Piensen en los barracones de los campos de concentración de Auschwitz o Mauthausen, en la imagen repetida de judíos escuálidos hacinados en lo que fue su corredor de la muerte. Piensen ahora en la posibilidad de despojar ese lugar de su carga histórica y construyan en su mente un complejo hotelero o celebren en sus inmediaciones un festival de música electrónica. ¿Podrían?
Los responsables de la gestión de la Isla de San Simón, en Pontevedra, sí han podido. Esta isla, antiguo lazareto de las tripulaciones procedentes del Atlántico Norte, fue, desde octubre de 1936 a marzo de 1943, uno de los mayores campos de concentración y de exterminio de presos republicanos procedentes de todo el territorio español. Los primeros llegaron en barcazas desde el puerto de Cesantes o de San Adrián, venían de las cárceles de Pontevedra y Vigo. Después, tras la caída del frente norte de resistencia republicana, comenzaron a llegar numerosos reclusos de León, Asturias, Cantabria y el País Vasco. Tras el fin de la guerra civil, pasaron por la isla presos de todas las cárceles de España. La isla llegó a concentrar a más de 6.000 reos.
Hoy, poco o nada queda que recuerde aquello. No hay placas conmemorativas que informen al visitante que allí, en la tapia del cementerio sin ir mas lejos, se fusilaba a gente. El proyecto de rehabilitación de César Portela en 2003 hace que el lugar se asemeje más a un complejo hotelero con glamour que a un centro en el que recordar a las víctimas. De lo que sí hay placas conmemorativas es del Nautilus de Julio Verne, en cuya obra “Veinte mil Leguas de viaje submarino”, el capitán Nemo cuenta el episodio de la Batalla de Rande y el oro que reposa en la Bahía de Vigo.
Los intentos de la conselleira de cultura nacionalista, Ánxela Bugallo, de promover el nacimiento de La Fundación Illa San Simón y convertir la isla en una “Illa de la Memoria” que recordase a los presos del franquismo han sido desmantelados por el gobierno actual del popular Núñez Feijóo.
“Ahora con la excusa de la crisis la paralización es mayor”, dice el representante de Iniciativa Galega Pola Memoria, Xoán C. Garrido. “La crisis es solo para lo que conviene ideológicamente. Sin embargo sí hay fondos para la promoción turística del lugar en el que se ha eliminado toda referencia a lo que aquí ocurrió. No hay ninguna sensibilidad ni inteligencia. Si lo que quieren es atraer el turismo, despojar a la isla de su historia empobrece su atractivo. Hoy la isla es un lugar turístico más como puede ser las Islas Cíes”, asegura Garrido.
El conjunto ha sido rebautizado por el gobierno gallego como “Illa do pensamiento”. En 2010, el gerente de la Fundación, Xabier Alonso Varela explicaba así la nueva fórmula: “La filosofía que lo sustenta es hacer de San Simón una isla para el pensamiento, la reflexión, el diálogo y la cultura. San Simón es génesis y tragedia pero sería un error quedarnos inmóviles en el pasado, (...) crear aquí un centro cultural de referencia es la mejor manera de honrar a las víctimas de la tragedia”. Opinión que no comparten las víctimas y sus familiares, para quienes la “reflexión” del señor Varela, diluye la memoria. “Hoy las víctimas están dispuestas a venir aquí voluntariamente con el fin de evitar que se borre todo rastro de la realidad que vivieron”, dice Garrido con sorna, “son espacios que merecen ser dignificados”.
Por ello, para dignificar este espacio y combatir la ausencia de memoria, cada año, en fechas cercanas al 18 de Julio -día del golpe de estado contra la República-, las asociaciones memorialistas de Galicia, junto a los ex-presos y sus familiares, se reúnen en la Isla para recordar a todas las víctimas del franquismo. El pasado domingo, honraron a los oficiales del ejército de la marina gallega, quienes pagaron con su vida el hecho de mantenerse fieles al régimen democrático establecido. Desde 2006, declarado “Año de la Memoria en Galicia” a iniciativa de las asociaciones, éstas no han cejado en su empeño de lograr la adopción de medidas institucionales y la dotación de recursos públicos suficientes que garanticen su derecho a la verdad, la justicia y la reparación. Promovieron junto a tres universidades gallegas el proyecto de investigación “Nomes e Voces”, una extensa base de datos de los represaliados del franquismo en Galicia. Todos ellos piden ahora la elaboración de un archivo histórico de esta llamada colonia penitenciaria con todo el material que existe disperso, entre fotografías y fichas de los presos. Sin embargo, explica Garrido, no hay ninguna aportación pública y el proyecto está completamente paralizado.
La Xunta de Galicia y el Concello de Redondella sí ha decidido destinar recursos a la celebración de un festival de música electrónica que tendrá lugar en San Simón los próximo días 27 y 28 de Julio. El Festival Sinsal se presenta como “una apuesta por la música en directo en espacios cómodos, confortables, sin humos, ni ruidos de vasos, a partir del 2010 dimos un paso más allá”. “Llevamos la música a lugares insólitos”, reza el eslogan. Poco queda que añadir al asunto. En su página web no hay ninguna mención a los presos de la isla, tan solo una breve referencia a su “gran carga de memoria histórica”.
“Esto es una vergüenza, es un santuario de memoria”, dice Rubén Afonso Lobato, secretario da Comisión pola Recuperación de la Memoria Histórica da Coruña, una de las cien asociaciones que integran la Plataforma por la Comisión de la Verdad, entre las que también se encuentra la Fundación Internacional Baltasar Garzón. “En un país normal esto no curre,” dice Afonso, “no estoy hablando ni de izquierdas ni de derechas. Hasta (Ángela) Merkel visitó Mauthausen”. Ahora, busquen en Google “festival de música en Mauthausen”.
Nota: El festival ha sido cancelado en respeto por las víctimas del accidente ferroviario de Santiago.