Marlaska destaca que el salto a la valla de Melilla fue “intolerable y violento” para justificar la actuación policial

Gabriela Sánchez

21 de septiembre de 2022 14:08 h

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Casi tres meses después de la muerte de al menos 23 personas en la valla de Melilla, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha comparecido por primera vez en el Congreso para explicar de forma oficial lo ocurrido el 24 de junio en la frontera hispano-marroquí. En su primera intervención, sin embargo, no ha dado nueva información sobre las circunstancias en las que se produjeron los fallecimientos y ha destacado en su relato de los hechos la supuesta “violencia” que, según defiende, caracterizó el intento de salto que acabó en tragedia. 

El ministro, que ha lamentado la “pérdida de vidas humanas”, ha recalcado que el 24 de junio se produjo un “intento intolerable y violento” de entrada irregular de 1.700 migrantes y, según ha defendido, la respuesta de las autoridades españolas fue “firme, serena y proporcionada”. 

Aunque el titular de Interior ha utilizado su comparecencia para exponer una cronología de los hechos, la información no ha profundizado en el momento en el que se producen las muertes ni las posibles causas. Grande-Marlaska reitera en varias ocasiones el supuesto carácter “violento” de quienes intentaron atravesar la alambrada en un salto en el que fallecieron al menos 23 refugiados o migrantes y otros cientos resultaron heridos, mientras que 55 agentes sufrieron lesiones de diversa consideración. 

El ministro tampoco ha realizado mención alguna sobre la actuación de las autoridades marroquíes para frenar el salto, cuya violencia ha sido documentada en imágenes y denunciada por los supervivientes de la tragedia. El responsable de Interior ha centrado su discurso en destacar el uso de “piedras y palos” por parte de los refugiados y migrantes, así como la manera en la que lograron atravesar el vallado y entrar en suelo español cientos de ellos.

“España es un país solidario con las personas que huyen de su país por la violencia y la persecución y es acogedor con quien lo hace de forma pacífica. Somos un país democrático que en modo alguno puede permitir que sus perímetros fronterizos y sus fuerzas de seguridad se vean agredidos de forma violenta e intolerable”, ha justificado. 

Desde su llegada al Ministerio del Interior, Grande-Marlaska ha considerado cualquier salto de la valla como una entrada “violenta”, sin embargo, para muchas personas no existe otra vía para pedir protección en España que utilizar la vía clandestina. Mientras las llegadas por mar son respondidas por el Gobierno de manera “humanitaria”, los saltos terrestres (más baratas dado que los grupos de migrantes suelen autoorganizarse sin necesidad de pagar a redes de tráfico) son respondidas con devoluciones en caliente y el uso de material antidisturbios. La mayoría de personas que trataron de sortear la alambrada melillense el 24 de junio eran sudaneses, una nacionalidad que suele obtener el asilo en España (un 91% de respuestas positivas). Son por tanto potenciales refugiados que, según sus testimonios, han atravesado países como Libia, Níger y Argelia con la intención de pedir protección en Europa. 

“Ni hubo una masacre en Melilla ni los hechos fueron los de unas personas que pacíficamente fueran a pedir protección”, ha respondido Marlaska a los reproches de la oposición. “Cómo se puede explicar que 1.700 personas asalten una frontera sin hablar de violencia y agresión? Si entran en otro país saltando el vallado y enfrentándose a la autoridad es de sentido común llamarlo violencia. Esa violencia no me impide empatizar con las causas. Pero nuestra solidaridad jamás puede traducirse en tolerar agresiones a nuestra frontera”, ha insistido en su segunda intervención, en la que el ministro también ha apuntado a la responsabilidad de las 'mafias' en la tragedia: “Esa es la negra realidad a la que someten las mafias que transmiten a las personas, por eso las combatimos seriamente”. No obstante, más de una docena de supervivientes del salto aseguraron a elDiario.es que el intento de entrada no fue organizado por una red de tráfico ni pagaron dinero a ninguna agrupación.

En su comparecencia, el responsable de Interior ha reconocido que los agentes españoles devolvieron de forma inmediata a un centenar de migrantes que lograron pisar suelo Español tras sortear el alambrado fronterizo, justificándolo con la sentencia de la Gran Sala del Tribunal de Estrasburgo que avaló el caso concreto de la devolución de dos migrantes. Aunque el Tribunal Constitucional respaldó la normativa que regula el “rechazo en frontera”, recalcó que, para cumplir con la legalidad, es necesario que los retornos se produzcan de forma individualizada, un extremo que en la práctica se incumple de forma sistemática en Ceuta y Melilla. Grande-Marlaska tampoco ha hecho referencia a las supuestas devoluciones de migrantes heridos, denunciadas por los supervivientes de la tragedia.