La ONG alemana Lifeline, cuyo barco lleva seis días esperando en el Mediterráneo con unos 230 migrantes a bordo en “condiciones dramáticas”, sigue sin recibir instrucciones de Malta para desembarcar en sus puertos, a pesar de que Italia anunció este lunes que la isla les dejaría atracar. Por el momento, según ha explicado la ONG, Malta solo le ha permitido entrar en aguas territoriales para resguardarse del mal tiempo, pero aún no se les deja atracar.
La ONG alemana, que ha fletado un barco con bandera holandesa, ha explicado en Twitter que tras su petición recibieron un mensaje del Centro de Coordinación de Rescate de Malta en el que les permitían entrar en aguas territoriales para resguardarse del viento y les dieron unas coordenadas para situarse.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, dijo este martes que Malta había dado su autorización a que el barco atracase en sus puertos, pero las autoridades maltesas aún no ha dado el permiso ya que esperan que los países europeos se hagan cargo de los migrantes a bordo. Según ha informado la reportera de la Rai Angela Caponetto, el primer ministro maltés, Joseph Muscat, dará una rueda de prensa este miércoles a las 13:00 horas.
La ONG alemana había pedido en la mañana de este miércoles a las autoridades maltesas permiso para al menos acercase a las costas de la isla para protegerse de las altas olas y fuertes vientos ya que muchas de las personas a bordo están gravemente mareadas y se esperan que el tiempo empeore. Tres de los migrantes han tenido que ser trasladados a la clínica del barco por sus malas condiciones de salud, añaden.
“Con más de 200 personas a bordo, hoy es el sexto día para el Lifeline en el mar, con condiciones meteorológicas que están empeorando y las condiciones de salud cada vez más deterioradas para las personas rescatadas”, explicó la ONG en un comunicado.
La organización humanitaria también se ha defendido en la nota de lo que consideró “falsas acusaciones” de haber ignorado las órdenes del Centro de Coordinación de Rescate (RCC) de Roma, por lo que Malta ha anunciado que abrirá una investigación. “Es importante subrayar que la única orden que el barco denegó fue la de entregar las personas al llamado Servicio de Guardacostas de Libia, ya que esto no respeta la Convención de Ginebra sobre los Refugiados y, por lo tanto, es ilegal”, agregan.
Explican que el pasado 21 de junio “después de solicitar a las autoridades libias a qué puerto de seguridad podían dirigirse, el barco recibió la respuesta de desembarcar en Trípoli, lo que habría sido una violación del principio de no devolución”. “Por lo tanto, es importante declarar que Lifeline obedeció todas las instrucciones de las diferentes autoridades marítimas siempre que estas cumplieran con el derecho internacional”, prosiguen.
Asimismo, el fundador de la ONG alemana, Axel Steier, ha acusado en declaraciones a Efe al ministro alemán de Interior, Horst Seehofer, de estar “bloqueando” la entrada del barco en Malta, ya que el resto de políticos europeos “han mostrado la voluntad de resolver la situación”.
Mientras la embarcación espera la autorización, el ministro del Interior de Italia, el ultraderechista Matteo Salvini, celebró lo que considera que es una nueva victoria para su Gobierno, después de que haya prohibido la entrada en sus puertos a ONG con rescatados a bordo. Esta medida restrictiva obligó hace una semana al barco Aquarius a desembarcar en España con 630 migrantes, y ha provocado que la nave de Lifeline siga en el mar después de seis días.
De forma paralela, La Valeta rechazó este martes la entrada en sus aguas del barco Aquarius, de SOS Mediterranée y Médicos sin Fronteras, sin dar “ninguna explicación”. Tras esta decisión, el Aquarius se ha visto forzado a poner rumbo a Marsella para poder reabastecerse y cambiar de tripulación.