Sabañones, crisis de ansiedad o diarreas: los efectos de las “insalubres” condiciones de los campos de migrantes de Canarias, según Médicos del Mundo
Las precarias condiciones de acogida que caracterizan a los campamentos de migrantes de Canarias están dañando la salud de las personas acogidas, según ha denunciado Médicos del Mundo en una investigación desarrollada en el terreno entre finales de marzo y principios de abril y difundida este martes. Algunas de las enfermedades detectadas, que la ONG liga a las deficiencias de estos espacios, son crisis de ansiedad, insomnio, estreñimiento, vómitos, diarreas, brotes de sarna, hongos, sabañones, dolores de cabeza y de espalda.
La organización concluye que los centros de emergencia, levantados tras el pico de llegadas irregulares registrado en el archipiélago el año pasado, “son insalubres y tienen una mala alimentación”, mientras que el hacinamiento que ha caracterizado a sus instalaciones —durante los meses en los que los recién llegados en patera apenas podían salir de las islas— ha provocado el incumplimiento de parte de las medidas sanitarias ligadas a la pandemia.
El informe analiza el efecto generado en la salud de los migrantes la política de acogida improvisada en Canarias durante la crisis. Según concluye, las instalaciones levantadas en las islas en el marco del Plan Canarias —basado en la creación de macro campamentos en distintos puntos del archipiélago—, así como las instalaciones policiales donde los recién llegados pasan sus primeras 72 horas, no han garantizado “unos criterios mínimos de calidad de una respuesta humanitaria” ni “las medidas idóneas de prevención y control de infección por la COVID-19”.
“La salud de las personas migrantes se ha visto resentida como consecuencia de estas deficientes condiciones sociosanitarias, derivando en heridas mal curadas, problemas digestivos y bucodentales o infecciones de orina entre otros, tal y como han referido a Médicos del Mundo trabajadores sanitarios que prestan atención a los diversos centros”, indica el informe. “Es difícil tratar peor a las personas y generarles más dolencias por las condiciones en las que las acogemos”, critica Nieves Turienzo, la presidenta de la organización.
En relación a las restricciones sanitarias ante la COVID-19, la ONG asegura haber constatado que los distintos centros de emergencia que forman parte del Plan Canarias “tampoco son respetadas adecuadamente las medidas de prevención. Según sostienen, en algunas infraestructuras se limitaban ”al simple reparto de mascarillas“, cuya frecuencia varía entre los distintos centros. Aunque todos los espacios de acogida cuentan con espacios reservados para posibles casos positivos o contactos, las condiciones de sobreocupación que han caracterizado a los campamentos de emergencia durante finales de 2020 y principios de 2021, añade la investigación, hacían ”imposible“ el mantenimiento de la distancia social.
“En la mayoría de los centros de Emergencias del Plan Canarias las personas duermen en carpas de hasta 30 personas sin que entre cama y cama medie el metro y medio mínimo de seguridad, mientras que la falta de unas condiciones de higiene suponen un riesgo importante de contagio”, critica Médicos del Mundo. En estas circunstancias, se han considerado estos centros como grandes “grupos burbuja” de personas convivientes, que obliga a que ante la detección de un positivo deban realizarse cribados masivos para evitar contagios grupales y, en algunos casos, ha derivado en un encadenamiento de cuarentenas, que provoca el “desgaste emocional” de las personas confinadas, una situación documentada por elDiario.es en la isla de El Hierro.
Actualmente, el desbloqueo de Interior de los viajes de los migrantes a la península, tras varias sentencias que concluían la libertad de circulación de estas personas, ha descongestionado los campamentos de las islas. Los últimos datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, del que depende la acogida de los migrantes una vez identificados, en estos momentos hay 1.673 plazas ocupadas de las 7.000 de las que consta el Plan Canarias. Por su parte, alrededor de 400 migrantes se encuentran alojados en otros centros de las islas y otros 400 en espacios de gestión compartida entre el Ministerio y ONG.
El insuficiente número de duchas, aseos y material de higiene ha sido documentado por la ONG en distintos centros de migrantes, aunque destaca el caso del campamento policial de Barranco Seco (Gran Canaria), donde diversos testimonios recogidos por la organización indicaron que durante las 72 horas en que son detenidos bajo sus carpas no tuvieron acceso a las duchas “hasta el punto de que el personal médico llegaba a prescribirlas como necesarias”. Dado que los centros de acogida no les ofrecen las necesidades básicas de higiene y alimentación, expone la organización, muchos migrantes han abandonado los campamentos y malviven en la calle.
La atención sanitaria prestada en los campamentos de migrantes también ha sido objeto de críticas por parte de la ONG. En los momentos de mayor ocupación, los equipos sanitarios encargados de su asistencia se encontraban “desbordados para atender todas las necesidades sanitarias detectadas”, debido al “gran volumen de ocupación de los distintos campos y las condiciones de los mismos, que no facilitaban la correcta atención o la mejora de la salud de las personas allí alojadas”.
La organización también llama la atención sobre la “desinformación” que ha padecido la población migrante en relación a su estado de salud, debido a la escasez de intérpretes —especialmente de wolof y bambara— y la “ausencia generalizada” de la figura de mediación cultural. Esta situación, sostiene el informe, “dificulta enormemente la comunicación con el personal sanitario a la hora de explicar su problema y comprender el diagnóstico”. La ONG ha constatado que “muchas personas no reciben sus informes médicos tras haber sido atendidas o en caso de recibirlos lo hacen sin traducción ni explicación alguna”. Aunque Médicos del Mundo asegura que no ha encontrado problemas ligados a la derivación a hospitales o centros de salud desde los centros de acogida, los equipos sanitarios contactados por la organización “sí señalan una seria dificultad a la hora de realizar el seguimiento de la atención prestada como consecuencia de la alta itinerancia de las personas entre los diferentes recursos”.
La salud mental de los migrantes también se ve resentida como resultado de las precarias condiciones de acogida, que se suma al sufrimiento generado por la decisión de migrar, el peligroso viaje a través de una de las rutas más peligrosas para llegar a Europa. Los grandes macrocentros, apunta el documento, no cuentan con actividades de esparcimiento, ocio e integración, por lo que muchos pasan demasiado tiempo dando vueltas a sus preocupaciones. “La falta de expectativas, de información y apoyo psicológico conviven con el miedo a ser repatriados y tener que afrontar un nuevo fracaso”, indica la ONG.
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