El primer ministro de Holanda, Mark Rutte, dijo este miércoles que desde la presidencia semestral del Consejo de la Unión Europea (UE) trabajará para lograr una reducción “drástica” del flujo de refugiados en un plazo de “entre seis y ocho semanas”, y subrayó que “las cifras actuales no son sostenibles”.
“El tiempo se agota, necesitamos una reducción drástica del flujo de refugiados entre las próximas seis y ocho semanas, y la presidencia holandesa se centrará en ese objetivo”, afirmó Rutte en el pleno del Parlamento Europeo (PE), en un debate en el que presentó las prioridades de su país al frente del Consejo de la UE hasta el 1 de julio.
Incidió en la necesidad de “ofrecer a los refugiados una alternativa humanitaria a arriesgar sus vidas” y también consideró “crucial” que los acuerdos alcanzados con Turquía para reducir el ritmo de llegada de demandantes de asilo a la Unión “se apliquen de manera rápida”.
“Necesitamos reducir la cifra, es tan lógico como necesario que dediquemos tiempo y energía a esta crisis de los refugiados en los meses venideros”, remarcó.
El primer ministro reconoció que “cada vez más gente se está volviendo escéptica con la UE y que ”en muchos casos, no hay soluciones fáciles“, pero defendió que ”Europa ha mostrado que puede dar respuesta a las crisis“.
“Solo juntos podemos defender los problemas a los que se enfrenta la UE. Nuestra competencia es limitada, pero sabemos lo que debemos hacer”, argumentó.
La Comisión Europea pide más reubicicaciones
El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, también abogó en el debate por aplicar de forma “urgente” en las “próximas semanas” las medidas propuestas para atajar la crisis migratoria así como el plan de acción conjunto con Turquía.
Juncker señaló que el espacio Schengen libre de fronteras interiores “está amenazado”, y dijo que “se están cerrando fronteras en Europa a la ligera”, lo que puede suponer un coste de 3.000 millones de euros a la Unión.
El político luxemburgués recordó que en Europa hay más de 1,7 millón de trabajadores transfronterizos y 57 millones de movimientos de transporte por carretera, que se verían perjudicados con los controles en frontera.
“La falta de Schengen tiene un coste, si el mercado interior adolece de consecuencias por la introducción de fronteras, llegará el día en que tendremos que plantearnos si verdaderamente necesitamos moneda única”, reiteró.
También pidió al PE y al Consejo que “aceleren” el examen de las medias propuestas por la CE, entre las que se encuentra la creación de un cuerpo europeo de guardias fronterizos.
De acuerdo con la CE, solo 272 personas han sido reubicadas en la UE de las 160.000 acordadas en septiembre pasado, mientras que solo 779 de los 5.331 personas con estatus de refugiado fuera la Unión previstas en 2015 fueron reasentados dentro del bloque comunitario.