Lo que no se ve en la foto del campo de golf frente a la valla de Melilla

La imagen habla por sí sola: cerca de diez inmigrantes, agotados, sobre una valla de seis metros de altura. Mientras la Guardia Civil les pide que se rindan, observan una explanada verde, frondosa, cuidada al detalle.

El lujoso campo de golf de la frontera de Melilla acumula críticas no sólo por su ubicación, también por la gestión de sus instalaciones, financiadas con dinero público y construidas gracias a cerca de dos millones de euros procedentes del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), cuya finalidad es, supuestamente, “corregir los principales desequilibrios de la UE”.

El campo de golf levantado frente a la valla de Melilla es una instalación municipal gestionada por un club privado presidido por Enrique Bohórquez, que a su vez es el editor de uno de los principales periódicos de la ciudad autónoma: Melilla Hoy, un diario que recibe un volumen importante de subvenciones públicas.

Bohórquez fundó el Club Campo de Golf Ciudad de Melilla junto con dos personas muy cercanas al Gobierno de Juan José Imbroda: el viceconsejero de Turismo de la ciudad autónoma, Javier Mateo, y el presidente de la Fundación Melilla Monumental –que canaliza toda la gestión para la candidatura local como Ciudad Patrimonio de la Humanidad–, José Vallés. La empresa se creó en 2010, poco después de la inauguración de las instalaciones que le dan nombre. En 2009, el campo municipal era gestionado por la Fundación de golf de Melilla. Tras la creación del club, cambió de manos.

A partir de la concesión, según aparece reflejado en el Boletín Oficial de Melilla (BOME), el Club Campo de Golf Ciudad de Melilla comenzó a embolsarse cerca de 220.000 euros anuales “para sufragar los gastos ocasionados por el desarrollo de la actividad deportiva vinculada a la gestión” del centro deportivo. Además, según denuncia el Partido Socialista de la ciudad autónoma, la partida de los presupuestos municipales destinada al mantenimiento del campo de golf gira en torno a los 400.000 euros.

Pero las denuncias no se quedan aquí. Recientemente, el PSOE de Melilla ha pedido al Gobierno de la ciudad autónoma una comisión extraordinaria de la Consejería de Fomento –de la que es competencia el campo de golf– para abordar una serie de presuntas irregularidades en su gestión. Por un lado, la investigación de las obras realizadas, según dicen, sin permiso de la Administración, con el objetivo de abrir un “bar de copas” en el interior del centro deportivo. Por otro, solicitan una aclaración sobre “una supuesta rebaja del 90% de las tasas municipales del campo a aquellas personas que son socias del club de golf privado subcontratado por el Gobierno” dirigido por el editor del Melilla Hoy, explica un portavoz de la formación a eldiario.es.

La respuesta del Gobierno de Imbroda ha sido negativa. Los socialistas denuncian la opacidad del Ejecutivo local sobre este asunto. “Se nos ha denegado la comisión extraordinaria. Entonces preguntamos por estas supuestas irregularidades en el Pleno municipal, pero el Gobierno dijo que nos respondería por escrito. Todavía no lo ha hecho”, explica un portavoz del PSOE de Melilla. “La respuestas escritas se reservan para cuestiones muy técnicas. Es evidente que en esta ocasión está evitando responder en el Pleno, que tiene mayor repercusión”, añade.

Estas supuestas irregularidades salieron a la luz después de que Juan José Medina, un conocido periodista melillense fallecido recientemente, interpusiese una denuncia al respecto. Medina, que fue director de la Televisión Pública de la ciudad autónoma, ya había cuestionado de forma pública la gestión del campo de golf de Melilla. El periódico semanal local Luz de Melilla fue el primero en publicar la lista de los precios reducidos que, supuestamente, la entidad privada ofrecía a sus socios.

El anuncio de la construcción del campo de golf frente a la alambrada que separa Marruecos de Europa ya despertó las primeras críticas. El Fondo Europeo de Desarrollo Regional tiene el objetivo de “corregir los principales desequilibrios regionales de la Unión Europea” atendiendo a datos como la renta o el desempleo estructural. “Melilla tiene necesidades más importantes para que sean financiadas con dinero público que un campo de golf”, afirma el portavoz de Ecologistas en Acción en Melilla, una organización muy crítica con su construcción, que llegó a denunciar estas instalaciones ante la Comisión Europea en 2009. “Fue admitida, pero quedó en nada”, reconocen.

Desde la ONG local denunciaban, además de su “desafortunada e inmoral localización” que “presume de opulencia frente a la miseria”, sus posibles efectos medioambientales. Según explican en conversación con eldiario.es, la ciudad de Melilla es una localidad con bajos recursos de agua, por lo que critican el “derroche” de este preciado bien sobre un campo de golf.

“El problema es que se está regando con la misma agua con la que se abastece a la población: se está manteniendo el césped con agua del grifo, en vez de con la que procede de la reutilización de aguas residuales”, argumentan. “Hablamos de una ciudad donde falta agua, donde el 25% viene de los pozos y el 75% de la desalinizadora. Pero, por supuesto, el césped del campo de golf se riega con agua de los pozos”.

Todo esto no aparece en la imagen de José Palazón. En la fotografía hay una bella estampa pintada de color verde ante los ojos de los inmigrantes, y una realidad desagradable para el que no quiere ver, con la mirada fija en el próximo tiro. Mientras la Guardia Civil pide a las cerca de diez siluetas del fondo que se rindan, ellas observan a una mujer concentrada en un preciso swing. Al otro lado los militares marroquíes aguardan para trasladar a los subsaharianos a ciudades del norte, y alejarlos así de Europa, tan perfecta y frondosa para los que esperan alcanzarla a pesar de todo lo que no se ve en la imagen.

Lo hicieron. Este miércoles las personas encaramadas fueron devueltas de forma irregular a Marruecos, como ya auguraba el autor de la imagen en el momento de la publicación de la fotografía a través de su perfil de Facebook. “Hoy los inmigrantes han podido disfrutar, al menos, de una partida de golf mientras esperaban ser deportados ilegalmente por agentes del Ministerio del Interior”, ironizaba José Palazón, justo el mismo día en el que se conoció la nueva enmienda del Gobierno para legalizar estas expulsiones.