Muere un migrante en un centro de acogida de Madrid tras la huelga de hambre por la falta de citas de asilo
Un hombre marroquí de 22 años acogido en un albergue gestionado por Cruz Roja en San Fernando de Henares (Madrid), dentro del sistema de acogida estatal del Ministerio de Inclusión, ha muerto durante la noche de este jueves, según confirman a elDiario.es la Cruz Roja y los servicios de emergencias de la Comunidad de Madrid. El joven había llegado en patera a Canarias y era uno de los migrantes que se declararon en huelga de hambre la semana pasada en protesta por la falta de acceso a las citas de asilo, aunque la habían abandonado días antes, tras el inicio del Ramadán. Se llamaba Karim, cuentan sus amigos.
El hombre se empezó a encontrar mal del estómago este jueves, unos días después de que volviese a hacer uso del servicio de comedor de Cruz Roja tras finalizar su huelga de hambre, según relata uno de sus compañeros a elDiario.es y confirma un portavoz de la institución humanitaria. El enfermo acudió al personal del centro para pedir asistencia médica y, sobre las 20:30 horas, una mediadora le envió al centro de salud y le dio un papel en el que, en castellano, describía los síntomas al médico de guardia dado que el chaval marroquí no sabía español, según explica la Cruz Roja. Con ese escrito, el chico se desplazó al ambulatorio, que se encuentra a 100 metros del hostal, junto a otro compañero.
Del centro de salud el joven salió con una receta de omeprazol, detallan desde Cruz Roja. “No lo podían comprar y llamaron a los mediadores de guardia para que lo comprasen”, relata José Javier Espinosa, responsable de acogida de la organización. “En ese momento se empieza a encontrar mal, empieza a convulsionar”, continúa el portavoz.
El personal llamó al 112 y, cuando llegaron los servicios de Emergencias, aún estaba consciente pero el joven entró en parada cardiorrespiratoria, según detallan fuentes del Ministerio de Inclusión. El equipo médico le realizó las maniobras de reanimación, pero el joven falleció. Aún se desconocen las causas de la muertes. Según Cruz Roja, no constaban patologías previas.
Protestas
La semana pasada, 28 migrantes se declararon en huelga de hambre en este albergue gestionado por Cruz Roja en San Fernando de Henares, dentro del sistema estatal de atención humanitaria, dependiente del Ministerio de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social. La Cruz Roja confirma que, desde entonces, dejaron de hacer uso del servicio de comedor del centro. Babukar, uno de los líderes de la protesta, asegura que finalizaron la huelga con el inicio del Ramadán, el pasado 11 de marzo, en la ruptura del ayuno. “Como algunos ya no podíamos más, con la llegada del Ramadán, a las siete de la tarde, nos fuimos todos a comer a la mezquita de al lado. El tercer día de ramadán, el 13 de marzo, decidimos comer en el hotel porque algunos ya no podíamos más”, explica el senegalés.
La semana pasada, Babukar explicaba a elDiario.es sus razones para iniciar la protesta. Los migrantes acogidos en San Fernando de Henares se estaban organizando para denunciar la falta de acceso al asilo y, además de la huelga, lograron convocar una protesta a las puertas del Ayuntamiento para este viernes. “Estamos desesperados y hemos decidido dejar de comer. Solo reclamamos nuestro derecho a solicitar asilo”, dijo a elDiario.es Babukar, uno de los líderes de la protesta. “Desde que llegamos y lo preguntamos en los centros de acogida nos dan un número de teléfono al que nadie responde, nos dicen que está dirigido por el Ministerio del Interior, y no nos ayudan más”, reclamaba uno de los portavoces de los 28 migrantes que han dejado de comer.
El grupo que inició la protesta lleva cerca de tres meses en busca de esa primera cita para pedir protección. Pero ni siquiera el primer paso, llamar, es fácil. “Aquí no tenemos familia, aquí no tenemos nada. Ahora mismo vivimos bajo la protección de la Cruz Roja. Si la Cruz Roja no nos deja teléfonos desde los que llamar o no nos da dinero para comprar saldo, ¿cómo podremos arreglárnoslas?”, se pregunta Babukar. “Hacemos todo lo que podemos y a veces incluso mendigamos en la calle y en cuanto una persona nos da algo, lo juntamos hasta tener 5 euros y comprar saldo. Y cuando compramos, llamamos a ese número. Hemos podido haber hecho 5.000 llamadas. Nadie contesta. Y el personal del centro sabe que nadie nos responderá y así estaremos mientras sigamos aquí”, explicaba el hombre.
Según el Ministerio del Interior, la Policía Nacional trabaja “para mejorar el sistema de citación y hacerlo más ágil y seguro”. La cartera dirigida por Fernando Grande-Marlaska señala que en las provincias con mayor demanda “se han habilitado sistemas alternativos de solicitud al de la página web de cita previa, a través de números de teléfono, correos electrónicos o de atención presencial”. Cruz Roja ha rechazado hacer declaraciones al respecto de la protesta.
Interior recalca el esfuerzo realizado en los últimos años para aumentar el personal de la Oficina de Asilo y Refugio. Desde 2018 hasta la actualidad la plantilla de la institución encargada de la tramitación de las peticiones se ha multiplicado por cinco, pasando de los 60 hasta los 300 empleados.
Sin embargo, el incremento de personal no parece suficiente para atender el fuerte aumento de las cifras de solicitudes de asilo en España. Si en 2017, 8.405 personas pidieron protección; en 2023 lo hicieron 163.000 personas.
El grupo de migrantes pedía solicitar asilo antes de tener que abandonar el albergue de Cruz Roja. Según les informó la organización que gestiona el hostal, se les agota el tiempo en el sistema estatal de acogida y, al no tener redes familiares, podrían quedar en situación de calle, como ya han acabado decenas de migrantes trasladados desde Canarias a distintos puntos de la península.
“Nos han dicho que aquí solo nos podemos quedar un mes. Que busquemos contactos para irnos a otro lado. No tenemos tiempo, no sabemos a dónde ir. No tenemos parientes en Almería, ni parientes en Murcia. No tenemos parientes en ninguna parte. Y la Cruz Roja no nos ha dado los medios para luchar y para obtener esos contactos, ni para conseguir una cita en el Ministerio”, explicó el senegalés.
Para evitar quedarse en la calle, esa primera cita para pedir asilo es clave. En ella, los solicitantes obtienen un documento que acredita su condición de demandantes de protección. Ese mismo documento es exigido por el Ministerio de Inclusión para acceder a una plaza del sistema de acogida de protección internacional (distinto al de atención humanitaria). La falta de citas, por tanto, empuja de facto a la exclusión a potenciales solicitantes de asilo.
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