El secretario general de la ONU, sobre las muertes de Melilla: “El uso excesivo de la fuerza es inaceptable”
“Estoy consternado por la violencia en la frontera entre Nador y Melilla el viernes, que provocó la muerte de decenas de migrantes y solicitantes de asilo. El uso de la fuerza excesiva es inaceptable, y los derechos humanos y la dignidad de las personas que se desplazan deben ser prioritarios para los países”. Son las palabras que ha publicado en su cuenta de Twitter António Guterres, el secretario general de la ONU, después de que el viernes pasado miles de migrantes tratasen de saltar la valla de Melilla en un episodio que se saldó con 37 fallecidos y cientos de heridos.
Estas declaraciones se suman a las que hizo el portavoz de las Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, este martes, que aseguró que tanto Marruecos como España hicieron un uso “excesivo” de la fuerza y pidió que se abriese una investigación sobre esta violencia.
Dujarric hizo alusión al suceso en Melilla al ser preguntado por las habituales reacciones de “tristeza” o conmoción del secretario general, António Guterres, a muchos acontecimientos. “Ya que me preguntan por eso, quiero expresar, utilizando un término que ya hemos usado, cuán conmocionados estuvimos con las imágenes de la violencia que vimos en la frontera entre Marruecos y España en el norte de África este fin de semana”, destacó.
“Vimos también el uso de fuerza excesiva de las autoridades, que debe ser investigado porque es inaceptable. Los estados tienen obligaciones bajo la ley internacional, la ley internacional de los derechos humanos y las leyes de refugiados, y todas deben respetarse”, agregó.
Preguntado por una atribución concreta sobre ese uso excesivo de la fuerza de las autoridades que había mencionado, el portavoz dijo haberlo visto “a ambos lados de la frontera”, en referencia a los territorios marroquí y español.
Dujarric, igual que ha hecho hoy Guterres, reclamó que se respeten los derechos humanos de los inmigrantes. También criticó que demasiado frecuentemente no se hace y aseguró que la ONU seguirá “presionando a los estados miembros” a cumplir con sus promesas en el Pacto Mundial sobre Migración.
Sánchez pide ponerse en la “piel” de los agentes
El pasado sábado el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, culpó a las mafias que trafican con personas del “asalto violento contra la integridad territorial” del país, y defendió el trabajo que hicieron las fuerzas de seguridad de España, pues varios de los heridos fueron agentes de la Guardia Civil española. Este miércoles, Pedro Sánchez ha confesado que no había visto las imágenes de la masacre en la valla de Melilla cuando el pasado viernes dijo que el asunto había estado “bien resuelto”. Aunque ha lamentado el fallecimiento de más de una treintena de personas, el presidente ha insistido en que también hay que ponerse en la “piel” de los agentes tanto de la gendarmería marroquí como de la Guardia Civil y la Policía Nacional, cuya actuación ha evitado condenar.
“Tenemos que ponernos en la piel de todos y cada uno de los actores de esta tragedia que por desgracia hemos sufrido”, ha expresado el socialista en una entrevista en la Cadena SER en la que ha asegurado que hay que ser “empáticos” con las personas migrantes al tiempo que ha asegurado que en el último año se han perpetrado “doce ataques violentos” en la valla de Melilla.
El presidente del Gobierno se ha zafado de la presión que está ejerciendo el socio minoritario para que se lleva a cabo una investigación de lo sucedido el pasado viernes en la valla de Melilla y que se cobró la vida de 37 personas y lo ha dejado en manos de la Fiscalía General del Estado y del Defensor del Pueblo en España.
En el lado español, el salto a la valla no registró ningún fallecido pero sí provocó 106 heridos, en su mayoría leves, 49 agentes de la Guardia Civil y 57 inmigrantes, de los cuales tres tuvieron que ser trasladados a un hospital.
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se ha mostrado convencido de que “tanto España como Marruecos” quieren “saber qué ha ocurrido”, aunque ha puntualizado que “una avalancha de 2.000 personas es muy difícil de gestionar”, por lo que España necesita “reforzar aún más la colaboración con Marruecos”.
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