Nueva tragedia en el Mediterráneo central. Al menos 40 personas han muerto en su intento de llegar a las costas europeas después de que su bote naufragara frente a las costas de Libia, según ha informado en Twitter Charlie Yaxley, portavoz de Acnur para África, el Mediterráneo y Libia, de acuerdo con los primeros testimonios de los supervivientes. Alrededor de 60 personas han sido localizadas y devueltas por los agentes libios al país vecino, donde pesan numerosos abusos contra la población migrante.
“Desde esta mañana se está llevando a cabo una operación de rescate por parte de pescadores locales y de la Guardia Costera de Libia”, ha explicado Yaxley, quien ha asegurado que entre los supervivientes hay personas procedentes de Sudán, Egipto, Marruecos y Túnez. De acuerdo con los testimonios recabados, entre los fallecidos hay niños, explica la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Se han recuperado varios cuerpos sin vida. Ayoub Gassim, portavoz de la Guardia Costera de Libia, ha dicho a The Associated Press que al menos cinco cadáveres, incluido el de un niño, han sido localizados cerca de la ciudad occidental de Al Khums, a unos 120 kilómetros al este de Trípoli.
Los primeros en dar la voz de alarma fueron los activistas del servicio de ayuda a los migrantes en el Mediterráneo Alarm Phone, quienes denunciaban durante la mañana de este martes de la posibilidad de un nuevo naufragio en aguas fronterizas.
“Anoche, alrededor de las 3:30 horas de la mañana, fuimos contactados por un bote que estaba frente a las costas de Libia, con unas 100 personas a bordo. Dijeron que habían partido de Al Khums tres horas antes y estaban en grave peligro. Gritaban y lloraban diciendo que algunos de ellos ya estaban muertos”, relatan.
Asimismo, explican que no pudieron comunicarse más con el bote y a las seis de la mañana, un familiar les llamó preocupado por las personas a bordo. “Intentamos obtener la posición GPS, pero los náufragos entraron en pánico y no pudieron comunicarlo. El barco estaba muy cerca de Libia, y no pudimos evitar informar a las autoridades en Libia e Italia. Tememos que nadie haya venido a ayudarlos”, han asegurado.
Tras la nueva tragedia, el portavoz de la Agencia de la ONU para los refugiados ha pedido “un aumento urgente de la capacidad de búsqueda y rescate en el Mediterráneo central, incluido el levantamiento de las restricciones a las embarcaciones de las ONG”.
“Estas tragedias se pueden prevenir. No nos podemos acostumbrar a grandes pérdidas de vidas cada mes. Se necesita más capacidad de rescate, incluida la recuperación de los buques estatales de la UE [misión Sofía]. Las ONG deberían poder salvar vidas en el mar libremente”, ha afirmado Yaxley.
Los obstáculos puestos por diversas autoridades europeas han forzado a los barcos humanitarios de salvamento a alejarse de la zona de rescate durante días, algunos bloqueados en puerto, otros obligados a abandonar sus actividades, desalentados por el aumento las restricciones. En estos momentos, el buque Eleonore, de la ONG alemana Mission Lifeline, espera puerto seguro con 100 rescatados a bordo, pero el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha ordenado la prohibición de entrada en aguas territoriales al barco humanitario.
En lo que va de año, y sin contar con los últimos fallecidos, al menos 594 personas han fallecido en su intento de alcanzar las costas europeas en la ruta marítima que une Italia y Libia, la más mortífera del mundo. Organismos especializados y ONG exigen la apertura de vías legales y segura de entrada a Europa, para que quienes huyen de la violencia o de la miseria puedan migrar sin necesidad de arriesgar sus vidas en el mar.