La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado por terminada este sábado la epidemia de ébola en Liberia al no haber detectado casos en los últimos 42 días, el tiempo que dura la cuarentena por la enfermedad.
Según datos de la OMS, más de 11.000 personas han muerto de ébola en Liberia, Guinea y Sierra Leona desde el comienzo del brote en diciembre de 2013. Casi la mitad de estas muertes se han producido en Liberia, donde el brote alcanzó su peor momento entre agosto y octubre.
Concretamente, en Liberia, el virus contagió a 10.322 ciudadanos, y de ellos 4.608 murieron, lo que lo convierte en el país en el cual más personas fallecieron de los tres más afectados por la epidemia.
“Hoy, 9 de mayo de 2015, la OMS declara a Liberia libre transmisión del virus del ébola. Han pasado 42 días desde el 28 de marzo de 2015, fecha del entierro del último enfermo confirmado en laboratorio. El brote en Liberia de la enfermedad del virus del ébola ha acabado”, explica la organización sanitaria mundial en un comunicado.
Ninguna de las 332 personas que pudieron mantener contacto con la última infectada, pero en este periodo ninguna de ellas ha dado síntomas de padecer la enfermedad. Sin embargo, las autoridades se mantienen alerta y en los laboratorios del país realizaban en abril unos 300 análisis por semana, todos ellos negativos.
La OMS considera un “logro monumental” la interrupción de los contagios “en el país en el que más ha habido más muertos y el brote más grande, prolongado y complejo” desde que se detectó por primera vez el virus, en 1976. En ese sentido, recuerda que en el momento álgido del brote, en septiembre y agosto de 2014, se detectaban entre 300 y 400 nuevos casos por semana en el país.
“En esos dos meses, la capital, Monrovia, fue escenario de algunas de las escenas más trágicas del brote que ha afectado al África occidental: puertas de centros de atención cerradas por la excesiva afluencia, pacientes muriendo en el suelo de los hospitales y cadáveres que tardaban días en ser recogidos”, destaca la OMS.
Entonces se cancelaron vuelos, había escasez de combustible y alimentos y se cerraron colegios, negocios, fronteras, mercados y la mayoría de las instalaciones sanitarias.
Además, continúa habiendo casos en Guinea y Sierra Leona, lo que genera un alto riesgo de que los infectados puedan cruzar la frontera hacia Liberia utilizando las “porosas” fronteras de la región.
“El Gobierno es plenamente consciente de la necesidad de seguir en alerta y tiene la experiencia, capacidad y apoyo de la comunidad internacional”, señala la OMS, que mantendrá además a personal hasta finales de año en este país para seguir con la vigilancia.
El virus se originó en diciembre de 2013 en una zona boscosa de Guinea, fronteriza con Liberia y Sierra Leona, por lo que rápidamente traspasó las porosas fronteras y se expandió entre los tres países, un contagio que hasta la fecha ha infectado a 26.298 personas.
La coordinadora de proyectos de Médicos Sin Frontera (MSF) en el país, Mariateresa Cacciapuoti, afirma que “es un magnífico hito para Liberia llegar a los 42 días con cero casos de ébola”. Aunque advierte de que “no podemos quitar el pie del acelerador hasta que los tres países alcancen esta cifra de 42 días sin nuevos casos”.
En este sentido, MSF señala la necesidad de mejorar la vigilancia transfronteriza para prevenir que el ébola pueda emerger de nuevo en Liberia. Cerca de 200 trabajadores sanitarios han muerto en Liberia tras contraer el virus y la epidemia ha diezmado el ya frágil sistema nacional de salud.
“Es el momento de situar la respuesta a las necesidades sanitarias como principal prioridad”, explica Cacciapuoti. “Los liberianos deben sentirse seguros al acudir de nuevo a un hospital y saber que sus necesidades médicas serán cubiertas. La comunidad internacional debe apoyar a Liberia, -y a Guinea y Sierra Leona-, para ayudarles a reconstruir un sistema nacional de salud sólido y accesible con los recursos humanos y materiales adecuados”.
Con 10.212 casos de ébola y 4.573 muertes, Liberia ha sido uno de los países más afectados del brote y en el que éste ha causado más víctimas mortales. El momento álgido de la epidemia se produjo entre agosto y octubre del año pasado. En ese momento, MSF abrió en Monrovia el que se convirtió en el centro de tratamiento de pacientes de ébola más grande del mundo: el ELWA 3. Este centro llegó a tener 250 camas y capacidad para ampliar hasta 400 en el caso de que hubiera sido necesario.
A continuación, se muestra un vídeo de Médicos sin Fronteras del pasado mes de agosto en el que se solicitaba ayuda, después de que el centro se saturara al poco de su apertura.