Roma, 5 abr (EFE).- La ONG italiana Mediterranea Saving Humans ha denunciado que su barco Mare Jonio fue atacado con disparos por una patrullera de la Guardia Costera libia mientras se disponía a rescatar a un barco con migrantes en peligro y ahora se dirige al puerto siciliano de Pozzallo, con 58 personas a bordo.
El fundador de Mediterranea, Luca Cassarini, explicó este viernes a EFE que los militares libios intentaron evitar el rescate que se estaba produciendo en aguas internacionales y a 90 millas de las cosas de Libia, primero con disparos al aire y después hacia las lanchas que estaban rescatando a los migrantes.
“Fue una operación muy complicada porque nuestros cooperantes se encontraron con mucha gente en el agua, además de los migrantes que se lanzaron de la patrullera y que los libios intentaron volver a capturar, aunque nosotros fuimos más rápidos”, señaló Cassarini.
El ataque al Mare Jonio se produjo este jueves, solo unas horas después de zarpar del puerto de Siracusa rumbo al Mediterráneo central para su decimosexta misión de seguimiento y salvamento en el mar.
“Las milicias libias, pagadas con millones y provistas de vehículos navales y terrestres, tienen la tarea de capturar y deportar a quienes intentan escapar de los campos de concentración: desde principios de año, 3.791 mujeres, hombres y niños han sido rechazados en este camino hacia Libia”, denunció la ONG italiana.
Casarini subrayó que los migrantes a bordo se encuentran “aterrorizados” por lo que han tenido que vivir y que muchos de ellos presentan heridas por los golpes recibidos “por la llamada Guardia Costera Libia, que no son más que militares contratados para deportar a estas personas”.
“A pesar de las evidentes violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional, la Unión Europea y sus Estados miembros, con Italia a la cabeza, no intervienen en caso de alarma para esperar a que la llamada guardia costera libia haga su trabajo policial sucio, de frontera ilegal”, denunció el jefe de la misión Mare Jonio, Denny Castiglione.
“Mujeres, hombres y niños, decenas de miles cada año, sufren la violencia de este sistema: Libia no sólo no es un lugar seguro sino que es el infierno desde el que la gente intenta escapar”, añadió.