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Marruecos mantiene encarcelado a un preso que pasó 13 años en Guantánamo

La historia de Younous Chekkouri es la de una vida truncada por una cárcel sin juicio, por una pena sin cargos y por una condena ahora prolongada. Tras pasar casi catorce años arrestado en Guantánamo, sus abogados denuncian que Marruecos lo mantiene detenido en una cárcel cerca de Rabat, incumpliendo las garantías de libertad prometidas. 

Procedente de una familia muy pobre de Marruecos, Chekkouri viajó en los noventa a Pakistán para estudiar y buscar trabajo. Tiempo después, tras los atentados del 11S, las autoridades paquistaníes impulsaron arrestos masivos de árabes en busca de sospechosos.

Chekkouri fue arrestado en la frontera y encarcelado en la ciudad afgana de Kandahar, entregado a las tropas estadounidenses y finalmente trasladado a Guantánamo, sin juicio y sin oportunidad de ofrecer su versión de los hechos. Fue acusado por sus interrogadores de ser un miembro de un grupo terrorista marroquí, algo que él siempre negó. En Guantánamo se le asignó el número 197. En 2014 publicó un artículo que comenzaba así:

“Mi nombre es 197. Tengo un nombre, pero a veces lo olvido. Aquí nadie me llama por mi nombre, porque mi mundo es Guantánamo”. 

Estados Unidos retiró los cargos 

Cuando llevaba ocho años en Guantánamo, las autoridades de EEUU retiraron todos los cargos contra él en un proceso que obtuvo el acuerdo unánime de seis agencias federales estadounidenses, incluidas la CIA y el FBI. Todas ellas establecieron que no suponía una amenaza ni para Estados Unidos ni para sus aliados. Pero permaneció detenido. Al igual que otros muchos presos de Guantánamo, Chekkouri se arriesgaba a ser arrestado si le enviaban a su país de origen, Marruecos.

Sus abogados impulsaron gestiones para acelerar su puesta en libertad y para que su destino fuera Alemania, donde viven sus tíos.

“Younous siempre ha sido uno de los prisioneros más cooperante y pacífico que ha tenido Guantánamo. Dice que no desea nada malo a los americanos, su mayor deseo es reunirse con su mujer y continuar con la vida tranquila que le fue interrumpida por la ”guerra contra el terror“ estadounidense”, decían por entonces sus abogados de la organización británica de derechos humanos Reprieve.

Traslado encapuchado y esposado 

El pasado mes de septiembre, trece años después de llegar a Guantánamo, Chekkouri consiguió su libertad. Las autoridades estadounienses optaron finalmente por enviarlo a Marruecos. Dejó Guantánamo del mismo modo que llegó: encapuchado y esposado. “Durante su traslado a Marruecos viajó con los brazos encadenados a sus piernas, vendado y con auriculares para privarle así de la vista y el oído”, denuncian sus abogados. 

Los letrados de Reprieve obtuvieron garantías por parte de EEUU y de Marruecos de que a su llegada a su país de origen no sería arrestado más de 72 horas. Sin embargo, cuatro meses después Chekkouri continúa detenido en una cárcel marroquí.

“Younous fue torturado y maltratado durante años. Por si eso no fuera suficiente para un hombre del que EEUU ha dicho que nunca debería haber sido encarcelado, ahora sigue privado de libertad. Si hubiéramos sabido que Marruecos incumpliría su compromiso, jamás le habríamos permitido volar a su país”, explican en conversación con este diario.

El gobierno de Marruecos niega que hubiera acuerdo alguno para su puesta en libertad: “Hubo un acuerdo, pero este no incluía nada sobre su liberación”, aseguró en noviembre el ministro de Justicia marroquí, Mustapha Ramid. “Los estadounidenses tienen sus leyes y preocupaciones y nosotros tenemos nuestras leyes e instituciones”, señalaba el ministro.

Garantías de libertad incumplidas 

La organización británica Reprieve insiste en que se está incumpliendo el acuerdo alcanzado para la liberación de su representado. “O los funcionarios del departamento de Estado estadounidense nos engañaron repetidamente sobre las verdaderas intenciones de Marruecos, o Marruecos es un país que hace promesas diplomáticas libremente y las rompe rápidamente”, explica la abogada Cori Crider.

“Estados Unidos sabe desde hace años que no hay base alguna en los cargos contra nuestro cliente, y podría conseguir su puesta en libertad con una simple llamada telefónica”, denuncian desde Reprieve. “¿Por qué no se está haciendo de esto un gran tema en las relaciones entre EEUU y Marruecos?”, se pregunta Crider.

Reprieve, que está impulsando una campaña para conseguir su libertad, insiste en que Chekkouri es un hombre inocente que no debería esperar más tiempo para ser libre tras trece años de pesadilla en Guantánamo: “Estados Unidos ha admitido que no había base alguna para su detención en Guantánamo, y no debería permitir que Marruecos incumpla las garantías acordadas”.

“Pongan en libertad a mi marido”

La esposa de Chekkouri, Abla, lleva catorce años esperando para volver a verle. “Les pido una cosa. Hagan que Marruecos cumpla sus promesas. Por favor, consigan que pongan en libertad a mi marido. Tras catorce años de injusticia solo quiero que esta pesadilla termine. Solo quiero que Younous regrese a mi lado”, escribía recientemente en un artículo publicado en la revista Newsweek.

Los abogados de Reprieve temen que Marruecos pueda haber retomado contra Chekkouri los cargos retirados en su día por EEUU. El pasado mes de diciembre la Administración de Obama entregó un documento secreto a la justicia marroquí, al que los letrados del preso no han podido tener acceso.

“Es difícil tomar en serio las afirmaciones de Obama prometiendo corregir los errores de Guantánamo cuando a la vez la Administración estadounidense no ha levantado ni un dedo para que se cumplan las garantías dadas por Marruecos para que Chekkouri no siguiera preso”, denuncia el abogado Joe Pace.

“El gobierno de EEUU lleva años sabiendo que las acusaciones contra Younous son infundadas. Ya es bastante malo que haya pasado 13 años detenido en Guantánamo sin una prueba contra él; ahora parece que el gobierno está dispuesto a dejar que se pudra en una cárcel marroquí de forma indefinida”, añade.

“Es como si estuviera de nuevo en Guantánamo”, protesta la familia de Chekkouri.

Algo más que trasladar a los presos

Precisamente esta semana se han cumplido catorce años de la apertura de Guantánamo. A pesar de las promesas del presidente Barack Obama, la cárcel en la que se practicaron torturas sistemáticas durante los interrogatorios permanece abierta con más de cien presos sin cargos ni derecho a juicio. 

Este lunes diversa organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional, han exigido el cierre de Guantánamo y el fin de las torturas y de las detenciones indefinidas sin cargos ni juicios.  

“Guantánamo se ha convertido en un símbolo internacional de la tortura, las entregas y la detención indefinida sin cargos ni juicio. Su cierre no significa simplemente trasladar a los detenidos a otro lugar y apagar las luces del centro. Significa terminar por completo con estas prácticas y hacer que se rindan cuentas por los abusos cometidos en el pasado”, insisten desde Amnistía Internacional.