El Parlamento Europeo y el Consejo de Europa están trabajando en la elaboración de un reglamento europeo para establecer un sistema en la UE que certifique que la cadena de suministro de los minerales necesarios para la fabricación de aparatos tecnológicos se haga de forma responsable. El objetivo: evitar el rastro de sangre de conflictos financiados por y para su explotación.
El objetivo que motiva esta ley es contribuir a que se reduzca “la financiación de grupos armados y fuerzas de seguridad con ingresos generados por los minerales en las zonas de conflicto y de alto riesgo”, explica la resolución del proyecto.
Una realidad característica de la República Democrática del Congo (RDC), considerado por algunas organizaciones humanitarias como uno de los peores lugares del mundo en los que ser niña o mujer, según un estudio publicado en 2011 del American Journal of Public Health. El informe estima que 400.000 mujeres de 15 a 49 años fueron violadas entre 2006 y 2007, equivalente a 1.152 violadas al día. 48 cada hora.
Desde el inicio de la conocida como 'Guerra del coltán' (1998), se han documentado más de cinco millones de muertes y dos millones y medio de desplazados. Pese a que el conflicto armado terminó formalmente en el Congo con los acuerdos de paz entre 2002 y 2003, retirándose las tropas extranjeras, éste no ha cesado desde hace más de 50 años. Actualmente se concentra en el este del país, la zona más rica en recursos naturales.
El Congo es conocido por tener la mitad de la reserva de diamantes del mundo y ser rico en muchos otros minerales, como el cobre, el oro y el coltán (compuesto de columbita y tantalita). De este último, según diferentes estudios, podemos encontrar el 80% de sus reservas mundiales en la RDC.
El coltán es uno de los minerales necesarios para la fabricación de materiales electrónicos. Y esencial para la tecnología móvil. Los avances en esta industria, presentados hace unas semanas en el MWC 2015, no podrían darse sin estos minerales.
El contrabando de minerales
El negocio del coltán, a su vez, contribuye a la economía de la guerra olvidada en el Congo y a beneficiar a los actores armados, incluido el ejército nacional. Así lo han corroborado diversos estudios sobre el terreno. El más reciente, el informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de enero de 2015, realizado por un grupo de expertos sobre la República Democrática del Congo.
En éste, por una parte, se documenta cómo el contrabando de minerales en zonas de conflicto persiste, aunque se haya avanzado en la rastreabilidad. Por otra, que el ejército congoleño y algunos grupos armados “siguen participando en el comercio de minerales que, probablemente, introducen material de zonas de conflicto en la cadena internacional de suministro”.
El grupo de investigadores confirmó que contrabandistas (entre ellos muchos coroneles) dirigen minerales como el coltán blanco —principal mineral objeto de contrabando y producido exclusivamente en el Congo— de Goma (RDC) a Rwanda. Allí el mineral es oscurecido y mezclado con el coltán negro producido en este país vecino. Posteriormente, explica el informe, se introduce en la cadena de suministro con etiquetas de validación de la cadena de distribución de estaño.
Por su parte, el International Tin Research Institute (ITRI) del Reino Unido, única empresa que ejecuta un sistema de rastreabilidad para el coltán, la casiterita y la wolframita en la RDC, cuestionó esta práctica ilegal de etiquetaje. El director general del ITRI, David Bishop, además, señaló que no consideraban que el contrabando fuera “tan significativo” y que los investigadores de ITRI no habían detectado ningún incremento de las exportaciones.
Sin embargo, el control de las minas en el Congo sigue siendo una lucha incesable y diversos estudios documentan cómo los grupos armados obtienen beneficio del comercio de los minerales.
Según el cuaderno “La guerra de la RD Congo, más allá de sus recursos” de la Escola de Cultura de Pau, los actores armados protagonizan conflictos bélicos para conseguir el control de las minas de coltán y otros minerales y se benefician de tres formas. Por una parte, lo consiguen mediante “el control físico”, por el cual los grupos armados “pueden llevar a cabo directamente la expoliación de los recursos mediante grupos de trabajadores en régimen de esclavitud”, sea porque gestionan el comercio y la exportación de los recursos naturales o bien porque controlan y explotan las minas directamente.
Por otro lado, utilizan “mecanismos de explotación indirecta” como el establecimiento de tasas “en las propias minas y en el tránsito por carretera, estableciendo controles y barreras físicas en las vías de comunicación” o bien por aire, con “ tasas a las compañías aéreas que realizan el transporte hasta las oficinas de compra y exportación” en ciudades como Butembo, Goma y Bukavu. Finalmente, el comercio de los minerales es el tercer elemento por el cual se benefician y compran armas para la guerra. Además, que los grupos armados cometen saqueos y abusos sobre la población civil y otros grupos armados rivales.
Proyecto de ley “voluntaria” en la UE
La rendición de cuentas de las empresas distribuidoras de minerales se ha convertido en un objetivo clave de todos aquellos que trabajan para detener el conflicto en el Congo.
El acceso a la información que corrobora estas afirmaciones en las empresas tecnológicas es muy limitado. Por el momento, Enough Project elaboró un ránking en 2012 sobre el progreso de 24 empresas en su responsabilidad respecto a los minerales de conflicto, sin contar a Fairphone, compañía creadora del primer smartphone totalmente justo, que no aparece en la lista. Sólo dos de las empresas del ránking superan el 50% en este progreso (Intel, con el 60, y HP con el 54).
Ante la falta de información y aprovechando la celebración del congreso mundial de móviles en Barcelona, distintas ONG han intentado durante los últimos dos años que se realizara un espacio de debate en el MWC sobre la problemática del coltán.
Miquel Àngel Prieto, miembro de la Xarxa d’Entitats per la RDC, explica que se sigue trabajando en este tema pero que el Ajuntament de Barcelona y la Generalitat de Catalunya no pueden asegurar un espacio dentro del MWC porque la organización de éste es privada. Cuando se planteó veces anteriores de forma directa a la organización del congreso, el GSMA, “tubo una mala recepción, como que no interesa que el tema se tratase públicamente” en el MWC, explica Prieto.
La ley trabajada actualmente en la UE podría dar respuesta a este contexto, pero el nivel de transparencia alcanzado es aún incierto ya que la Comisión no obliga a las empresas tecnológicas a facilitar su información. Ante críticas de ONG y algunos sectores del Parlamento Europeo, Fischer, responsable de comunicación de la ONG Justice et Paix Belgique, expone que esta propuesta inicial es justificada por la Comisión Europea con el argumento de que “el mercado se encargará de sancionar a una empresa cuando los consumidores vean que ésta no está en la 'White List' de importadores responsables”.
Por otro lado, el pasado lunes hubo un voto en la Comisión de Desarrollo del Parlamento Europeo (PE), comenta el portavoz de la ONG, “en la dirección de que la cadena de suministro de estos cuatro minerales sea un mecanismo obligatorio para todas las empresas Europeas”. Aun así, explica, este voto es sólo opinativo: será la Comisión de Comercio Internacional (INTA) del PE la que va a decidir el informe que va a ser aprobado el 13 de abril y posteriormente, “va ser el informe votado en el Parlamento entre el 18 y 20 de mayo”.
Sin embargo, señala Fischer, cuando empiece el trílogo (negociación entre la Comisión-Consejo-Parlamento) “veremos si van a cambiar las líneas o se va a mantener la propuesta de la Comisión Europea”. Eso dependerá de la posición del Parlamento.