Marlaska defiende la actuación policial en la valla de Melilla tras las imágenes de la paliza a un migrante
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha defendido este viernes la actuación de las fuerzas de seguridad desplegadas en los dos últimos saltos a la valla de Melilla, después de la difusión de las imágenes de la paliza propinada por parte de varios agentes de la Guardia Civil a un hombre de origen subsahariano mientras se descolgaba del lado español de la alambrada de seis metros de altura. Marlaska ha acusado a los migrantes de emplear una “violencia inusitada” en los intentos de entrada del miércoles y el jueves.
El ministro, que se ha referido al intento de entrada en Melilla como “asalto”, ha afirmado que “nunca se habían visto” saltos tan numerosos. Según los datos de la Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma, el miércoles 2.500 personas trataron de sortear la valla melillense. El jueves intentaron atravesarla 1.800. Estos datos son una estimación realizada a bulto por la Guardia Civil. De ellos, lograron entrar a la ciudad autónoma 491 y 380 personas cada día.
En su defensa de la actuación policial, el titular de Interior ha destacado la “violencia” empleada por quienes intentaron entrar en Melilla. “Una violencia inusitada, pertrechados con garfios, con palos más grandes que las defensas de los guardias civiles, que fueron auxiliados por la Policía Nacional y Local. En su calzado también portaban material agresivo, tornillería”, ha detallado el ministro. “Esto no tienen nada que ver con las personas que buscan buscarse una vida nueva, pero siempre de forma pacífica”, ha añadido Grande-Marlaska, en un momento en el que el Gobierno y toda la Unión Europea se ha mostrado volcada a la acogida de refugiados de la guerra de Ucrania.
Es habitual que quienes intentan saltar la valla melillense -de una altura de entre seis y diez metros de altura- utilicen los elementos mencionados por el ministro como apoyo para escalar la alambrada, una tarea cada vez más difícil debido al refuerzo fronterizo impulsado durante los últimos años. Los migrantes, ante la imposibilidad de acceder a España de forma legal, utilizan desde hace años garfios para introducirlos en las rendijas de la alambrada e idean calzado ataviado con tornillería para facilitar la escalada.
Cuando elDiario.es comenta esta información a la Delegación del Gobierno en Ceuta, la institución recalca que en esta ocasión los garfios eran “más afilados”, algunos migrantes tenían “bolsas con piedras” y “cal”. Según dice un portavoz, la Guardia Civil ha trasladado que esta entrada estuvo caracterizada por una “mayor violencia” por parte de sus participantes.
Según las cifras de la Delegación del Gobierno, el primer salto dejó 27 guardias civiles y 20 migrantes heridos con lesiones de diversa consideración pero ninguno de gravedad. En el segundo intento, resultaron lesionados 23 agentes y 36 migrantes. Todos estos números corresponden al lado español de la frontera. En el lado marroquí, ha habido “muchos heridos” y “algunos de gravedad” que han sido ingresados en el Hospital El Hassani de Nador, según fuentes humanitarias. Se desconoce el número de devoluciones en caliente realizadas por las fuerzas de seguridad desde España a Marruecos, aunque imágenes de RTVE evidencian que se produjeron varios rechazos inmediatos de algunas de las personas que lograron pisar suelo español.
Tampoco se sabe nada del estado del chico que, como reflejan las imágenes, fue apaleado por la Guardia Civil este jueves. Este medio ha preguntado a la Delegación del Gobierno en Melilla si se encuentra en España o ha sido devuelto en caliente, pero el portavoz no conocía la respuesta.
El vídeo, emitido por RTVE, está grabado durante la jornada de este jueves, cuando 1.800 migrantes volvieron a intentar entrar a través de la frontera. En las imágenes aparece un joven que ha conseguido cruzar hacia el lado español del vallado y se descuelga poco a poco, ante la mirada de varios agentes antidisturbios. Cuando se pone a la altura de sus brazos extendidos, algunos de los agentes comienzan a lanzarle gases y atizarle con porras en las piernas.
El joven se resiste a bajar, pero termina cayendo al suelo, donde cerca varios agentes lo reducen y golpean con porras y escudos durante al menos 30 segundos, según lo que se puede apreciar en el vídeo, a pesar de que la persona está completamente desarmada, hasta que logran reducirlo. En otro vídeo difundido por redes sociales, puede verse a otro hombre salir despedido desde un lugar indeterminado y, tras su caída, ser golpeado por un agente del Instituto Armado.
Mismo discurso que el PP
No es la primera vez que un ministro acusa a los migrantes que saltan las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla de “violencia inusitada”. En octubre de 2014, la Delegación del Gobierno en Melilla, entonces bajo el mandato del Partido Popular, lanzaba un comunicado que se expresaba con las mismas palabras que este viernes ha utilizado Grande-Marlaska. “Con una agresividad inusitada, provistos de piedras, palos, cuchillos, ganchos, cuerdas y otros objetos contundentes, lograron rebasar a las fuerzas de seguridad marroquíes”, rezaba una nota oficial. El ministro del Interior de entonces era Jorge Fernández Díaz.
En este tipo de intentos de salto no es extraño que varios agentes resulten heridos durante el operativo, debido a las características de esta forma de entrada en la que centenares de personas coordinadas corren para saltar una alambrada fronteriza, generalmente de noche, y tras sortear varios obstáculos en el lado marroquí, incluidos una alambrada de cuchillas, un foso y los gendarmes alauíes. De hecho, los agentes de la Guardia Civil destinados en Ceuta y Melilla cobran un plus de peligrosidad. A ello se añaden las circunstancias de los dos últimos saltos de la valla melilllense, mucho más numerosos de lo habitual, protagonizados por 2.500 y 1.800 personas respectivamente.
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