- El rescate se produce pese a la prohibición del Gobierno de Pedro Sánchez, que amenazó con multas de hasta 901.000 si efectuaban un rescate
El barco de salvamento humanitario Open Arms ha rescatado este jueves en el Mediterráneo Central a 52 personas que viajaban en una embarcación que estaba a punto de naufragar, según ha relatado el presidente de la ONG, Óscar Camps, a través de Twitter.
El barco “se hundía. Entraba agua”, ha informado el responsable de Proactiva Open Arms. Entre las personas socorridas hay 16 mujeres y dos bebés. El siguiente paso es el de pedir un puerto seguro y cercano para desembarcar a los migrantes, previsiblemente la isla italiana de Lampedusa o Malta, según la localización del barco.
La operación se produce después de que el Gobierno de Pedro Sánchez amenazase a la ONG con multas de hasta 901.000 si se llegase a producir un rescate. “Antes presos que cómplices”, decía Camps a finales de junio, cuando decidió poner en marcha el Open Arms a pesar de los impedimentos administrativos.
Las amenazas llegaron también desde el Gobierno de Italia. “Que España los haga volver o lo haremos nosotros”, aseguró el ministro del Interior, Matteo Salvini, empeñado en criminalizar a las ONG que efectúan labores de rescate en el Mediterráneo.
El último capítulo de los encontronazos entre el líder ultraderechista y las ONG de salvamento humanitario se ha resuelto esta misma semana cuando, tras llegar a un acuerdo con varios países de la Unión Europea, Salvini autorizó el desembarco de las 116 personas migrantes que desde hacía una semana se encontraban a bordo de una patrullera de la propia Guardia Costera.
El Open Arms no es el único barco que se enfrenta a esta situación. El buque Alan Kurdi de la ONG alemana Sea Eye rescató a primera hora de la mañana del miércoles a 40 migrantes. La embarcación se encuentra ahora frente a la isla italiana de Lampedusa, donde espera a que concluyan “las negociaciones políticas” que permitan su desembarco, han explicado a Efe fuentes de la organización.
Salvini prohibió ayer por escrito a la ONG entrar en aguas italianas y la instó a dirigirse a Túnez. Amenazó, además, con incautar el barco si no seguían sus órdenes.