“Pensaron que con sus balas nos callarían, pero se equivocaban”

eldiario.es

Malala exigía estudiar. En 2009, cuando los talibanes llegaron al norte de Pakistán, temió no poder volver a hacerlo. Llegó la norma que prohibía a las niñas acudir a la escuela, los colegios eran bombardeados: “Los extremistas tienen miedo de los libros y de los boligrafos”. Tenía 15 años pero no se calló. Malala habló, escribió, denunció, reclamó su derecho a estudiar. Y no dejó de ir al colegio. Hasta que el 9 de octubre de 2012, un grupo de terroristas le dispararon mientras se dirigía a ese lugar desde donde, como defiende, es posible cambiar el mundo. Sobrevivió y siguió sin callar. El pasado viernes celebró su 16 cumpleaños en la Asamblea General de la ONU para exigir a los gobiernos el derecho a la educación de todos los niños. Estas fueron sus palabras:

El camino hacia la educación primaria universal

En 2012, las Naciones Unidas lanzaron la Iniciativa mundial 'La educación ante todo' -nombrada en el discurso por Malala-. Su objetivo es “hacer de la educación una prioridad del desarrollo para llegar a cada niño y mejorar los resultados del aprendizaje”. Según defiende este plan, los avances en educación tienen un impacto en todos los Objetivos de Desarrollo del Milenio, de ahí su importancia. A pesar de que el acceso a la enseñanza ha mejorado a nivel mundial, se estima que 250 millones de niños en edad de cursar enseñanza primaria carecen de las nociones básicas de lectura, escritura y aritmética, vayan o no a la escuela.

Según indica el informe sobre la evolución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de 2012, aún no existen indicadores fiables de los resultados del aprendizaje, para mejorar la política educativa y alcanzar un aprendizaje más efectivo. Es necesario crearlos a nivel nacional y global.

Para afrontar la crisis de aprendizaje, un Grupo de Trabajo de Métricas de Aprendizaje, con representantes de todas las partes interesadas en la educación a nivel mundial, está elaborando recomendaciones sobre niveles de aprendizaje y prácticas de medición y aplicación para ayudar a los países y a las organizaciones internacionales a medir y mejorar los resultados educativos de los niños y los jóvenes.

La pobreza en el hogar es el obstáculo más importante para la escolarización. Esta es una de las conclusiones del análisis de los datos recogidos a través de encuestas de hogares llevadas a cabo en 63 países en desarrollo entre 2005 y 2011. Los niños y adolescentes de los hogares más pobres tienen una probabilidad tres veces mayor de no asistir a la escuela que los de los hogares más ricos. La ubicación de los hogares también es importante. Los niños de zonas rurales tienen el doble de probabilidades de no asistir a la escuela que los niños de zonas urbanas.

En cada uno de los 63 países, la probabilidad de que las niñas no asistan a la escuela es inferior tanto en los grupos de enseñanza primaria como en los de secundaria. La brecha de género en la asistencia escolar es más elevada en la educación secundaria inferior, incluso para las niñas provenientes de hogares no pobres.

La mitad de los niños que no va a la escuela vive en África subsahariana, donde entre 2000 y 2011 la tasa neta ajustada de escolarización pasó del 60% al 77%.

Fuente: Informe Objetivos de Desarrollo del Milenio 2013 (PNUD)