El Parlamento húngaro ha rechazadp este martes la propuesta del Gobierno del primer ministro, el conservador Viktor Orbán, de enmendar la Constitución para prohibir la llegada al país de refugiados sin el permiso de las autoridades locales.
No obstante, tras la votación en una sesión televisada en directo, el jefe de Gobierno dejó la puerta abierta a un nuevo intento para sacar adelante la enmienda dirigida contra la disposición de la Unión Europea (UE) de repartir por cuotas entre los 28 socios determinados contingentes de refugiados.
El gobernante Fidesz de Orbán necesitaba solo dos votos opositores para obtener la mayoría de dos tercios necesaria para modificar la Carta Magna, por lo que no le alcanzó el apoyo de los 131 diputados de su partido.
En contra votaron solo tres legisladores independientes, mientras que el resto (65) se abstuvo, lo que significa que ningún partido de la oposición votó.
“La reunión de la presidencia (del Fidesz) decidirá si se presenta de nuevo (la enmienda)”, ha asegurado el primer ministro al salir de la sala, según lo cita el portal “index”.
La enmienda fue presentada por Orbán para convertir en ley el resultado del referéndum celebrado el pasado 2 de octubre, pese a que la consulta quedó invalidada debido a que la participación no llegó al umbral del 50 % del electorado que establece la ley para que el plebiscito sea vinculante.
El 98 % de los que participaron en el referendo se pronunció en contra del sistema de reparto de refugiados de la UE, y Orbán ha afirmado que con la propuesta quiere hacer valer la voluntad de esos 3,3 millones de húngaros.
El Gobierno confiaba en que el opositor partido de ultraderecha, el Jobbik, podía dar su “sí” a la enmienda, pero esta formación, la tercera fuerza parlamentaria, condicionó su apoyo a que se eliminen los llamados “bonos de residencia”.
Esos documentos otorgan el permiso de residencia a todos los extranjeros no comunitarios que compren 250.000 euros en bonos especiales del Estado húngaro.
El Gobierno calificó de “chantaje” la exigencia del Jobbik y aseguró que no cedería, aunque comenzó la preparación para eliminar ese mecanismo de residencia.
Con la enmienda, Orbán pretendía anclar como ley constitucional la prohibición de que pueda “asentarse” en Hungría “población extranjera” sin la autorización previa del Parlamento.
Ahora se espera que el Gobierno retome el tema una vez elimine los bonos de residencia para obtener el apoyo de la extrema derecha.
El partido (Fidesz) “está preparado para todos los escenarios. Todo a su tiempo”, declaró Zoltán Kovács, secretario de Estado de Comunicación, tras la votación de este martes.