La ONG Sea Watch lleva seis días en el mar con 47 personas rescatadas el pasado sábado de un bote en peligro en el Mediterráneo central. Una vez más, se repite el guion. Pese a los llamamientos constantes de la organización, ningún país europeo les ha autorizado a desembarcar en un puerto seguro. Italia ya ha dicho que no permitirá atracar a la nave humanitaria, que se dirige hacia la costa para resguardarse del temporal.
Según ha alertado la ONG alemana, sobre el Mediterráneo se cierne un ciclón “raro” que generará olas de siete metros, lluvia y viento gélido. “Las personas rescatadas sufren mucho por el frío. Necesitamos un refugio, un puerto seguro, lo antes posible”, señaló la organización este miércoles.
Matteo Salvini, líder de la ultraderechista Liga y, como ministro de Interior, impulsor de la política de puertos cerrados a los barcos de las ONG, ha tachado la decisión de la nave Sea Watch de dirigirse hacia la isla italiana de Sicilia como “la enésima provocación”.
“Nadie desembarcará en Italia. Estamos preparados a mandar medicina, víveres y todo lo que se llegara a necesitar. Pero los puertos italianos están y seguirán cerrados”, ha asegurado el también vicepresidente del Gobierno en Twitter. Este miércoles, Salvini volvió a pasar la pelota a Malta, a la que pidió que abriera sus puertos a los rescatados.
Por su parte, Luigi Di Maio, también vicepresidente del Gobierno italiano y líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S), ha asegurado que el Ejecutivo proporcionará “apoyo médico y sanitario” a la embarcación en caso de necesitarlo, pero instó a desembarcar a los migrantes rescatados en Francia, un país que Roma mantiene en el centro de sus críticas.
“La nave tendrá por parte del Gobierno italiano, si lo necesita, apoyo médico y sanitario. Después les invito a poner rumbo a Marsella para desembarcar a esas personas en suelo francés, mejor que esperar inútilmente en aguas italianas durante años”, apunta. Di Maio sostuvo que, según estableció el Consejo Europeo, “las responsabilidades de Europa en materia de inmigración son compartidas”, pues al Mediterráneo “no solo se asoman Italia, Grecia o España”, sino también Francia, que, dijo, “debe hacer su parte”.
El pasado 9 de enero, tras 19 días de espera en alta mar, Malta autorizó la llegada de 49 migrantes que habían sido rescatados por Sea Watch y otra ONG también alemana, la Sea Eye. El final de la odisea para estas personas, entre ellas menores y algunos bebes, llegó tras un acuerdo para su distribución en ocho países europeos: Alemania, Francia, Portugal, Irlanda, Rumanía, Luxemburgo, Holanda e Italia.