El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, anunció el viernes que a partir del martes día 15 la Policía comenzará a detener a todo aquel que entre de forma ilegal en el país. El martes día 15 entran en vigor las nuevas leyes que establecen penas de hasta cinco años de cárcel por entrar en Hungría de forma ilegal.
El dirigente nacionalista también denunció que algunos refugiados se niegan a cooperar con la policía y que su actuación viola las leyes húngaras. “Estamos frente a una rebelión”, afirmó Orbán, después de entrevistarse con el presidente del grupo parlamentario del Partido Popular Europeo, Manfred Weber.
Orbán agregó que “hay que hacer mucho más en relación con la crisis migratoria y las decisiones deben tomarse más rápido” en la Unión Europea.
Por otra parte, se opuso a la propuesta del presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Clade Juncker, de repartir 160.000 refugiados, al asegurar que “no se pueden tomar decisiones europeas sin el consentimiento de los jefes de Estado” de la UE.
El consenso hasta ahora era que no se tomarían decisiones que afectan a todo el continente y “lo que está proponiendo el presidente de la CE va en contra de esto”, agregó el jefe del Gobierno húngaro.
La postura de Hungría es clara, argumentó Orbán, que dijo que se atiene estrictamente al tratado de Schengen, que permite la libre circulación por 26 estados europeos. “El hecho de que Grecia haya renunciado cumplir con esa legislación, no significa que Hungría haga lo mismo”, indicó Orbán.
A juicio del político húngaro, el problema debe ser tratado en territorio griego y si Atenas no puede afrontarlo la UE debería apoyar a su socio incluso “con fuerzas de defensa de frontera”.
Weber, por su parte, aseguró que Hungría está cumpliendo las legislaciones europeas al querer registrar a todos los inmigrantes que llegan al país. “La Unión Europea ofreció ayuda a Hungría”, recordó el político alemán, agregando que Europa debe “ofrecer asilo a los que realmente lo necesitan”, concluyó Weber, dirigente de la CSU, el partido de Baviera aliado de Merkel.