México aumenta las redadas migratorias para parar la ruta de centroamericanos hacia EEUU

The Guardian

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México ha intensificado las redadas contra la inmigración irregular, desde finales de enero y coincidiendo con la llegada de Joe Biden a la presidencia de EEUU, para tratar de frenar el flujo de centroamericanos que quieren llegar a Estados Unidos, según organizaciones activistas y datos oficiales.

La decisión, puesta en marcha por el Instituto Nacional de Migraciones junto al ejército y la policía federal, ha llegado a bajar migrantes de la bestia, el tren que atraviesa México y que muchos utilizan para viajar rumbo norte. También han detenido personas en autobuses y camiones, según datos de la agencia de noticias Reuters. Esto supone un endurecimiento de las políticas migratorias del mandato de López Obrador. 

Aunque el Gobierno mexicano se ha mostrado favorable a las declaraciones de Biden sobre una política dirigida a mitigar las causas profundas que provocan las migraciones, le preocupa que las promesas del Ejecutivo de Estados Unidos de facilitar la posibilidad de solicitar asilo allí fomenten la migración y México deba asumir la respuesta al tránsito de migrantes a través de su territorio.  

Cerca de 1.200 migrantes fueron detenidos en las redadas de las últimas semanas. De ellos, más de 300 eran niños. Los arrestos han sucedido en el Distrito Federal y en seis estados del sur y del centro del país, según la agencia de inmigración de México. Más de 800 migrantes también fueron frenados en las últimas semanas mientras viajaban hacia el norte en autobuses o en el tren de mercancías que atraviesa el país, conocido como La Bestia, según cifras de las autoridades de inmigración contadas por Reuters.

El Instituto Nacional de Migraciones de México sostiene que la decisión de lanzar sus operativos sobre el tren no fue impulsada por Estados Unidos. Según dicen, no habían desarrollado ese tipo de operaciones en los últimos años porque el flujo por dicha ruta migratoria había bajado mucho. No ofreció datos que permitieran comparar cifras para corroborarlo. 

A pesar de esto, Tonatiuh Guillén, que fue responsable de migraciones en México hasta 2019, ha dice a Reuters que la frecuencia y escala de los operativos actuales no tiene precedente. Según Guillén, en el pasado se habían desarrollado operaciones similares pero no eran comunes.  

La Casa Blanca afirma que no ha discutido con México los detalles operativos de las medidas de seguridad que México aplica en su territorio. 

Biden asumió la presidencia en enero comprometiéndose a dar marcha atrás respecto a muchas de las decisiones en materia migratoria adoptadas por su predecesor, Donald Trump. Estados Unidos acaba de comenzar a permitir que menores que viajan solos y llegan a sus fronteras puedan ingresar al país y presentar una solicitud de asilo. En el pasado, se respondía a esa situación con una deportación inmediata. 

Biden también revirtió un programa de la era Trump que forzaba a la mayoría de los solicitantes de asilo centroamericanos a esperar en México, y no en Estados Unidos, mientras se procesa su solicitud. Los migrantes en esa situación corren el riesgo de ser detenidos y deportados por México si no disponen de la documentación necesaria para permanecer o atravesar el país rumbo a la frontera estadounidense.   

“México representa el papel de país que detiene el flujo migratorio a Estados Unidos”, dice Sergio Martín, responsable de operaciones de Médicos Sin Fronteras en México. 

Las organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por el incremento de las actividades de las autoridades mexicanas argumentando que las fuerzas de seguridad del país y centroamericanas violan de manera habitual el derecho de los migrantes a solicitar asilo. 

Pese a los operativos mexicanos, los agentes fronterizos de Estados Unidos también detuvieron o expulsaron a 100.441 migrantes en su frontera con México en febrero. Se trata de la cifra mensual más alta desde la crisis migratoria de 2019. Los migrantes centroamericanos viajan rumbo al norte todos los años y las cifras fluctúan continuamente.

Las personas migrantes centroamericanas huyen de la violencia, la crisis económica y unos índices de hambre, que continúan en aumento. Las tormentas tropicales del año pasado no han hecho más que exacerbar la escala de los problemas en la región.

 

Traducido por Alberto Arce.