Naimo, Michael o Anissa gritaban con fuerza mientras recorrían la Gran Vía madrileña. Son tres de los pocos refugiados que han sido reubicados a España desde Grecia o Italia y han salido a la calle para recordar que no son los únicos, que muchos se han quedado atrás. Miles de personas, refugiadas, migrantes y españolas, se han manifestado hoy en Madrid para decirle algo al Gobierno: “Basta ya de excusas. Queremos acoger ya”.
Poco han importado los 37º marcados por el termómetro a las 19 horas. Unos minutos después, la manifestación convocada por un centenar de organizaciones sociales ha arrancado de la Plaza de Cibeles de Madrid con el objetivo de exigir al Gobierno que cumpla su compromiso de reubicar y reasentar a 17.337 refugiados. El plazo establecido para la llegada de todas las personas a las que el Ejecutivo se compretió a acoger ante la Unión Europea en octubre de 2015 finaliza el próximo mes de septiembre y, por el momento, solo ha llegado un 7%. Faltan 16.033 personas. Las cuentas no salen.
Los manifestantes han salido a la calle para recordar el retraso, pero también para pedir el respeto de los derechos humanos de la población migrante. “Ningún ser humano es ilegal”, “Acogida humana y digna”, “No solo bienvenida, también acogida”, son algunos de los lemas extendidos por la Gran Vía madrileña durante las dos horas de marcha. La iniciativa ciudadana ha sido secundada por los sindicatos CCOO y UGT y por partidos políticos, como PSOE y Unidos Podemos.
Michel carga con su pancarta mientras exige que el Gobierno cumpla un compromiso que a él le pilla de cerca. Después de atravesar varios países africanos y alcanzar Libia, arriesgó su vida en el Mediterráneo para pisar suelo europeo. Llegó a la isla de Sicilia (Italia). “Allí la asistencia era muy mala, la vida allí no era vida”, dice el joven de 26 años. A través del programa de reubicación, llegó a España hace seis meses. Aún no es feliz, dice. “Es muy difícil, no tenemos mucha ayuda, pero estoy mucho mejor que en Italia”.
Es entonces cuando piensa en la razón que le ha hecho estar caminando bajo el sol una tarde de calor intenso. “Tengo muchos amigos, que son como mi familia, en campos Sicilia. Ellos se han quedado allí. ¿Por qué yo sí y ellos no? Le pido al Gobierno que les deje venir”, dice Michael mientras camina con otros compañeros y compañeras de Eritrea que viajaron a España junto a él.
Detrás de la cabecera, Mirelle camina sonriente. Ella experimentó una dolorosa huida de su país natal, Ruanda, cuando aún era una niña, creció en un campo de refugiados de Malawi después de escapar y, el hecho de recibir una oportunidad, de que alguien creyese en ella, le permitió estudiar medicina en China y ahora ser una prestigiosa doctora.
“Yo pasé por eso, me emociona mucho apoyar una manifestación en el que tanta gente de diferentes lugares se une para apoyar a los refugiados”, dice la ruandesa. “Es muy importante la educación, por eso el Gobierno español debe acoger a los refugiados”, añade.
No sabe español, pero imita los cánticos con seguridad. Muy cerca de ella, Samuel (nombre ficticio) se une a su grito. “Ya, ya, ya; acogida ya”. Llegó a España hace un año en patera. “Estamos reclamando nuestros derechos como inmigrantes y seres humanos. El Gobierno nos torea mucho. Pedí asilo, pasan seis meses y no contestan... ¿Cómo haces para vivir, para sobrevivir?”, dice. “Yo doy todo para aprender, para integrarme, pero no te lo ponen fácil”, añade en un buen español.
Metros más atrás, Naimo no suelta un gran cartel que urge a la acogida de refugiados. Ella es somalí y, como tantos otros hicieron en 2015, atravesó el mar Egeo desde Turquía en una inestable embarcación para pedir protección en la UE. Desde Grecia, fue trasladada a España hace un año a través de programa de reubicación, relata. “Ahora aquí estoy bien, estoy contenta”, afirma la joven. “Vengo para reclamar los derechos de las personas que, como yo, son refugiadas”, añade.
Según las organizaciones convocantes, alrededor de 7.000 personas han participado en la manifestación. “Ahora, más que nunca, queremos una Europa acogedora, no una Europa fortaleza. Para ello, España debe garantizar el acceso a unas vías legales y seguras”, han exigido en la lectura del comunicado. Tmabién han solicitado la aplicación de políticas de asilo que “garanticen la dignidad de las personas”, así como la “suspensión de los acuerdos de control fronterizo y retorno”, como el ratificado entre la Unión Europea y Turquía.