Siete muertos y decenas de desaparecidos en el naufragio de una patera próximo a las costas de Casablanca
El sueño de decenas de jóvenes marroquíes de embarcarse rumbo a Europa terminó en tragedia. Siete cuerpos sin vida, entre ellos una chica de 27 años, aparecieron la mañana del sábado en la playa de Zenata, en el municipio de Ain Harrouda, a 17 kilómetros de Casablanca.
Se ha conseguido rescatar a otras tres personas inconscientes, que se encuentran en situación estable tras ser trasladadas al hospital comarcal, aunque las autoridades han confirmado en un comunicado que todavía “están buscando otros posibles ocupantes”. Los jóvenes fallecidos y desaparecidos son de las ciudades de El Kelaa des Sraghna y Beni Melal, en la región interior de Marrakech.
La zódiac de goma se encontró “en uno de los sitios más peligrosos, donde es difícil nadar por buzos profesionales o pescadores de la región, y mucho menos por extraños”, comentaron varios jóvenes de la zona al periódico electrónico Hespress. Los testigos apuntan a que la embarcación se pinchó antes de naufragar “porque es una zona de la costa muy rocosa y difícil”.
El ministerio de Interior informó en un comunicado que viajaban 30 personas, mientras las ONG elevan a 60 los ocupantes. Desde la Asociación Puentes Solidarios en Tánger, dedicada a la identificación de cuerpos y que envió a una persona al lugar de los hechos, informan a eldiario.es que cuentan hasta 46 desaparecidos.
En un vídeo publicado por el medio marroquí Hespress, se divisa un helicóptero sobrevolando la costa, el despliegue de la Gendarmería Real y protección civil, que transportan los cuerpos cerrados en fundas de la policía científica. Aún así, la supervivencia de las personas a bordo es complicada porque el mar está agitado.
El bote apareció en el centro del país, en la costa atlántica, un lugar muy alejado de las rutas habituales de salida de las embarcaciones con migrantes que intentan alcanzar España. Las autoridades competentes, bajo la supervisión de la fiscalía, han iniciado una investigación sobre las circunstancias que rodean la salida de la patera.
La ONG Caminando Fronteras ha lamentado en Twitter lo sucedido y lo ha calificado de “tragedia”. Ante la creciente salida de jóvenes por las costas marroquíes rumbo a Europa, desde las ONG apuntan a causas económicas y sociales. De hecho, un testigo en la arena solicitaba a los medios locales que “los políticos tomen nota en los problemas de la juventud de Marruecos, porque la mayoría salen en la etapa de secundaria, sin estudios ni formación”. Y además aconseja a los que quieren migrar “no confiar en esas bandas y entrenarse bien antes de echarse al mar”.
Precisamente, las autoridades marroquíes repatriaron el miércoles los cuerpos de tres marroquíes ahogados intentando salir desde Argelia a Europa. Los jóvenes son de la localidad interior de Taurirt, donde otras siete familias siguen rezando por sus hijos desaparecidos en la misma embarcación hundida hace dos semanas.
Marruecos comenzó a reforzar la vigilancia fronteriza en la costa atlántica con la instalación de cámaras este año a la altura de El Jadida, aunque aún no han llegado a la zona donde se ha producido este nuevo naufragio. En el sur del país también se han incrementado los controles para evitar que se reactive la ruta hacia Canarias.
Mientras, el norte de Marruecos permanece flanqueado por los controles policiales desde el verano de 2018, cuando comenzaron las redadas en las grandes ciudades cercanas a los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla tras la promesa de fondos por parte de la UE. Desde entonces las fuerzas de seguridad detienen y trasladan a las personas migrantes procedentes de terceros países a otras localidades al sur o en la frontera con Argelia. El ministerio de Interior marroquí justifica estas expulsiones por la ley 02-03 que permite el traslado de personas migrantes no documentadas dentro del territorio nacional. Tres jóvenes procedentes de países de África Subsahariana, uno de ellos menor de edad, han fallecido en el marco de estas redadas y traslados forzosos muy criticados por ONG locales e internacionales como Amnistía Internacional.
En el séptimo encuentro entre los ministros de Interior de España y Marruecos este mes de septiembre en Rabat, Fernando Grande-Marlaska aseguró a los corresponsales españoles que “estamos luchando de una manera seria y efectiva contra los traficantes de personas (…). Son estos criminales quienes ponen en serio riesgo la vida de muchos migrantes que quieren acceder de forma irregular al territorio europeo”. Lo que según el ministro español supuso la reducción del 45% las llegadas por vía marítima de migrantes irregulares.
Este jueves, el naufragio de otra patera que partió de las costas argelinas dejó otros siete desaparecidos frente a la costa de Alicante. Al menos 252 personas han muerto en su intento de alcanzar las costas españolas en lo que va de 2019, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Organismos especializados y ONG exigen la apertura de vías legales y segura de entrada a Europa, para que quienes huyen de la violencia o de la miseria puedan migrar sin necesidad de ponerse en manos de traficantes o arriesgar sus vidas en el mar.