisis migratorias. En concreto, el Gobierno de Olaf Scholz logró la eliminación del artículo 5 que permitía rebajar los estándares mínimos de condiciones básicas de alimentación, cuidado médico o ropa de los migrantes. Aún así, el canciller había dado la orden de dejar de bloquear el texto ante la cita de los ministros del Interior para que pudiera avanzarse en la negociación del conjunto del pacto migratorio.
Endurecimiento de las normas para el asilo
En términos generales, la posición de los 27 respecto al reglamento de gestión de crisis persigue endurecer las normas habituales en el proceso de concesión de asilo cuando se dan esas circunstancias excepcionales. Lo que plantea el texto es alargar los plazos. Por ejemplo, permitiendo que los solicitantes estén en los centros de detención ocho semanas más de las doce que establece la normativa general.
Una vez desbloqueado en el Consejo el reglamento de gestión de crisis, podrán comenzar las negociaciones a tres con el Parlamento y la Comisión Europea. Además, se reanudarán las conversaciones sobre otros dos expedientes que ya estaban avanzados (screening y Eurodac) y que la Eurocámara suspendió para presionar a los gobiernos a cerrar su posición respecto a la pieza pendiente. La intención es que los cinco dosieres que componen el pacto migratorio estén aprobados a final de año o, como muy tarde, en febrero de 2024, que es cuando formalmente acaba el mandato antes de las elecciones europeas de junio.
Las negociaciones serán duras ya que las posiciones de partida son muy dispares entre el Parlamento y los gobiernos. Por ejemplo, los eurodiputados apuestan por el reparto obligatorio de cuotas de refugiados mientras que los 27 descartaron esa posibilidad y han planteado una fórmula de 'solidaridad a la carta' por la que los países pueden negarse a acoger refugiados con el pago de 20.000 euros por persona rechazada.