Este lunes se cumplen cinco años de un día gris y frío, marcado por la trágica muerte de Samba Martine, una mujer procedente de República Democrática del Congo internada en el Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) de Aluche, que falleció el 19 de diciembre de 2011 por falta de atención sanitaria en el centro.
Media década más tarde, un grupo de personas se concentra frente a su tumba, en el Cementerio Sur de Madrid, donde se ha creado un ambiente de calor y dolor, que trata de combatir el olvido que ya Samba sufrió en vida.
Samba llegó al CIE de Aluche después de ser trasladada desde el CETI de Melilla. Aunque en el centro de la ciudad autónoma, la mujer fue diagnosticada de VIH, su expediente médico nunca llegó al centro de Madrid. Esta mujer que, en Aluche vio reemplazado su nombre por el número 3106, solicitó hasta diez veces la asistencia médica. No fue atendida, hasta que finalmente murió en el hospital en estado grave.
“(…) El domingo 18 de diciembre, sobre las 9:30 horas, una de las mediadoras observó cómo dos internas ayudaban a Samba a subir las escaleras para acceder al servicio médico. A penas podía tenerse en pie. El doctor aún no había llegado a la consulta, la enfermera le suministró un ansiolítico… Nuevamente, fue ayudada por sus compañeras para bajar hasta la sala, donde se tumbó en el suelo. No vio al médico”, reza un extracto de un informe de la Cruz Roja.
“Hay que cerrar los CIE”
Este testimonio, junto con el de otras compañeras internas en aquel momento, se ha recordado frente al sepulcro, donde descansa la mujer que un día quiso alcanzar Europa para junto a su hija Binjou. La niña perdió a su madre cuando tenía nueve años. “Samba murió sufriendo, por momentos sin siquiera poder acostarse de los fuertes dolores que le aquejaban. Nadie hizo nada”.
El silencio de los asistentes que se quedaba atravesado en la garganta y en ocasiones se rompía con la melodía del chelo. También con palabras de recuerdo, a una persona que nadie de los allí presente conoció, pero que todos se niegan a olvidar.
“Hoy estamos aquí las y los mismos, quienes celebramos la vida sobre el olvido, la justicia sobre la impunidad, la libertad sobres sus cárceles racistas. Los ausentes, los carceleros, los que desde la política persisten en defender estas cárceles, los que se lucran con el encierro de personas inocentes, no estuvieron cuando Samba se moría, no están ahora ni se les espera. Pero a ellos también interpelan las víctimas de las fronteras, no es posible escapar tan fácilmente”, se pronunció en un sentido manifiesto apoyado por la Asociación Karibu, SOS Racismo, Pueblos Unidos, Inmigrapenal, Red Solidaria Acogida, CIEsNO y la parroquia San Carlos Borromeo.
En junio 2012, en ese mismo lugar, estuvo Clementina, la madre de Samba. Quienes la acompañaron, hoy rememoraban a la mujer cuando, “abrazada al cajón cerrado, repetía una y otra vez ‘Yo que te di la vida, yo que te vi crecer y ahora ni siquiera puedo despedirte’”.
Ante la atenta de mirada de Pablo, Manoli, Sara, Javier, Asun y tantos otros que han querido preservar el recuerdo de Samba, Thomas, un joven arquitecto que llegó de Camerún con 12 años y que en la actualidad forma parte de la Asociación de Afrodescendientes Kwanzaa, subía los peldaños de una escalera para dejar las flores donde descansa el cuerpo sin vida de Samba.
“Por el simple hecho de que es una persona africana como yo, ya siento mucha más empatía y además sientes rabia. Pero lo mínimo que puedes hacer es visibilizar estos hechos para que no vuelvan a ocurrir nunca más”, admite este joven. Y allí, junto al recuerdo de Samba Martine, clama el cierre de los CIE. “Nunca tuvieron que existir, pero mientras existan lucharemos para que no siga muriendo gente como ella”.
La reclama del cierre de los centros de internamiento y la denuncia sobre las políticas migratorias en Europa han estado muy presentes en el homenaje. El concejal de Salud, Seguridad y Emergencias de Salud de Madrid, Javier Barbero, ha apuntado que “una sociedad madura no puede perder la memoria de las que ya no están y a los que hemos expulsado”. Según ha afirmado “este recuerdo nos permite preguntarnos qué tenemos que hacer para que una historia como esta no se vuelva a repetir porque, cuando perdemos la memoria y el sentido de la historia, repetimos errores.”
Al mismo tiempo, ha expresado que “como concejal de una administración que también tiene las responsabilidades en este sentido, no queremos mirar para otro lado”, recordando la necesidad del cierre de los CIE y recalcando que “hay que seguir utilizando las instituciones en beneficio de los más vulnerables, visibilizar los problemas y proponer alternativas”.
Lorena Ruiz Huerta, diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid, también ha asistido a este acto conmemorativo y ha insistido en que “los CIE son espacios absolutamente opacos en los que se producen violaciones sistemáticas de los derechos humanos”.
Un aplauso cargado la emoción contenida ha cerrado el homenaje en memoria de Samba, de Aylan, y de aquellas personas que perdieron la vida en su intento por cruzar las fronteras para alcanzar una vida digna en Europa, la abanderada tierra de los derechos humanos.