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Los aviones de Salvamento Marítimo llevan más de cinco meses sin el radar de búsqueda para rescatar pateras

El personal que tripula los aviones de Salvamento Marítimo lleva al menos cinco meses sin el radar que les permite localizar las pateras en riesgo de naufragio frente a las costas españolas. A falta del dispositivo, miran por la ventana. El radar tiene un alcance de 30 millas náuticas; solo con la vista, es como buscar una aguja en el mar donde han muerto 769 personas en 2018.

Los radares de búsqueda de las tres aeronaves con las que cuenta Salvamento Marítimo no funcionan, según ha podido saber eldiario.es y han confirmado el Ministerio de Fomento y el sindicato CGT. Desde Salvamento Marítimo indican que el retraso en la reparación se debe a una serie de problemas burocráticos en relación al envío de los dispositivos una vez revisados en EEUU, donde son fabricados. 

“Dos radares fueron enviados a EEUU para su reparación por parte del fabricante. Ya reparados, en su envío de vuelta a España está habiendo un problema de licencia que estamos tratando de solucionar”, responden desde Fomento y Salvamento Marítimo a través de correo electrónico. Un equipo técnico de la institución de rescate ha estado en Nueva York la semana pasada para desbloquear el asunto, señalan las mismas fuentes.

Según la institución dependiente de Fomento, “esta situación existe desde agosto”. Sin embargo, los trabajadores representados en el Comité de Empresa de Salvamento Marítimo insisten en que el avión Sasemar 101, el que se dedica a buscar pateras en el mar de Alborán, la ruta marítima a España más mortífera, “lleva más de un año sin radar”. 

“En un primer momento intentaron paliarlo con el radar del Sasemar 102 (con base en Fisterra). Arreglaron el del 101 y en cosa de un mes se volvió a romper. En estos momentos los tres aviones están sin radar. El último en hacerlo, este verano, fue el del avión Sasemar 103 (avión que opera en la zona de Canarias)”, asegura Ismael Furió, presidente del comité de empresa de Salvamento Marítimo, cuyo sindicato mayoritario es CGT. 

Según Furió, el problema de licencia mencionado por Salvamento Marítimo es “un bloqueo burocrático” entre Estados Unidos y España debido a que, explica, “la Normativa de EEUU impide suministrar una vez reparados estos equipos a Airbus DS (la empresa fabricante de los aviones de Salvamento Marítimo), debido a que esta empresa mantiene relaciones comerciales con países 'no autorizados' para el país estadounidense”.

Desde Salvamento Marítimo defienden que, aunque el dispositivo de rastreo lleva meses estropeado, el avión “cuenta con otros radares que pueden realizar búsquedas”. Según exponen, “aunque no sean tan avanzados, permiten junto con el incremento de horas de vuelo y las cámaras electro-ópticas, realizar detecciones de embarcaciones de forma igualmente satisfactoria en la operativa de Salvamento”.

Además, las mismas fuentes afirman que “el trabajo visual siempre forma parte de la operación de Salvamento para la identificación de embarcaciones, puesto que los radares detectan puntos pero, en todo caso, hay que acercarse lo máximo posible para la identificación visual”

“La falta de radar se traduce en pérdida de vidas”

Sin embargo, los radares mencionados por Salvamento Marítimo no tienen la finalidad de búsqueda, sino que buscan medir la contaminación o la situación meteorológica. Furió, también portavoz del sindicato CGT del sector mar, niega que los radares activos en estos dispositivos mencionados por la institución de Fomento puedan sustituir la labor del los averiados. 

“Los radares que tienen los aviones, en ningún momento pueden sustituir a los radares de búsqueda. No tienen nada que ver”, apostilla Furió. “No tener este radar supone una pérdida de tiempo, merma la capacidad de búsqueda del avión y se traduce en pérdida de efectividad que, en un rescate significa pérdidas de vidas”.

El portavoz de los trabajadores de Salvamento Marítimo aclara que, sin radar, “la búsqueda realizada es visual que, en el mejor de los casos, alcanza una distancia de dos millas”. Mientras, el radar averiado permite el rastreo de barcas en peligro a lo largo de 20 millas aproximadamente, según describe Salvamento Marítimo en su página web. “Eso significa reducir en un 90% la posibilidad de encontrarlos”, añade el presidente del comité de empresa. 

El avión de Salvamento Marítimo Samemar 101 cuenta con tres radares. El primero, el radar meteorológico, incluido en toda aeronave para asegurar una navegación segura. El segundo, un 'SLAR': un radar de barrido lateral diseñado para el análisis de vertidos en el mar, que no posee resolución espacial suficiente para llevar a cabo la búsqueda de objetos pequeños en el mar. Por último, se encuentra el dispositivo de búsqueda, modelo 'Telephonics Oceaneye APS-143C(V)3' de fabricación norteamericana, con capacidad para detectar pateras en una misión SAR (Búsqueda y Rescate). 

Este radar de búsqueda permite detectar pateras a más de 20 a 30 millas  de distancia, mientras que el alcance visual no permite ver más allá de dos millas. De este modo, las oportunidades de encontrar una patera se han reducido en 2018, un año en el que el número de fallecidos se ha cuadruplicado con respecto al 2017: al menos 769 personas han muerto en la frontera sur española, según la OIM. La cifra aumenta a  843 víctimas atendiendo a los datos de la ONG Caminando Fronteras, de las que 772 han perdido la vida en el mar de Alborán, la zona donde opera el avión Sasemar 101. 

Los ojos del mar

A día de hoy, Salvamento Marítimo cuenta con tres aviones CN235-300 para vigilar los mares. Entre sus labores se encuentra luchar contra la contaminación, así como la búsqueda y rescate de emergencia en las aguas españolas. Sin embargo, en los últimos meses, y porque la situación así lo requiere, se ha centrado principalmente en la localización de estas balsas de plástico donde decenas de personas hacinadas intentan llegar a las costas españolas escapando de la miseria o la persecución.

Con este fin, jugaba un papel importante el avión Sasemar 101, con base en Valencia, pero que desde el 1 de julio aguardaba en Málaga para desempeñar labores de búsqueda y rescate en el mar de Alborán que abarca las provincias de Almería, Granada y Málaga. Sin embargo, el avión ha vuelto a Valencia a pesar de que las llegadas en patera a las costas españolas continúan. No obstante, las otros dos aeronaves, la 102 y 103, ubicadas en Santiago de Compostela y Gran Canaria, respectivamente, tienen inoperativo el radar de búsqueda.

A contrarreloj

Durante el verano de 2018, el personal de la flota marítima de Salvamento Marítimo en Andalucía fue reforzado tras las presiones del Comité de Empresa. Sin embargo, Ismael Furió critica que tras el “aumento exponencial de personas que se juegan la vida en el mar en patera, las únicas inversiones a largo plazo se han hecho en la Guardia Civil cuando el 90% de los rescates son por Salvamento Marítimo”.

Las políticas migratorias de Europa también salpican a España. En los últimos meses, la acogida de personas es rechazada por los países de los estados miembros y la inversión en salvar vidas también decae. “Con los números encima de la mesa, hay muy poca voluntad por parte de este Gobierno de que Salvamento Marítimo sea civil, público y social. Lo que demuestra es que tiende más a un Salvamento Marítimo militar”.

Las denuncias ante las condiciones laborales de la flota de Salvamento Marítimo no son nuevas. La empresa subcontratada por Salvamento Marítimo para operar estos aviones es Babcock MCS, con base en Alicante, que cubre algunos servicios de emergencia 24 horas con menor tripulación de la que es necesaria para cumplir la normativa y asegurar el descanso de sus miembros, denuncian desde CGT. Un avión H24 como lo es la Sasemar 101 está diseñado para trabajar las 24 horas, algo que recae sobre el personal que trabaja sin descanso y, ahora, sin radar.

¿Apagón informativo?

No solo se ha reducido el personal, también la información. Hace unos meses, un solo vistazo a las redes sociales de Salvamento Marítimo bastaba para encontrar las cifras de rescates realizados cada día, más allá de la nacionalidad y el estatus administrativo de las personas socorridas. Pero “una revisión en el protocolo de comunicación” se ha traducido en que las cifras de migrantes salvados hayan desaparecido de sus publicaciones de Twitter, como publicó eldiario.es.

La semana pasada, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, el Sindicato de Periodistas de Andalucía y EntreFronteras han denunciado que “este silencio daña seriamente la libertad de información recogida en el artículo 20 de la Constitución Española” ya que “los medios de comunicación no disponen de la información y no pueden ejercer su trabajo con agilidad y facilidad, como habitualmente han realizado”.