La preocupación de los ciudadanos por la inmigración sube ocho puntos en julio, según el CIS

La preocupación de los ciudadanos por la inmigración ha subido ocho puntos en julio en relación al mes anterior. Según los datos arrojados por la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 11,1% de los encuestados ha valorado este asunto como uno de los tres temas que más le inquietan, frente al 3,5% registrado en el mismo estudio durante el mes anterior. 

El aumento de la inquietud de la población sobre la inmigración se produce tras la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, la acogida de los rescatados por el Aquarius y el aumento de llegadas registrado durante el mes de junio a las costas andaluzas.

Estos hechos también se han traducido en una mayor presencia de los asuntos migratorios en los medios de comunicación y las declaraciones políticas de parte de la oposición, que ya empezaba entonces a lanzar un mensaje de alarma con respecto a un posible “efecto llamada” ligado a la recepción en Valencia de los 629 migrantes bloqueados en alta mar. Las encuestas del CIS se han realizado en el periodo comprendido entre el 1 y el 15 de julio. 

De esta manera, la inmigración se sitúa como el quinto fenómeno que más ciudadanos han valorado como una de sus tres principales preocupaciones, por detrás del paro (con un 64,3%), la corrupción y el fraude (38,5%),  los partidos políticos y la política (22,2) y los problemas de índole económico (19,2%). 

Se trata del mayor aumento de la concepción de la inmigración como una de las tres principales preocupaciones desde septiembre de 2011, pero se mantiene lejos de los niveles de inquietud registrados por el CIS en el año 2006, cuando se produjo el mayor pico de llegada de migrantes a las costas españolas, a través de las Islas Canarias, en lo se conoció como la “crisis de los cayucos”. En septiembre de ese año, el 59% de la población situaba este tema como uno de los que más le preocupaba. 

Las ONG y organismos internacionales como Acnur han mostrado su preocupación en diferentes ocasiones ante el posible efecto que los discursos políticos de alarma ante la inmigración pueden tener sobre la percepción de la inmigración como problema por parte de la ciudadanía, así como la sobredimensión de las cifras de llegadas de migrantes a las costas españolas.