El barco de la ONG catalana Proactiva Open Arms ha decidido retomar los rescates de migrantes en peligro en el Mediterráneo central a pesar de la política de puertos cerrados de Italia, según ha informado en Twitter su fundador, Óscar Camps.
“Esta foto me ha dolido más que la de Aylan [el menor sirio cuyo cuerpo sin vida apareció en una playa turca]. 6 meses bloqueados. No aguantamos más. Levamos anclas y nos vamos. Antes presos que cómplices. #NiUnaMas”, ha tuiteado Camps, junto a la foto del padre y su hija ahogados en el Río Bravo, en la frontera entre Estados Unidos y México.
El barco de la organización humanitaria se encontraba en el puerto de Nápoles, al sur de Italia, para mostrar su interior a los ciudadanos y explicar sus tareas. Ahora llevará a cabo rescates y serán una de las pocas naves que continúan salvando vidas en aguas del Mediterráneo central.
Las autoridades españolas impidieron al Open Arms acudir a la zona de salvamento comprendida entre Libia, Malta e Italia, y tras cien días bloqueado en el puerto de Barcelona permitieron que zarpara el pasado abril para llevar ayuda humanitaria al Mar Egeo pero sin la autorización para participar en misiones salvamento.
Por otro lado, la Justicia italiana, en concreto la Fiscalía de Ragusa, al sur, mantiene abierta una investigación contra dos miembros de la ONG española Open Arms: la jefa de misión, Anabel Montes, y el capitán, Marc Reig, acusados de “favorecer la inmigración ilegal” con sus rescates frente a las costas de Libia. El pasado mayo el juez instructor de Catania, Carmelo Zuccaro, archivó otra causa en la que estaban acusados de formar parte de una “asociación criminal para favorecer la inmigración ilegal”.
La ONG se ha defendido en todo momento de las acusaciones, que considera que se enmarcan en la “persistente criminalización de las organizaciones humanitarias” que salvan vidas en el mar.
La incertidumbre, una vez más, se cierne sobre cuál será el destino final de las personas que sean rescatadas. El vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, mantiene cerrados sus puertos a los barcos de las ONG. Una prohibición blindada por un decreto que establece multas a quien la quebrante y que este miércoles fue desafiada por el barco de la ONG alemana Sea Watch, que entró sin permiso en aguas de la isla italiana de Lampedusa con 42 migrantes a bordo salvados frente a Libia y se encuentra frente a la costa custodiada por agentes policiales.
La organización defiende que se han visto obligados a ello por la situación de “emergencia” que se vive a bordo, ya que las personas llevan más de dos semanas bloqueadas en la nave humanitaria sin permiso para desembarcar.