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Italia rompe con la era Salvini y abre sus puertos al barco de MSF, pero solo tras un acuerdo con otros países de la UE

El Ocean Viking

Desalambre

Las autoridades marítimas italianas han asignado este sábado un puerto seguro para desembarcar a los 82 migrantes rescatados en dos operaciones por el buque humanitario Ocean Viking. Será Lampedusa. De momento, se desconoce si será el barco el que atraque en la isla siciliana o serán trasladados a patrulleras de la Guardia Costera italiana, como informa La Repubblica. La tripulación ha recibido indicaciones para dirigirse a la zona.

Las ONG SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras, que operan el barco, han mostrado en Twitter su “alivio” ante la decisión. En un vídeo difundido por las organizaciones se aprecia el momento en el que informan a las personas rescatadas de que podrán pisar tierra firme en el puerto italiano, entre aplausos y gritos de alegría.

La mayor parte de los náufragos cumplían este sábado su sexto día a bordo de la nave. La tripulación solicitó formalmente puerto seguro a Italia este miércoles. Ese mismo día, una mujer embarazada de nueve meses había tenido que ser evacuada por las autorizadas maltesas junto a su marido para evitar posibles complicaciones.

Al día siguiente, este jueves, el Ejecutivo italiano anunció que varios países de la UE estaban dispuestos a acoger a las personas rescatadas una vez en tierra firme. “Permitirá una solución adecuada y rápida”, dijo en un comunicado. Esta vez también ha habido espera a bordo de la nave, pero más corta que en anteriores ocasiones. Dos días después, Italia les ha concedido puerto. Se desconoce con exactitud qué Estados se han comprometido a reubicar a los rescatados. Según informa La Repubblica, Francia y Alemania serán dos de los países que recibirán a los rescatados.

SOS Méditerranée considera que “las instrucciones son una señal alentadora de que varios estados europeos, incluida Italia, han acordado trabajar juntos”, aunque también han recordado que la asignación de un puerto seguro “está en línea con los requisitos del derecho internacional”. “La asistencia a las personas en peligro debe colocarse por encima de todas las demás consideraciones políticas, hoy y siempre”, sostiene la ONG. Por su parte, MSF indica que el “ofrecimiento de las autoridades italianas es una clara muestra de valores humanitarios y representa un paso positivo hacia una respuesta más humana al sufrimiento que continúa en el Mediterráneo central”.

El rescate del Ocean Viking ha supuesto la primera prueba para el nuevo Gobierno italiano sin Matteo Salvini al frente de Interior. Ni el M5S ni el PD habían despejado las dudas sobre si abrirían o no los puertos italianos tras más de un año de cierre decretado por el Ejecutivo anterior.

En los últimos meses –desde la entrada en vigor del decreto impulsado por el ultraderechista Salvini–, cada vez que una ONG notificaba que había completado un rescate en el Mediterráneo, el exministro del Interior italiano respondía en cuestión de horas firmando una orden de prohibición de entrada en aguas territoriales. Estas llevaban también la rúbrica de ministros del Movimiento 5 Estrellas. En esta ocasión, el nuevo Gobierno no ha impedido al buque Ocean Viking que ingrese en aguas italianas.

Lo que no ha cambiado es que Italia ha seguido condicionando el desembarco a un acuerdo previo para el reparto de los migrantes a bordo entre varios Estados europeos. Esta ha sido la principal solución puesta en marcha en el último año para dar una salida tras días, a menudo semanas, de estancamiento provocado por el bloqueo en alta mar a las naves de las ONG, también mercantes o militares. El destino final más frecuente en todo este tiempo ha sido Malta, pero también Italia.

Sin embargo, se trata de acuerdos puntuales barco por barco forzados por la negativa de los países más cercanos a abrir sus puertos, no de un mecanismo predecible y estable que evite la incertidumbre y la improvisación tras cada operación de rescate, como reclaman las ONG y organismos como Acnur. Es decir, el final de cada operación de salvamento de organizaciones humanitarias sigue, de momento, quedando a merced de la voluntad de los Estados de iniciar conversaciones y participar en la reubicación, algo que no ocurría antes del primer cierre de puertos italianos en junio de 2018.

“Que se haya designado un puerto seguro calificado como tal es una buena noticia”, considera Nicola Stalla, Coordinador de Búsqueda y Rescate a bordo del Ocean Viking. “Pero tener que esperar de varios días a varias semanas no es tolerable. Instamos a los Estados europeos a establecer un mecanismo efectivo, coordinado y predecible que garantice puertos seguros de desembarque para las personas rescatadas en el mar”, agrega. Lo mismo reclaman desde MSF: “Las personas rescatadas no deben verse obligadas a soportar largas demoras mientras los gobiernos europeos realizan pantomimas políticas innecesarias con cada rescate”.

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