Sánchez y Macron proponen un sistema de reparto de migrantes rescatados en el Mediterráneo como el del caso Lifeline

Durante la primera visita a España del presidente francés, Pedro Sánchez y Emmanuel Macron han propuesto la activación de un mecanismo temporal de reparto de personas rescatadas en el Mediterráneo entre los diferentes estados miembros, en respuesta a ala emergencia humanitaria derivada del cierre del puerto italiano a los barcos de salvamento de migrantes. 

A través de la aprobación de la Declaración de Madrid sobre asuntos migratorios, ambos líderes europeos defienden un sistema “inspirado en el proceso de cooperación voluntaria entre estados miembros” puesto en marcha en el caso del barco Lifeline, que desembarcó en Malta con el compromiso de varios gobiernos comunitarios de acoger a las 234 personas que permanecieron durante seis días bloqueadas en alta mar. 

Los madatarios han destacado que “comparten la misma estrategia para responder con humanidad y eficacia la llegada de migrantes y refugiados a la Unión Europea”. En esta línea, han resaltado la importancia de “la prioridad de la acogida” y atender a los migrantes en Europa “bajo el principio de responsabilidad y solidaridad”. Con este objetivo, Sánchez y Macron describen la “cooperación” llevada a cabo entre las instituciones españolas y francesas en la recepción de los migrantes rescatados por el Aquarius como un “ejemplo de solidaridad europea”. 

Tras la reunión mantenida entre el presidente español y su homólogo francés en La Moncloa, Sánchez y Macron han anunciado su intención de convocar una reunión en España de los ministros encargados de asuntos migratorios. “Dicha reunión podrá permitir que los países europeos y varios mandatarios del Sahel y África Occidental puedan analizar los flujos migratorios y explorar posibles iniciativas comunes”, han destacado en el documento.  

Otro de los puntos en común destacados en la Declaración alcanzada este jueves hace referencia al apoyo a la Comisión Europea en el desarrollo de la creación de “centros controlados” de migrantes en suelo europeo y “plataformas de desembarco” acordadas en el último Consejo Europeo, que han sido criticadas por organizaciones en defensa de los derechos humanos.