España acogerá a 15 de los 58 migrantes a bordo del Aquarius tras un acuerdo con varios países europeos
España acogerá a 15 de los 58 migrantes que han sido rescatados por el buque Aquarius en el Mediterráneo central tras llegar a un acuerdo con varios países europeos, según han confirmado fuentes de Moncloa a eldiario.es. “Los países que están participando son Alemania, Francia, Portugal y Malta”, han detallado estas mismas fuentes, que han indicado que lo más posible es que el buque desembarque en Malta.
El Aquarius había pedido este lunes a las autoridades francesas atracar en el puerto de Marsella tras las nuevas trabas burocráticas a su labor y la negativa de Malta e Italia a ofrecer un puerto seguro.
El Gobierno portugués ha sido el primero en adelantar este martes el acuerdo para recibir a 10 de los 58 migrantes “por razones humanitarias y frente a la situación de emergencia en que se encuentran estas personas” y ha reiterado su deseo de alcanzar una “solución europea integrada, estable y permanente” en cuestiones migratorias. Lo mismo ha defendido el Ejecutivo de Pedro Sánchez: “Se está negociando en el marco del mecanismo solidario que viene defendiendo España en Europa desde el inicio de este Gobierno”.
Organismos como Acnur han pedido a los Gobiernos europeos que lleguen a un acuerdo que “proporcione claridad y predictibilidad” sobre dónde pueden atracar los barcos con rescatados a bordo para evitar que se queden días “vagando” en el mar, una situación de punto muerto que se repite desde el primer cierre de puertos italianos el pasado junio. Sin embargo, en la reciente cumbre informal de líderes europeos celebrada en Salzburgo (Austria), a la que acudió Pedro Sánchez, no se lograron avances concretos en esta dirección.
Se trata de la tercera vez que varios países europeos acuerdan reubicar a los migrantes rescatados en el Mediterráneo central tras varios días de espera. En las anteriores ocasiones han desembarcado en el puerto de La Valeta para luego ser repartidos en otros países. El pasado 21 de junio, el primer ministro maltés dio permiso al Lifeline para acceder a sus puertos tras alcanzar un acuerdo para repartir a los solicitantes de asilo entre varios países: Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal, Francia, Bélgica, Noruega y Holanda. El pasado agosto, seis Estados, entre ellos España, acordaron acoger a las 141 personas rescatadas también por el Aquarius.
Las ONG SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras (MSF), que operan el barco de salvamento Aquarius, pidieron este lunes a las autoridades francesas que, de forma excepcional y por razones humanitarias, permitieran que esa embarcación atracase en Marsella, pero el Ejecutivo galo lo había denegado.
Lo hicieron después de encontrarse de nuevo con trabas burocráticas para seguir adelante con sus rescates en el Mediterráneo. El pasado viernes, la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) anunció que había iniciado el proceso de cancelación del registro del barco debido a las quejas italianas. La AMP ha explicado que las autoridades italianas “han reportado que el capitán de la nave ha rehusado devolver a los inmigrantes y refugiados auxiliados a su lugar de origen”.
Las organizaciones han exigido a los Gobiernos europeos que les defiendan de las acusaciones en su contra lanzadas por el Ejecutivo italiano ante Panamá o que le permitan seguir su misión emitiéndole una nueva bandera. Y han solicitado en un comunicado que los gobiernos europeos dejen claro a Panamá que esas acusaciones “no tienen fundamento”.
Para ambas organizaciones, las “maniobras y presiones” del Ejecutivo italiano son “una prueba más de su determinación para garantizar que miles de personas vulnerables sigan muriendo en el mar y para que no haya testigos presentes que cuenten los muertos”.
Las dos ONG subrayan que durante todas sus operaciones de rescate han actuado siempre bajo las instrucciones de todos los centros de coordinación marítima y siguiendo las convenciones internacionales al respecto.
Es la segunda vez que las organizaciones se enfrentan a este tipo de obstáculos desde que fletaron este antiguo patrullero alemán para salvar vidas en el mar. El pasado agosto, el buque tuvo que partir rumbo a Marsella y alejarse de la zona de rescate para aclarar la situación tras las trabas de las autoridades gibraltareñas, que decidieron retirar el pabellón al barco, alegando que estaba inscrito como buque de investigación. Después de un mes amarrado en el puerto francés, hace una semana, el barco de salvamento volvió a poner rumbo a aguas del Mediterráneo para reanudar sus labores de rescate.
En los últimos días, el Aquarius ha prestado auxilio a dos embarcaciones y lleva a bordo a 58 supervivientes, de los que dice que muchos necesitan atención psicológica y deben ser desembarcados con urgencia en un sitio seguro. En el primero de los rescates, en el que socorrió a 11 personas, las organizaciones se negaron a entregar a los supervivientes a las autoridades libias por considerar que el país vecino, donde se han documentado numerosos abusos contra la población migrante, no es un puerto seguro tal y como estipula el derecho marítimo.
Este domingo, el buque rescató a 47 personas, entre ellas 17 menores y una mujer embarazada, que viajaban a la deriva en un bote neumático que comenzaba a hundirse en aguas internacionales del Mediterráneo. La organización ha explicado que el rescate se practicó en condiciones muy complicadas y tras coordinarse con los guardacostas del Gobierno libio de Acuerdo Nacional apoyado por la ONU desde 2016 en Trípoli.
La nave sigue en el Mediterráneo a la espera de puerto para desembarcar a estos migrantes y a los 11 que rescató hace cinco días, en los que ha llamado a las puertas de los países de la cuenca Mediterránea -en particular a Italia, Malta y Túnez- para desembarcar a estas personas, pero hasta la fecha solo ha recibido negativas de esos gobiernos. También se habían puesto en contacto con las autoridades marítimas francesas y españolas tras el último rescate.
Por su parte, la cruzada del ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, contra las ONG continúa. Este domingo aseguró que denunciará a los barcos que socorren a migrantes en el Mediterráneo porque en su opinión “favorecen” a la inmigración ilegal y potencian la labor de los traficantes de personas, una afirmación que lleva defendiendo desde que llegó al Gobierno y las ONG niegan tajantemente.
“Denunciaré por favorecimiento de la inmigración clandestina a quien ayuda a los traficantes. En las últimas horas los traficantes han vuelvo a trabajar, llenando barcazas y aprovechándose de la colaboración de algunas ONG”, sostuvo Salvini.