Dicen que el periodismo es una profesión de vocación. Ayham al-Ghareeb, Mousa al Jamaat, Okba Mohamed y Muhammad Subat lo constatan. Estos jóvenes sirios que ahora viven en Madrid como refugiados, llegaron al oficio como escudo contra las bombas y la violencia que asola Siria desde hace una década. Hoy, lejos de esa pesadilla que no olvidan, siguen confiando en la información como un bien de utilidad pública y social. Por eso han creado Baynana, la primera revista bilingüe fundada y gestionada por refugiados en España.
“No somos periodistas de formación, pero somos muchos los que empezamos a grabar las manifestaciones primero y los bombardeos después. Nos organizábamos en grupos según zonas que funcionábamos como agencias y así aprendimos juntos”, cuenta Ayham sobre sus primeros pasos en el mundo periodístico. Dice que en Siria el periodismo era cuestión de “necesidad” para frenar la propaganda del régimen de Asad o el vacío de la prensa internacional, que afecta a muchos pasajes espacio-temporales en el país árabe. Una profesión que floreció entre las llamas, en buena parte de la población siria. “Hacíamos periodismo ciudadano”, matiza.
En 2014, Muhammad también cogió el gusto por informar. Por aquel entonces todavía era estudiante de Psicología y eso le llevó a trabajar con menores y mujeres en situación de vulnerabilidad. Fue testigo de una realidad tan dura como olvidada. Por eso se animó a narrarlo y documentarlo. “En la televisión veías una cosa, pero en la vida real ves otra”, dice.
Okba, el benjamín del grupo, apenas tenía 12 años cuando comenzó el conflicto, y cuenta orgulloso que a los 17 años ya colaboraba para varios medios locales.
Al hacer retrospectiva de aquel tiempo, lo hacen con tal aplomo y convicción que cuesta imaginar el riesgo tan elevado que supone ejercer el periodismo en Siria. Según el monitoreo de Reporteros Sin Fronteras, Siria sigue en lo más bajo de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, ocupando el número 173.
“Cuando salía de mi casa para trabajar, nunca sabía si volvería o lo haría muerto”, recuerda Ayham mientras el resto de sus compañeros asiente. El propio Muhammad resultó herido en una pierna mientras realizaba una cobertura. Otros, dice, fueron los primeros en salir del país porque estaban en la diana del régimen y de grupos terroristas.
“Nosotros fuimos evacuados de nuestra ciudad en un convoy de autobuses verdes en los que, al menos, 70 personas éramos periodistas, fotógrafos, activistas...”, dice Okba. Viajaron de Daraa a Idlib (de norte a sur del país), después atravesaron la peligrosa frontera turco-siria y, una vez en Turquía, contactaron con el Comité de Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), la organización que coordinó, en un dispositivo inédito, el traslado a España de casi una treintena de reporteros sirios.
Los cuatro proceden de la misma zona y guardan en común historias similares marcadas por el periodismo local en tiempos de guerra. “En 2018, la embajada española en Ankara, nos une en Madrid”, cuenta Okba.
Más que víctimas: “personas capaces de transformar y aportar a la sociedad”
La capital española es el escenario de este nuevo capítulo de sus vidas en el que, una vez más, confían en el periodismo como motor transformador. Por eso han puesto en marcha el primer medio de comunicación en España creado por refugiados. Baynana, como se llama esta revista digital, significa “entre nosotros” en árabe. Un nombre que busca englobar a todos: “ ’Nosotros’ somos ‘todos’, no hay ‘otros’ o ‘ellos’”.
“Todos entramos en el programa de asilo, pero necesitábamos entender el país, la ciudad, el idioma, el contexto nuevo... Y cuando queríamos buscar información en árabe no había o era muy limitada”, cuenta Muhammahjh.
Unido a ese vacío informativo que encontraron y a su pasión por seguir en el periodismo, surgió el proyecto.
“Queremos ser la voz de las personas refugiadas y migrantes en España”, reclama Ayham. “Pero mostrando otra cara, no como víctimas sino como personas capaces de transformar y aportar a la sociedad”, apuntala Okba.
Basta adentrarse en su web para comprobarlo. Una entrevista a Serigne Mbaye, candidato a la asamblea de Madrid, un reportaje sobre la resistencia de las mujeres de la Cañada Real que se enfrentan a meses sin electricidad o un artículo sobre la influencia árabe en la paella y otros platos de cocina española son algunos de los contenidos que ya han publicado.
Un material informativo traducido en árabe y español. Cuentan con el apoyo de la Fundación porCausa, que les cede un espacio de trabajo en su sede y les ayuda con parte de su equipo que los acompaña como guías del entorno local.
Baynana ha nacido en un momento en el que la población migrante y refugiada son el centro de los discursos de odio y los bulos. Pero esto no supone un freno, todo lo contrario. “Por eso mismo queremos trabajar”, dice Ayham en nombre del grupo.
Sin embargo, la precariedad laboral del periodismo en España también les afecta. Para saltar este obstáculo, han optado por lanzar una campaña de micromecenazgo que permita garantizar un mínimo que haga sostenible el proyecto.
Mientras, tienen claro que no apagarán sus cámaras, ni cerrarán sus cuadernos, ni bajarán la voz. Seguirán haciendo periodismo.