El proceso de reubicación de refugiados desde Italia a España continúa a paso lento. Muy lento, y casi en silencio. Este martes, sin ningún tipo de anuncio oficial por parte del Gobierno, han llegado otros seis solicitantes de asilo eritreos a Madrid, según ha informado la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR), la ONG que se encargará de su acogida.
Con este nuevo vuelo, dedicado al traslado de solo seis personas de las 16.231 refugiados que le corresponden a España, ha llegado a un total de 18 refugiados, un número inferior al anunciado por Soraya Sáenz de Santamaría en noviembre, que cifraba el primer grupo de reubicados en 19 demandantes de asilo. En aquella ocasión, siete personas rechazaron viajar a este país ya que preferían alcanzar el centro de Europa, el destino inicial de su travesía migratoria, al entender que tendrían mayores posibilidades de integración.
Las seis personas de origen eritreo serán “acogidos en los dispositivos de CEAR en Madrid incorporándose al sistema de acogida estatal”, según ha informado la ONG a través de Twitter. El Ministerio de Empleo explica a eldiario.es que el Gobierno va a tratar el traslado de refugiados reubicados “con discreción” para “proteger la intimidad” de los solicitantes de asilo.
En un primer momento, el Gobierno iba a trasladar en noviembre a un grupo de 50 personas en una operación “piloto” de reubicación de refugiados, tal y como lo había anunciado el primer ministro de Italia, estado que se encarga de la selección previa de los solicitantes derivados a otros países miembros. La cifra cayó a los 19 anunciados por Moncloa, que finalmente se quedaron en 12. En esta ocasión sí se confirmó que siete personas prefirieron no viajar a este país, porque pensaban que tenían mayores oportunidades de futuro en otro estado europeo.
Ahora han llegado seis más, aunque se desonocen las razones que motivan que el Gobierno haya traido a un grupo tan reducido, a pesar de tener en la actualidad plazas disponibles para acoger al menos a las 50 personas que iban a ser trasladadas en un principio en la primera operación “piloto”. Los solicitantes de asilo suelen estar al tanto de las mayores o menores posibilidades de integración en los diferentes países de la UE, y suelen ser conscientes de las difíciles situaciones a los que acaban abocadas a las personas que piden protección internacional en España. A los altos índices de desempleo, se unen ayudas insuficientes y la falta de redes de familiares o conocidos, generadas en mayor medida en países del norte de Europa.
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) califica el proceso de reubicación, aprobado en septiembre por el Consejo Europeo, como “desesperadamente lento”. “La Unión Europea y los estados miembro deben dar respuesta a sus compromisos y acelerar los traslados ya que la situación de miles de personas se está volviendo insostenible”, afirmó Estrella Galán, secretaria general de la entidad en noviembre.